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Inteligente estrategia de marketing

La noche del lunes tuvimos foto de familia con gobernadores y desfile. El tapado rojo de la vicepresidenta sobresalió tanto por no estar presente en Tucumán, como por subir ágilmente al tanque de guerra. Vistos en conjunto ambas actividades parecen contradictorias. 

Hay un acuerdo sobre diez puntos que parten de una idea rectora. El Estado poco tiene que hacer en la vida de los ciudadanos. Eso es lo que Milei predica cotidianamente. Y lo que reafirmó en su discurso la madrugada del 9 de Julio. 18 gobernadores escucharon sin inmutarse qué piensa el oficialismo sobre la coparticipación. Al no ser solidaria supondría la desaparición de gran parte de las provincias. Ya que sin federalismo no hay nación. Extraña que los representantes de territorios con bajo PBI y escasa densidad poblacional ni siquiera hayan mostrado un gesto de alarma. O que gobernadores como Frigerio, que días atrás realizó una fuerte reivindicación de la acción del Estado provincial y del Banco de su provincia para colaborar con el desarrollo económico de las empresas, tampoco se inmutaran. Bastaría recordar que la Constitución del 53 se basó en pactos preexistentes entre las provincias y que la del 94 estuvo precedida por un acuerdo que envolvió al conjunto de las fuerzas políticas y sociales.

Quizás muchos firmaron más por conveniencia y temor que por convicción. Total una firma no se le niega a nadie. Recordar qué sucedió con el pacto fiscal entre los gobernadores y Macri quizás sirva de ejemplo de lo que sucede cuando no hay acuerdos de fondo.

Temprano el 9 Milei se dio el gusto de sentirse refundador del país. Y a las pocas horas se hizo presente en un desfile militar en donde los veteranos de Malvinas fueron reivindicados en medio de múltiples ¡Viva la Patria! Noche refundacional más desfile que reafirma la identidad nacional podría ser leído como que se es parte de los movimientos nacionalistas que reivindican el proteccionismo económico y rechazan la inmigración. Nada más lejos de eso es en lo que cree Milei. 

Estaremos otra vez ante un “miren lo que hago y no lo que digo”. Parece difícil. Quienes en su gobierno encarnan la gestión económica poco tienen que ver con las ideas de reafirmación de lo nacional.

Vemos una inteligente estrategia de marketing de afirmarse en el nacionalismo de Villarruel para encubrir un extremo liberalismo. 

Milei logra generar un doble mensaje porque recita liberalismo libertario pero a la vez tiene un férreo control sobre la economía. Y culpa además a políticos,  bancos y empresarios por los males del país.

Todas estas contradicciones permiten que su acción pueda ser leída en una parte de los sectores populares como expresión de reafirmación nacional y en sentido inverso, en sectores medios altos, como un nuevo modo de insertarse en las corrientes universalistas. Mientras Milei intenta abrir la economía, logra identificación simbólica, mantener la iniciativa política y reafirmar la expectativa entre sus votantes. 

Lo ayuda el comportamiento de la inflación –la que promete será 0–. Pero entre la foto de familia y el desfile estuvo el tedeum, en donde le recordaron que en el país hay una gran pobreza, que el maltrato y los insultos no construyen, que para que haya dignidad hay que tener sensibilidad social y agrandar la torta. El coeficiente de Gini parece decir que está sucediendo todo lo contrario, al tiempo que crece la preocupación por el desempleo y los bajos salarios./
Hugo Haime

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