En el marco del juicio por la muerte de Diego Maradona, esta jornada declaró un testigo clave, Colin Campbell, el médico vecino del barrio San Andrés, que el día en que murió el Diez, se presentó en la casa para asistirlo por la descompensación, e intentar salvarle la vida. Su declaración complicó a los imputados, ya que puntualizó que cuando él llegó, Maradona estaba muerto. “Ya no tenía signos vitales hace un tiempo largo”, aseveró.
Este jueves Campbell declaró ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de San Isidro, integrado por los jueces Verónica Di Tommaso, Maximiliano Savarino y Julieta Makintach, y detalló los movimientos que realizó el 25 de noviembre de 2020, día en que murió Maradona.
“El día miércoles que ocurrió el hecho me llama el guardia del barrio a las 12:26. Me estaba preparando para ir a trabajar. Me comentan que Maradona se había descompuesto y que ya habían llamado a la ambulancia. Yo inmediatamente agarré el tensiómetro y el estetoscopio y fui a la casa en auto. Estaba a unos 50 metros”, puntualizó.
En el domicilio, según su testimonio, se encontró con Carlos Díaz, el psicólogo y uno de los imputados en la causa, que lo llevó hasta la habitación, donde Maradona estaba tendido sobre la cama con dos personas que lo asistían ante la presunta descompensación, uno haciéndole respiración boca a boca, y otro masajes cardíacos.
“A los pies de la cama estaba la psiquiatra (Agustina Cosachov) que estaba observando lo que hacían”, señaló.
Y agregó: “Cuando lo vi, pregunté hace cuanto lo habían encontrado y me dijeron que se había levantado a media mañana a desayunar y que volvió a ingresar a su cuarto. Esto en simultáneo con intentarle encontrar algún signo vital, pero no le encontré pulso ni sentí la respiración”.
“¿Observó aparatología médica?”, preguntó Patricio Ferrari, uno de los fiscales generales adjuntos de San Isidro, a cargo de la acusación. “No nada, absolutamente nada”, afirmó el testigo.
“Yo no lo conocía antes, no tengo punto de comparación, pero vi a una persona acostada, en una posición como durmiendo, muy obesa y con una temperatura bastante más baja de lo normal. Ya no tenía sinos vitales hace un tiempo largo. Estaba así hace un tiempo largo. Tenía el brazo derecho colgando, sin ningún tipo de tonicidad. Parecía postrada hace mucho tiempo, la inflación de los miembros inferiores era notable”, expresó.
Y agregó: “Su temperatura no me pareció que correlacionara con el relato que me dijeron de cuando fue la última vez que lo vieron».
Al finalizar, la jueza Makintach le preguntó al testigo a qué se refería cuando afirmó “no tenía signos vitales hace un tiempo largo”, a lo que el médico respondió que “entre una y dos horas”.