“Macri dijo que venía con Antonia y no cumplió”, dijo Mirtha Legrand mientras agradecía a sus invitados. Hizo un silencio, y acotó, directa, sin eufemismos, como acostumbra en sus programas de televisión: “Como siempre…”. Decenas de asistentes, entre familiares, artistas y amigos, la escuchaban bajo un calor que agobiaba en la noche del pasado domingo en el jardín de Barrio Parque de la casa de su hija Marcela, que vistió de gala para el festejo 98 de su madre. “En dos años soy centenaria”, avisó la diva de los almuerzos, algo molesta por el desplante del ex presidente, el único político de peso que incluyó en la lista de invitados y que, según ella, había comprometido su presencia en compañía de su hija menor.
Tan confirmado estaba Macri que los organizadores del evento le reservaron una silla a la derecha de la diva, justo a su lado, en la mesa principal. Cada asistente contaba en su lugar con una identificación diseñada como la tapa de una revista con imágenes y titulares vinculados a la agasajada, y el nombre de cada uno de los invitados. En el caso de la del jefe del PRO, es la imagen que ilustra esta sección. En esa misma mesa se ubicó la familia de la conductora y, por ejemplo, Daniel Funes de Rioja.
La ausencia del ex presidente en el cumpleaños 98 de la máxima diva de la televisión contrasta en simultáneo con una activa presencia como jefe del PRO, en vísperas de una campaña que puede convertirse en bisagra en la relación entre ese espacio y el partido gobernante.
¿La (nueva) madre de todas las batallas? Esta sección se ocupó en las últimas semanas de manera recurrente de la disputa en la ciudad de Buenos Aires por una sencilla razón: tal como está planteada por La Libertad Avanza y el PRO, este año ese distrito se encamina a arrebatarle, o al menos a competirle, a la provincia de Buenos Aires el mote de “madre de todas las batallas”. En particular, porque el resultado del domingo 18 de mayo, cuando se elijan legisladores locales, puede terminar por dinamitar un acuerdo electoral de cúpulas entre ambos espacios en el resto de los territorios.
El jefe del PRO está muy pendiente de la estrategia porteña, también en el resto del país. En los últimos días, Antoni Gutiérrez-Rubí, el gurú catalán que asesora ahora a los primos Macri, desembarcó en el país, para empezar a planificar la campaña. Se instaló en el búnker de la calle Balcarce, y en reuniones recientes se mostró moderadamente optimista: aseguró que, en la capital, La Libertad Avanza no mide más de 20 puntos y que hay territorio verde para el oficialismo porteño para ir en busca de votos.
El PRO arrastra un dilema central: quién será el candidato que represente al jefe de Gobierno en las elecciones adelantadas de mayo. Se barajan desde Laura Alonso y María Eugenia Vidal a Fernán Quirós y hasta a Hernán Lacunza. A ese dilema interno se sumó en las últimas horas un dolor de cabeza extra: la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de competir este año, casi seguramente en la categoría de legislador, una pésima noticia para la administración local porque divide al votante.
El posteo en redes del ex jefe de Gobierno del pasado lunes con esa confirmación, que incluyó críticas durísimas a la gestión de Jorge Macri -el alcalde se muestra bastante optimista frente a sus principales interlocutores-, cayó como un baldazo de agua helada en la sede de Uspallata porque hasta hace algunas semanas desde esas oficinas todavía se especulaba con la posibilidad de que el fallido ex candidato presidencial resolviera rencillas con su sucesor, y que, en todo caso, hiciera un aporte a la performance del PRO.
En ese sentido, circularon de manera insistente en estos días dos versiones: que Rodríguez Larreta se habría reunido primero con el jefe del PRO para avisarle que se presentaría por fuera del espacio al que todavía pertenece, y que después se habría encontrado con el jefe de Gobierno tras algunas gestiones de Emmanuel Ferrario, pero principalmente de Gabriel Sánchez Zinny, el jefe de Gabinete que mantiene buenos vínculos con el ex jefe de Gobierno. La información, muy comentada internamente, fue rechazada por los protagonistas.
