La informalidad laboral sigue siendo un problema grave en la economía argentina, y su situación se agravó aún más en el último año. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el 43% de los trabajadores son informales, lo que representa un aumento de 132 mil personas que trabajan sin aportes jubilatorios ni derechos laborales.
En el segundo trimestre de 2023, se contabilizaban 12.874.000 asalariados, de los cuales 7.434.000 estaban registrados. Sin embargo, un año después, el total de trabajadores cayó a 12.859.000, perdiéndose 147 mil empleos formales, mientras que la cantidad de informales creció a 5.572.000, revelando una crisis en la creación de empleo formal.
La presión inflacionaria y la recesión pusieron en jaque a las empresas, obligándolas a reducir costos laborales, lo que ha incrementado la informalidad. Al mismo tiempo, los sectores informales siguen creciendo, sin que haya incentivos suficientes para formalizar empleos, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas, que enfrentan mayores dificultades burocráticas.
El impacto de este fenómeno no solo afecta a los trabajadores, sino también al sistema previsional. Con menos aportes, el financiamiento de las jubilaciones está en riesgo, lo que podría derivar en reformas futuras para asegurar la sostenibilidad del sistema de seguridad social.
Los sectores con mayor tasa de informalidad laboral incluyen el servicio doméstico, la construcción y la agricultura. El servicio doméstico es el sector más golpeado, con un 70% de sus trabajadores en la informalidad: de los 1.580.000 empleados, solo 474.000 están registrados.
En la construcción, la situación es crítica. De los 952.000 trabajadores en el rubro, 567.000 no están registrados, lo que equivale al 60% del sector. El freno en la obra pública contribuyó a esta informalidad, afectando principalmente a las empresas que solían operar formalmente bajo licitaciones.
En la agricultura, más de la mitad de los trabajadores no tienen aportes jubilatorios. De los 825.000 empleados, 481.000 son informales, lo que representa el 58% del total. Otros sectores con alta informalidad incluyen los servicios de salud privados y las actividades comunitarias, donde el 51% de los asalariados están en negro.
Aunque ningún sector está completamente exento de la informalidad, hay ramas de actividad que mantienen mejores niveles de formalización. En la pesca, solo el 12% de los trabajadores son informales, aunque se trata de un sector pequeño que no impacta significativamente en el panorama laboral general. Similar es el caso de la explotación de minas y canteras, donde el 12% de los empleados no están registrados.
Por otro lado, en el sector de intermediación financiera, de los 282 mil asalariados que trabajan en este rubro, 38 mil no están registrados, lo que representa un 13% del total. Aunque menor en comparación con otros sectores, este nivel de informalidad resalta incluso en áreas más estructuradas de la economía.