Los une la necesidad de sobrevivir. Los separan las estrategias. El radicalismo llega dividido a las elecciones de medio término y es probable que esta fragmentación se profundice a medida que se acerquen los comicios: sin una conducción nacional que unifique, hay tantas realidades como distritos y en cada uno de ellos prima una lógica electoral diferente.
Según la jurisdicción, hay dirigentes que priorizan la pureza partidaria y se rehúsan a forjar alianzas; otros que sintonizan con el Gobierno libertario y buscan un acuerdo electoral; y un tercer grupo que presenta una postura oscilante: acepta coincidencias con Javier Milei, pero evalúa una confluencia de listas a partir de cómo se termine de acomodar el rompecabezas político.
En la Cámara de Diputados, la UCR pone en juego 22 de sus 33 bancas entre el bloque con el nombre oficial conducido por Rodrigo de Loredo y el presidido por Pablo Juliano, llamado Democracia. Representan a las provincias de Córdoba (3), Buenos Aires (3), Entre Ríos (2), Mendoza (2), Misiones (1), Neuquén (1), Catamarca (1), Tierra del Fuego (1), Tucumán (1), Jujuy (1), Corrientes (1), Formosa (1), La Pampa (1), Santa Fe (1), Chaco (1) y la Ciudad de Buenos Aires (1). En el Senado renovarán 4 de sus 13 senadores correspondientes a las provincias de Chaco, Entre Ríos, Tierra del Fuego y la Capital. El radicalismo mira estos números con preocupación: reconocen la dificultad para sostenerlos más allá del 10 de diciembre.
De los cuatro gobernadores de la UCR, cinco dirimen la conformación de sus legislaturas. El correntino Gustavo Valdés, que no puede volver a reelegirse, también arriesga la continuidad de su espacio al frente del Poder Ejecutivo provincial. Santa Fe, en tanto, elegirá los 69 convencionales reformadores de la nueva Constitución. Será una elección determinate para los mandatarios provinciales, quienes retienen el control del partido local: tendrán la última palabra sobre la celebración de posibles alianzas así como del armado de listas.
El debate sobre la estrategia electoral se da a la par de una conducción titilante del partido nacional, a cargo de Martín Lousteau. El senador porteño se consolidó como un opositor al Gobierno Nacional y se diferenció de una porción considerable de la dirigencia radical. Motorizó la salida de 12 legisladores del bloque UCR de la Cámara baja tras la decisión de un puñado de correligionarios de fotografiarse con Milei y apoyar los vetos a la ley de reforma previsional y el financiamiento universitario. Lo hizo junto al diputado bonaerense, Facundo Manes, quien retiene a través de su hermano Gastón el otro órgano de poder partidario: la Asamblea Nacional.
Tras un silencio prolongado, Lousteau volvió a criticar esta semana a Milei. En X, dijo que “avanza en una espiral autoritaria” y consideró que “no se puede construir una mejor sociedad con violencia ni persiguiendo a quienes piensan distinto”.
Manes y Lousteau son referentes de distritos que el radicalismo no gobierna: la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, dos territorios de peso en la construcción nacional del partido. En la Ciudad manda Pro a través de Jorge Macri y Lousteau no se resigna a convertirse en su sucesor. Los constantes coqueteos entre el macrismo y los libertarios situaron al senador nacional en la vereda de enfrente al ejecutivo local y nacional. Hoy el vínculo entre Pro y LLA pasa por su peor hora, sobre todo en el bastión amarilo.
El armado porteño de Lousteau, ligado al vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Emiliano Yacobitti, convive con el del binguero Daniel Angelici, amigo de Macri.
La proyección nacional de Manes lo ubicó como opositor a Milei, a pesar de que el peronista Axel Kicillof, en proceso de deskirchnerización, gobierna la provincia de Buenos Aires. El neuroscientífico coexiste en territorio bonaerense con la porción radical que no descarta un acuerdo con los libertarios para derrotar al PJ. Se trata del sector que conduce el senador Maximiliano Abad y el presidente del radicalismo local, Miguel Fernández, quienes matizan los elogios y las críticas a La Libertad Avanza (LLA). Hacen equilibrio y dejan la puerta abierta.
Abad y Fernández harán un encuentro partidario este viernes en Mar del Plata. Mostrarán músculo político y empezarán a trabajar en la estrategia electoral, cuyos detalles dependerán de si sobreviven o no las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y de la concurrencia con las elecciones nacionales. En paralelo, siguen de cerca la evolución del diálogo entre el Pro bonaerense y LLA. “Si Macri no cierra con Milei en la provincia el radicalismo podría jugar con los libertarios”, analiza un dirigente bonaerense. Otros muestran cautela.
En el resto de los territorios que no gobierna, la UCR deberá definir cómo juega. En jurisdicciones como Córdoba, Catamarca, Neuquén o Santa Cruz, gobernadas por el PJ o sus mutaciones locales, el radicalismo baraja una alianza con los libertarios para evitar dividir la oferta electoral no peronista y sortear con ello una rotunda derrota. Buscan sobrevivir.
Los gobernadores
Cada mandatario provincial mantiene un vínculo diferente con la Casa Rosada. Las diferencias son producto de un complejo entramado de variables. Se combinan la fortaleza del radicalismo en cada jurisdicción, el nivel de conocimiento de los perfiles libertarios locales y las ambiciones políticas de cada gobernador.
Mendoza
Alfredo Cornejo es el principal exponente de los acuerdistas. Muestra sintonía con las ideas libertarias y apuesta a cerrar en su pago chico una alianza con LLA para desactivar cualquier amenaza a su gobernabilidad. Lo hará a través de su sello provincial, Cambia Mendoza.
Una parte de Pro fue absorbido por los libertarios. Omar de Marchi, su excompetidor en las primarias dentro de Juntos por el Cambio, terminó como funcionario de Milei y es probable que su estructura juegue dentro de un frente violeta. Es decir, Cornejo solo tiene a LLA como competidor por derecha.
Luis Petri, el radical que acompañó a Patricia Bullrich como candidato a vicepresidente y hoy es ministro de Defensa Nacional, podría ser una amenaza al poder de Cornejo en 2027, quien deberá construir un sucesor. Antes de pegar el salto a las filas libertarias, Petri conformó el “Grupo Malbec”, creado por Cornejo para apoyar la candidatura de Bullrich. Muchos de los legisladores que se referencian con el mendocino, como el cordobés De Loredo, podrían jugar en alianza electoral con el Gobierno.
Corrientes
Gustavo Valdés enfrenta un desafío considerable: pone en juego la gobernación en medio de una merma de su imagen producto del caso Loan Peña. En paralelo, crece el armado libertario en su provincia.
Tiene otras dos dificultades. Por un lado, no puede reelegirse y apuesta a retener el ejecutivo local a través de un dirigente de confianza. Por el otro, la UCR correntina está fracturada: Valdés está peleado con Ricardo Colombi, su padrino político y antecesor, quien pretende retomar el control provincial.
A pesar de que la provincia mantiene una larga tradición radical, esta combinación de factores entusiasma a peronistas y libertarios, que apuestan a cambiar su color político. Por estas mismas complejidades, Valdés es un acuerdista con límites: reconoce que una alianza con LLA evitaría una dispersión de su electorado, pero no está dispuesto a ceder poder en el ejecutivo.
El diputado Lisandro Almirón, apoderado de LLA en Corrientes, ya empezó a recorrer la provincia con el traje de candidato. Se ilusiona con que la marca de Milei arrastre votos a su favor y se cuele en un posible balotaje.
Santa Fe
Maximiliano Pullaro es el más híbrido de los gobernadores de la UCR. Forma parte de Evolución, la rama radical que lidera Lousteau, pero la hostilidad dentro de su territorio, marcado por el narcotráfico, lo acercan a Bullrich, con quien comparte el discurso de mano dura contra el crimen.
Es el mandatario provincial que pone menos espacios en juego: no se eligen legisladores locales -las Cámaras se renuevan en su totalidad cada cuatro años- y en el plano nacional solo la diputada Melina Giorgi, que le responde directamente, deberá dejar su banca. Giorgi forma parte del bloque de radicales blue de Democracia.
Pullaro no solo no está jaqueado por los libertarios sino que, además, logró quebrar al peronismo en su provincia. A principios de diciembre, el gobernador impulsó la necesidad de una reforma constitucional que, entre otros puntos, podría abrir el debate sobre su propia reelección, hoy prohibida. Lo consiguió con los votos del peronismo del exgobernador Omar Perotti.
El gobernador no habla de acuerdos sino que invita a los que coinciden con sus ideas a sumarse a la coalición que lidera, llamada Unidos. “Tiene que ver con el orden del Estado, la eficiencia en la administración de los recursos, una política de seguridad, una política educativa, de desarrollo”, explicó Pullaro durante una entrevista con Clarín. Y agregó: “Todos los que coincidan con el programa de gobierno pueden ingresar. No es un frente cerrado que expulsa gente, es un frente abierto, depende de los demás actores”.
Chaco
Leandro Zdero es el protegido político de Valdés y es probable que su estrategia se de en espejo con la correntina. Es un mandatario de bajo perfil que cuida su territorio del peronismo, al acecho después de que Jorge “Coqui” Capitanich dejara el poder en 2023.
La provincia renueva sus tres senadores, dos en manos del PJ y otro en poder del radicalismo. Esta particularidad podría estimular al mandatario chaqueño a buscar un acuerdo con los libertarios a nivel local. Con el peronismo fuerte, deberá evitar la dispersión para no quedarse afuera del Senado.
“Lo importante son las ideas, no los partidos”, dijo el senador en uso de licencia y actual ministro de Zdero, Víctor Zimmermann, quien no descartó un acuerdo con los libertarios. “Somos aliancistas por naturaleza, sin perder la identidad”, sumó.
Jujuy
Carlos Sadir llegó a la cima del poder provincial de la mano de Gerardo Morales, exgobernador de la provincia del norte y aliado de Lousteau. Sin embargo, cuida su territorio y evita exhibirse como un opositor a la Casa Rosada. Como tantos otros gobernadores que son beneficiados por la coparticipación del Gobierno Federal, necesita nutrir la buena sintonía con Milei.
Además de los cargos locales, pone en juego solo una banca en la Cámara de Diputados. A pesar de guiños, es poco probable que cierre un acuerdo con los libertarios en su provincia: el control de la UCR jujeña sigue en manos de Morales, opositor a la conducción nacional.