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Villarruel confirmó las diferencias con la Casa Rosada

El fuego amigo siempre es el fuego más peligroso. Con sonrisa y buenos modos Victoria Villarruel acaba de asumir públicamente su rol de opositora. En una entrevista ofreció la versión ‘buena’ frente a la irascibilidad presidencial pero subrayó su lealtad para con Javier Milei que fue quien le recomendó que hablara. En defensa propia destacó su compromiso con el «deber ser» cuando dijo que siempre da la cara y que por eso en la sesión en la que se rechazó el DNU 70/2023 sólo dejó el estrado para ir a comer.

La complicidad que mostró la foto con Milei buscó probar que en esas diferencias se complementan mientras en un sabatino intercambio de tuits sobre la marcha contra el aborto explicitaron lo que los asemeja. Dos días antes ella confirmó en público todo lo que se escuchaba en privado. Reveló entre otras cosas que se entera de las decisiones a través de los medios, incluso del tratamiento de los pliegos de los candidatos a la Corte Suprema, Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. Esa misión la involucra directamente y alcanzar los dos tercios requeridos la obliga a lidiar con el interbloque de 33 senadores peronista, en su mayoría cristinistas.

Circulan encuestas en las que Villarruel y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich comparten el podio -en ese orden- de imagen positiva. Tal vez por eso este fin de semana la excandidata a presidenta de Juntos por el Cambio defendió su gestión de las críticas de la titular del Senado y sugirió que trate al Presidente «con la investidura que tiene».

A Bullrich no le gustó que Villarruel llamara «pobre jamoncito» a Milei en referencia a que el Presidente está en el medio entre su bravura y la de su hermana Karina Milei. Sutil mensaje el de la Vicepresidenta que trata de evitar intermediarios -incluso a la Secretaria General- y habla directamente con su compañero de fórmula.

Villarruel asumió una posición incómoda y explicó que aumentó las dietas de los senadores convencida de que es lo que corresponde. «Tienen que ser retribuidos en forma digna», argumentó con palabras del diputado opositor dialoguista Miguel Angel Pichetto. Sólo retrotrajo su resolución porque se lo pidió el Presidente.

No se privó tampoco de criticar la política de seguridad y defensa, áreas para las que trabajó varios meses durante la campaña. No le gustó -y lo dijo- que la excluyeran en esa materia. Y cuestionó el pedido de Bullrich para que las Fuerzas Armadas intervengan en la lucha contra el narcotráfico. El comentario no cayó bien a la ministra cuestionada que se defendió públicamente aunque dio marcha atrás con una parte de su propuesta.

De la misma manera Villarruel reprochó por falta de recursos el proyecto de Luis Petri para que se instaure nuevamente el servicio militar. (Tal vez haya sido una devolución de gentilezas después de que el titular de Defensa asistiera a un acto en el Círculo Militar en el que posó sonriente para las fotos con la activista a favor de los represores Cecilia Pando. Villarruel no quiere a Pando y eso bien se sabe en el mundo castrense). La misma foto cayó mal en la UCR, partido del que sigue siendo afiliado el ministro Petri.

En la entrevista que concedió a Johnatan Viale la Vice criticó sonriente que en el tan contado desayuno que compartieron Milei sólo le dio galletitas de agua. Lejos de caer en otra diferencia él le marcó «me gusta» en las redes.

Parece que en Casa Rosada hay categorías. Cristian Ritondo almorzó milanesas con puré con Milei pero a los opositores no les dan ni café. Lo atestiguan los diputados dialoguistas de Hacemos Coalición Federal que se reunieron con el jefe de gabinete Nicolás Posse y el ministro del Interior Guillermo Francos, operadores full time a favor de los próximos envíos al Congreso. Pichetto, Emilio MonzóOscar Agost Carreño y Margarita Stolbizer, que votaron de manera distinta la Ley Bases, apenas tuvieron un vaso de agua sobre la mesa.

Como dijo Luis Caputo frente al Cicyp, Milei sostiene su gobernabilidad en el apoyo de gran parte de la sociedad. Esa ‘banca’ tiene groguis a los dirigentes de la oposición. No queda claro si Unión por la Patria sigue existiendo después del viernes 22. 

El último candidato a presidente de UXP, Sergio Massa, convocó a un plenario del Frente Renovador en Parque Norte a la misma hora que el PJ congregaba a su congreso nacional a Ferro. Y así, mientras Massa designaba presidente de su partido al diputado Diego Giuliano el PJ discutía a los gritos en ausencia de un liderazgo claro. Los renovadores hasta estrenaron logo. ¿Un desaire a la invitación que Gildo Insfrán le hizo a Massa para que vuelva al PJ?

No está claro si en el PJ se terminarán los dedazos. Pero al menos hubo gritos en el microestadio de Caballito. donde el Congreso PJ no fue sólo un trámite para levantamanos aunque se resolvieron cuestiones concretas como la intervención del distrito de Jujuy que celebró una comitiva encabezada por la senadora nacional Carolina Moisés.

También celebraron los menos cristinistas. A la diputada Victoria Tolosa Paz alguien le señaló su acompañamiento a Daniel Scioli cuando exigía una interna el año pasado y su presente como secretario de Turismo y Ambiente de Milei. «Yo no lo hice vicepresidente, ni lo hice gobernador ni lo puse de candidato en el 2015» se excusó Tolosa Paz responsabilizando de todas esas decisiones al kirchnerismo. El exmotonauta fue uno de los más criticados.

Entre los rebeldes, se destacaron el exgobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saá; el exministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni y el intendente de Esteban Echeverría Fernando Gray con un denominador común a favor de que haya internas. Les molestó que en lugar de los máximos dirigentes sentados en el estrado les contestara un apoderado.

Berni, que por este mismo tema hace años casi se fue a las piñas con Máximo Kirchner se quejó por la integración de una mesa que tomará decisiones futuras. «Desde cuando los peronistas pedimos permiso a una comisión, vamos a abrir esa comisión a patadas» se molestó e incomodó incluso a Axel Kicillof que crece en la conducción partidaria ahora que acaban de correr a Alberto Fernández.

¿«Será que el negocio es perder, sentarse y repartir en la mesa chica»? preguntó hiriente el senador provincial que entre otros muchas frases incendiarias cuestionó que «no pudimos tener un candidato peronista». Pocos quisieron hacerse cargo cuando advirtió que «el PJ es un partido, no una monarquía».

De la misma manera y en referencia a un aliado como Massa pero también a otros como Pichetto y Florencio Randazzo, el puntano Rodríguez Saá dijo que no tienen que volver al PJ los que ya se fueron. 

Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, fue el único que se animó a nombrar a Cristina Kirchner. «No debió hacerlo», evaluó otro intendente del Conurbano sobre la figura más importante que aún tiene el partido. Gray quiere renovar el partido y es de los pocos que enfrenta a Máximo Kirchner. «No nos señalemos, no nos tiremos entre nosotros» le contestó Fernanda Raverta, extitular de Anses. Mientras debatían se retiraron disconformes con el evento el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi y su par de Berazategui Juan José Mussi.

Hace exactamente una semana Ferraresi había pedido correr a La Cámpora y trabajar por Kicillof 2027. Mussi había pedido dejarse de pelar para evitar la derrota peronista. Ese 2 de julio del 2022, cuando terminó de hablar, renunció el ministro de Economía Martín Guzmán. El tiempo le dio la razón.

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