Mantener los lentes limpios y en buen estado asegura una visión clara y nítida, ya que las manchas, rayones o suciedad pueden perjudicar el cristal y limitar el tiempo de uso. Es por eso que existe un truco eficaz para solucionar estos problemas con solo dos ingredientes de cocina que se encuentran al alcance de la mano.
Un buen cuidado prolonga la vida útil de los lentes, por lo que se deben evitar rayones y daños físicos para no reemplazarlos con frecuencia. Además, los lentes sucios o dañados pueden causar incomodidad al usarlos, lo que puede llevar a fatiga visual o dolores de cabeza.
Para impedir esto, en la actualidad existen limpiadores especializados que en varias ocasiones resultan costosos, por lo que cuidarlos adecuadamente puede ayudarte a ahorrar dinero a largo plazo.
Es por eso que existe un truco seguro que deja el cristal del lente como nuevo. Y solo se necesita dos ingredientes de cocina: vinagre blanco y bicarbonato de sodio.
Ambos materiales combinados quitan la grasa y el polvo acumulado, ayudando además a aminorar las marcas y rayas que se generan en los cristales de los lentes.
El vinagre blanco es eficaz para quitar manchas de diversas superficies y puede ayudar a descomponer residuos de grasa y minerales. Además, es un producto natural, no tóxico y generalmente más económico que muchos limpiadores comerciales.
En tanto, el bicarbonato de sodio es un abrasivo suave que puede ayudar a pulir y abrillantar superficies sin rayarlas. Asimismo, puede ayudar a descomponer la grasa y la suciedad, además de tener propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a reducir la presencia de bacterias tanto en los cristales como en marcos y patas.
Paso a paso: ¿Cómo se prepara la mezcla?
- En cualquier recipiente, se deberá mezclar el vinagre blanco y agua, para que algunos materiales del lente, como el antirreflejante, se mantengan intactos durante la limpieza.
- El paso siguiente consistirá en añadir el bicarbonato de sodio a la mezcla. Se requiere una cucharadita del compuesto por cada taza de la mezcla de vinagre y agua, lo que resultará una espuma suave de la reacción.
- Tomar un paño limpio (preferentemente de microfibra), sumergirlo en la mezcla y asear el cristal de manera suave, sin ejercer tanta presión, ya que puede dañar los protectores antirreflejantes, entre otros componentes.
- Por último, limpiar los lentes con un paño seco o toallas de papel para evitar nuevas rayas o dejar residuos.
