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La salud de Joe Biden: un problema de Estado

En medio de los fuertes rumores sobre la salud del presidente Joe Biden, los registros oficiales de visitantes de la Casa Blanca revelaron que un experto en enfermedad de Parkinson visitó la Casa Blanca ocho veces en los últimos meses y se reunió al menos una vez con el médico del presidente.

El experto, el Dr. Kevin Cannard, del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, el hospital que suele tratar a los presidentes de EE.UU, es un neurólogo que se especializa en trastornos del movimiento y recientemente publicó un artículo sobre el Parkinson.

Los registros, publicados por la Casa Blanca en respuesta a una solicitud de The New York Times, documentan las visitas desde julio de 2023 hasta marzo de este año. Si hubieran existido visitas más recientes no se darán a conocer hasta más tarde bajo la política de divulgación voluntaria de la Casa Blanca.

Las preguntas sobre la salud de Biden, y específicamente sobre el Parkinson, han proliferado desde su desastrosa actuación en el debate contra Trump el 27 de junio, donde se lo vio rígido y varias veces incoherentes, lo que hizo que arreciaran rumores sobre su capacidad física y mental para ser candidato a las elecciones de noviembre y de poder dirigir al país por otros cuatro años. Líderes demócratas han pedido que de un paso al costado para que asuma un candidato más competitivo para enfrentar a Donald Trump.

Biden ha dicho repetidas veces que fue solo “una mala noche”, que estaba cansado por los viajes y que gozaba de buena salud. En una entrevista televisiva dijo que se sometía al equivalente de un examen neurológico todos los días debido a la presión de su trabajo como presidente y que no hacía falta un examen cognitivo.

Algunos de los síntomas del Parkinson incluyen rigidez para caminar y moverse, dificultades para hablar o voz baja y falta de expresión facial (cara de máscara), entre otros, todos signos que parecen manifestarse en Biden. Sin embargo, el presidente no presenta temblores, otro de los síntomas comunes de la enfermedad.

No estaba claro si el Dr. Cannard fue a la Casa Blanca para consultar específicamente sobre el presidente o si estaba allí como parte de reuniones no relacionadas con el equipo médico de la Casa Blanca. La página de LinkedIn del Dr. Cannard lo describe como «apoyando a la Unidad Médica de la Casa Blanca» durante más de 12 años, lo que incluiría durante las administraciones de los presidentes Donald J. Trump y Barack Obama.

The New York Times buscó consultar al Dr. Cannard, pero no respondió. Tampoco la Casa Blanca comentó específicamente sobre el propósito de sus visitas. «Una amplia variedad de especialistas del sistema Walter Reed visitan el complejo de la Casa Blanca para tratar a los miles de militares que trabajan en el lugar», dijo Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, en un comunicado.

Bates dijo que el presidente «ha sido visto por un neurólogo una vez al año» como parte de su chequeo físico anual general y «ese examen no ha encontrado signos de Parkinson y no está siendo tratado por ello». Se negó a dar fechas de cualquier reunión entre Biden y cualquiera de sus especialistas, pero dijo que «no ha habido visitas al neurólogo además de la de su examen físico por año, tres en total».

El Dr. Cannard se reunió el 17 de enero con el Dr. Kevin O’Connor, el médico de la Casa Blanca, así como con el Dr. John Atwood, cardiólogo de Walter Reed, y otra persona en la clínica de la Casa Blanca, mostraron los registros. Esa reunión se produjo un mes antes de que Biden se sometiera a su chequeo físico anual más reciente en Walter Reed el 28 de febrero.

El Dr. O’Connor dijo en aquél entonces que el equipo médico del presidente había realizado «un examen neurológico extremadamente detallado» que no había arrojado «ningún hallazgo que fuera consistente con» el Parkinson, el derrame cerebral u otros trastornos neurológicos centrales. El Dr. O’Connor no dijo si el examen contenía pruebas comunes para evaluar el deterioro cognitivo o detectar signos de demencia que a menudo se recomiendan para los adultos mayores.

La Casa Blanca ha dicho en los últimos días que no ha habido razón para realizar más investigaciones desde febrero, aunque las presione sobre su salud son cada día más fuertes.

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