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Las estaciones de servicio de Rosario cerrarán durante la noche por el crimen del playero

La Cámara de Estaciones de Servicios, Garages y Afines de Rosario(Cesgar) lanzó una medida de fuerza por el asesinato del playeroBruno Nicolás Bussanich (25 años), que fue ejecutado de varios disparos en una estación de servicio Puma de la zona noroeste de la ciudad, donde los atacantes dejaron una amenaza dirigida al gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro de Seguridad Pablo Cococcioni.

Cesgar, a través de un comunicado, informó que las estaciones de servicios decidieron en forma conjunta entre estacioneros y sindicatos realizar una jornada de duelo, hoy de 14 a 22 horas -acompañando a la familia de trabajador asesinado este sábado en Mendoza y Circunvalación- y además que, desde las 22 a las 06 realizarán un cierre nocturno por tiempo indeterminado, lo que afectará el abastecimiento de combustible en la ciudad en la que solo podrán cargar nafta ambulancias y patrulleros.

Después del asesinato de Bussanich, la Policía incautó en Furlong entre White y colectora de Circunvalación un Fiat Duna con pedido de captura que había sido prendido fuego de manera intencional. El auto, que según testimonios coincidiría con el que utilizaron los sicarios, había sido robado el 2 de diciembre del año pasado. Ahora, por pedido del fiscal Adrián Spelta, que investiga el crimen del playero, quedó secuestrado en la puerta de la subcomisaría 22 para la realización de pericias.

Bruno Bussanich, víctima del terror narco en Rosario

La medida de fuerza de los estacioneros se da en simultáneo con la del gremio UTA Rosario, que desde el pasado jueves mantiene un paro como consecuencia de otro ataque de tinte mafioso que tuvo como víctima al colectivero Marcos D. (39), quien recibió un tiro en la cabeza mientras manejaba la línea K en Mendoza y México, en barrio Belgrano, a pocas cuadras del lugar del homicidio del playero. Actualmente, él permanece en la unidad de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, con asistencia mecánica respiratoria, en estado crítico.

Los atentados, que de acuerdo a fuentes judiciales pretenden infundir “terror callejero” en Rosario, llevan exactamente una semana. El primero ocurrió el sábado de la semana pasada, cuando desde un auto le dieron nueve tiros a un micro de la empresa Laguna Paiva que trasladaba desde Rosario al norte de Santa Fe a agentes penitenciarios de la cárcel de Piñero. Un agente sufrió un roce de bala en la nuca y otras tres fueron derivadas a un hospital con lesiones que habían sido producidas por el estallido de los vidrios.

El martes fue el segundo hecho, cuando el taxista Héctor Raúl Figueroa fue acribillado de nueve disparos al dejar a un pasajero en Flammarion al 5100, en barrio Las Delicias, en la zona sur. De acuerdo a la escena del crimen, el pasajero iba en el asiento delantero y quien jaló el gatillo fue un tercero que, a pie, se puso al lado de la ventanilla del conductor y abrió fuego.

Policías de Santa Fe en la escena del crimen del playero de 25 años

El pasajero, que según afirmaron varios testigos, se fue corriendo con el tirador, dejó una zapatilla en la escena del homicidio. Se presume que se le cayó al huir. Un dato llamativo para la causa del fiscal Patricio Saldutti es que las nueve vainas servidas halladas en el lugar tenían la inscripción “PSF”, que son las que provee el Estado provincial a la Policía.

Al día siguiente mataron a otro taxista. Fue el caso de Diego Alejandro Celentano (38), que fue asesinado de cinco disparos por los dos pasajeros que llevaba en Alvear y Garmendia, en la zona sur. Los tiros fueron a corta distancia y, de manera coincidente con el homicidio de Figueroa, las balas usadas eran de la Policía y al lado del taxi se encontró tirada una zapatilla.

El cuarto atentado fue el del colectivero Marcos D., que fue baleado por un sicario que frenó el colectivo, subió haciéndose pasar por un pasajero y abrió fuego directamente. Después, se bajó de la unidad y se subió a una moto que lo aguardaba en las inmediaciones.

Después de los disparos al colectivero, el equipo de fiscales creado para esclarecer los atentados –integrado por Franco Carbone, Marisol Fabbro, Patricio Saldutti, Luis Schiappa Pietra y Fernando Dalmau– impulsó una serie de allanamientos que fueron concretados por la Policía de Investigaciones, el Comando Radioeléctrico y la Tropa de Operaciones Especiales, en los que hubo 20 detenidos. Se cree que del número de aprehendidos, hay personas seriamente involucradas con los ataques. Serán imputados en las próximas horas en el Centro de Justicia Penal.

En el medio de la seguidilla de ataques, el gobierno provincial anunció el ofrecimiento de una recompensa de 10 millones de pesos para quienes aporten datos sobre los homicidios de los taxistas Figueroa y Celentano y la balacera al colectivero Marcos D.

La investigación tiene un dato certero: todos los hechos fueron digitados como consecuencia de reformas penitenciarias, que incluyeron traspasos de reclusos de pabellones comunes a otros de alto perfil, donde las condiciones son más severas, con un protocolo muy riguroso de comunicación, de visita y de ingreso de objetos o de alimentos.

Sobrevuela la idea de que los líderes de diferentes bandas narco, algunas de ellas peleadas históricamente en determinados territorios de Rosario, ahora se unieron con el único objetivo de enfrentar al gobierno a través de este tipo de atentados. Una pista de eso también se vio en la hoja escrita que fue arrojada en la noche de este sábado en el homicidio del playero Bussanich: lleva la firma “Zona norte, zona sur, zona oeste, unidos”.

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