La Pastoral Social de la Iglesia Católica de Córdoba emitió un documento bajo el título “Penalizar no es la solución” para fijar posición “de manera respetuosa pero con claridad” sobre el proyecto del gobierno nacional para bajar a 13 años la edad desde la cual pueden ser penalizados los adolescentes en el país.
“Lo que, como sociedad y Estado, ha de preocuparnos y ocuparnos responsablemente es buscar y encontrar soluciones verdaderas a la problemática de prácticas delictivas por parte de menores”, señala el documento. Y agrega: “Los menores que delinquen no son aerolitos caídos de arriba, tienen conexiones con los medios en los que crecen y viven y con los contextos socioeconómicos que los atraviesan.
El pronunciamiento responde a una línea de análisis que, lejos de simplificar el fenómeno de la inseguridad, lo analiza desde la complejidad social y la crisis que ha provocado un incremento de la pobreza en el país.
Invita a “pensar con fundamentos” si bajar la edad de penalización “contribuirá a erradicar la delincuencia de los menores o si, por el contrario, sólo satisfará reclamos de venganza, aumentará los resentimientos y profundizará esta herida social”.
“Mejor es prevenir”, propone y advierte que habría que apuntalar “los recursos que sean necesarios para: fortalecer a las familias, asegurándoles el derecho a la tierra, el techo y el trabajo (las 3 T); hacer llegar a todos la necesaria seguridad alimentaria y las condiciones de salud integral; alentar, sostener económicamente, ofrecer capacitación a todos los niveles de educación pública; promover espacios de socialización integradora”.
La Iglesia suma así su voz ante el inicio del debate en el Congreso de la Nación sobre el proyecto que envió el gobierno nacional para modificar el régimen penal juvenil y bajar a 13 años la edad desde la cual los adolescentes pueden ser imputados, detenidos, juzgados y condenados.
La dirigencia de la Iglesia Católica ha levantado su perfil con definiciones contundentes sobre problemáticas sociales, confrontando con las autoridades políticas. Días pasados, el arzobispo Angel Rossi también se pronunció sobre el impacto en los jóvenes y niños del juego online. Sin medias tintas afirmó que Córdoba no tiene casinos en la Capital, pero «le puso un casino a cada pibe en el celular».
En uno y otro caso, la conducción de la Iglesia adoptó posiciones críticas hacia políticas nacionales y provinciales.