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Milei puso a prueba la lealtad de Villarruel 

A Javier Milei no le interesa la aprobación del DNU 70/2023 que está vigente desde diciembre. Lo que lo irrita es el rechazo, un rechazo que no tuvieron los decretos que Alberto Fernández dictó en pandemia. De todos modos el voto en contra le sirve. Necesita alimentar a los leones que despierta con su discurso anticasta. Lo necesita para sostenerse mientras cada día los argentinos viven peor. Lo dicen las mismas encuestas que no se publican y le dan imagen a favor pero con una caída de dos puntos por mes.

La primera sesión ordinaria reveló la falta de coordinación entre el Congreso y Casa Rosada  y generó sospechas cruzadas en la fórmula libertaria. En el despacho de la vicepresidenta Victoria Villarruel aún dudan si Milei habilitó o no la liberación del ejército de trolls en su contra. Se estima que unas 50.000 cuentas verificadas se disparan desde el Salón de los Patriotas con apoyo en la India. Les temen gobernadores y opositores que sin la habilidad ni los u$s 200 dólares que cuesta cada una carecen de la posibilidad de defenderse en ese terreno. 

Como contra Lali Espósito y el gobernador chubutense Ignacio Torres, esta semana le apuntaron a Villarruel; Martín Lousteau y la senadora de Chubut Edith Terenzi que denunció haber sido amenazada de muerte. Los 42 senadores que votaron en contra fueron escrachados en las redes sociales. Incluso por el Presidente y sus cuentas oficiales. 

Villarruel, que encabeza la mayoría de los sondeos de imagen positiva, grabó un mensaje al término de la sesión. En un solo intento habló a los votantes en general y a quienes le desconfían en La Libertad Avanza.

 «Soy leal» buscó desalentar críticas  al mismo tiempo que subrayó que ella no es Cristina Fernández de Kirchner. Ya había usado esa comparación cuando ordenó retirar el busto de Néstor Kirchner.

La vice no siente que haya traicionado a Milei. Pero piensa en su futuro político y no está dispuesta ensuciarse con las desinteligencias que la obligaban a desconocer la independencia del Congreso. En diciembre avisó que no estaban los votos para defender el DNU y volvió a advertírselo la semana pasada a Santiago Caputo y al propio Milei con quien habla evitando intermediarios

Aseguran que incluso pidió que el jefe de gabinete Nicolás Posse y el ministro del Interior Guillermo Francos comprometieran una tregua con los gobernadores hasta el Pacto de Mayo o al menos por un par de semanas.  Tampoco fue escuchada cuando sugirió que los ministros aceptaran la citación de la Bicameral de Trámite Legislativo o enviaran una explicación por escrito para demorar el tratamiento en el recinto.

Insisten cerca de Villarruel que hasta la noche del miércoles ofreció a los senadores una reunión con el ministro Francos y llamó a varios gobernadores. Otra vez le tiraron un misil con un duro comunicado de la Oficina de Prensa del Presidente en el mismo momento en que buscaba una salida con los jefes de los bloques no kirchneristas. La dejaron sola, sintió, y dinamitaron su último intento por evitar la sesión.

Tras la derrota, Francos volvió a usar sus artes dialoguistas y convocó a los siempre colaboradores diputados del PRO y a un grupo de la UCR para evitar la caída definitiva del DNU en Diputados. Ya consiguió que Rodrigo de Loredo (UCR Córdoba) y Nicolás Massot (Hacemos Coalición Federal) comprometieron su voto y que el gobernador mendocino Alfredo Cornejo y el correntino Gustavo Valdés le asestaran un intento de golpe a Lousteau, presidente de la UCR que votó contra. 

Ambos firmaron un comunicado junto al chaqueño Leandro Zdero; el jujeño Carlos Sadir; y los jefes de los bloques parlamentarios, De Loredo y Eduardo Vischi. «Queremos un cambio en el país y una UCR moderna» titularon el texto en el que aseguraron que apoyan los cambios en marcha. Cuidaron su honor pidiendo «consenso».

Curiosamente un gobernador radical no firmó. Concentrado en la sangrienta lucha contra el narcotráfico el santafesino Maximiliano Pullaro valoró públicamente a su par de Buenos Aires, Axel Kicillof. Esta semana el bonaerense salió del foco antikirchnerista y se mostró solidario con el envío de ayuda a Santa Fe. Lo devolvió al ring José Luis Espert que convocó a una rebelión contra el pago de impuestos bonaerenses. 

Casualmente Espert esta semana se juntó con Milei que lo presentó en público como nuevo integrante de la Libertad Avanza. El Presidente avaló el desafío. Y el equipo de Kicillof recordó que la Ley Impositiva se aprobó por amplia mayoría en la Legislatura bonaerense, que gran parte de los impuestos patrimoniales aumentaron por debajo de la inflación y se mantuvieron los criterios de progresividad para establecer las escalas.

Como Lousteau en la UCR, Pullaro llegó al poder resistiendo a los líderes de Juntos por el Cambio. Sólo el senador se jugó por él en lo más álgido de la campaña cuando su adversaria interna, la senadora Carolina Losada, y la actual ministra de Seguridad Patricia Bullrich lo acusaron de tener vínculo con los narcotraficantes.

«Puertas adentro todos dicen que es una barbaridad pero después votan distinto» se quejó Lousteau  desairado por muchos de sus pares a excepción del fueguino Pablo Blanco y la senadora radical de Chubut. No fue azarosa la frase: días atrás reunió a la mesa del Comité Nacional en un zoom que duró tres horas. Sólo la mendocina Pamela Verasay se opuso el comunicado que se firmó en defensa de la constitucionalidad -y en contra del DNU- que tanto molestó a su gobernador, Cornejo. Viejos radicales lo llaman «el ministro del Interior de facto». Otros a Lousteau le mandaron mensajes: «Te recibiste de radical» lo alegraron tras 15 años de afiliación.

Evidentemente el tema incomoda en la UCR. Sólo cuatro senadores se anotaron en la lista de oradores, actitud que un avezado parlamentario destacó. La sesión sólo duró seis horas aún cuando incluyó varios temas y extensas cuestiones de privilegio. ¿»No se animaban a defender el decreto»?, preguntó el dirigente con sorna. Cornejo sí se animó y públicamente defendió la constitucionalidad del DNU mileista.

El respaldo que nunca tuvo Lousteau de parte de la mayoría de los gobernadores -que no lo querían como jefe de la UCR- lo cosecha entre la juventud y los estudiantes. «Reformas sí pero no a través de un DNU inconstitucional», titularon el documento en la Juventud Radical que preside el diputado provincial de Jujuy Adriano Morone. A pesar de que su gobernador, Sadir, firmó el documento de Cornejo, Morone defendió el discurso con el que Lousteau rechazó el DNU 70/2023.

Este sábado en una reunión con dirigentes universitarios de Franja Morada el senador volvió a patear el tablero. «Si tenemos miedo a que nos digan algo en Twitter, nunca vamos a poder cambiar la Argentina», advirtió en un mensaje a sus correligionarios golpistas. «Hay que animarse a ser antimoda», les pidió consciente de que va contra la corriente en un contexto favorable a Milei y la antipolítica.

Tantas disputas internas, la de Milei vs Villarruel y la radical, más el fracaso del DNU, ocultaron lo que los oficialistas del Congreso consideran un éxito, que en la misma sesión se diera ingreso al pliego del presidente del Banco Central, Juan Curutchet; se respaldara la eliminación de la doble imposición tributaria a China y Turquíaun acuerdo de protección a las inversiones de Emiratos Arabes; la habilitación al Presidente para salir del país; y que se retirara un paquete de pliegos de jueces y fiscales que habían quedado pendientes de la gestión de Alberto Fernández entre otros temas. También -y sobre todo- que se haya votado una ley por unanimidad para actualizar la prevención y represión del lavado de activos.

Hasta un ultrakirchnerista como Oscar Parrilli habló a favor de la ley que se aprobó con 69 votos a favor y ninguno en contra. Esos cambios votados habían sido sugeridos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).

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