Debido a la epidemia de dengue que hay en Tucumán muchos padres comenzaron a preocuparse porque sus hijos corren peligro, según relatan, cuando van a tomar clases en las escuelas.
No faltaron los padres que dijeron que tal vez sea necesario analizar si no corresponde frenar el dictado de clases presenciales y que sean como en la pandemia «virtuales».
La La Agremiación Tucumana de Educadores Provinciales (ATEP) se hizo eco de algunos padres y pidió al gobierno la suspensión de clases presenciales.
El gobierno provincial le dio como respuesta un «no rotundo». Según la ministra de Educación solo el 4% de los alumnos del sistema educativo esta contagiado por dengue y el 7% de los maestros. No son indicadores preocupantes ni menos para generar alarma.
Lo cierto es que los contagios siguen creciendo y que hay una movilización de toda la comunidad, que debe colaborar para que no se propague más el mosquito.
Suspender las clases no es una buena opción porque no hay ninguna certeza que en sus casas los alumnos no se van a contagiar. No hay un lugar identificado como más peligroso que otro. Lo único que se puede decir es que hay zonas donde se dan más contagios que otras, pero no hay certeza de cuales son los espacios más peligroso que otros.