La primera semana de agosto se deben presentar las alianzas políticas que competirán en las elecciones del 26 de octubre. El 17 de agosto es la fecha para inscribir a los candidatos. Con ese horizonte y esos tiempos se mueven todos los partidos y aspirantes a candidatos.
Hay algo de incomodidad y nerviosismo a la hora de plantear acuerdos que puedan materializarse en las boletas. Hay tantos intereses en juego que la tarea se hace difícil. Son tiempos de liderazgos cuestionados.
En el peronismo vuelven a aparecer los síntomas de la interna Manzur-Jaldo. En esta oportunidad la distribución del poder es inversa a aquella contienda. Ironías del destino.
El gobernador de la provincia Osvaldo Jaldo, necesita retener las dos bancas que pone en juego el peronismo. Ese es el pasaporte para ingresar a Casa Rosada y sentarse en la mesa de negociación. O sea, no quiere perder las cartas credenciales necesarias para ocupar ese lugar.
Jaldo recibió en el apoyo explícito en este proceso electoral del vicegobernador Miguel Acevedo, y de la intendenta de San Miguel de Tucumán Rossana Chahla, pero con la condición inamovible de no ser «candidatos testimoniales». Es algo que se usó en otros tiempos y que es reprobado por la sociedad en general. Con un agravante, ahora hay más intolerancia hacia la política tradicional y a sus «mañas».
Muchos en Casa de Gobierno tenían esperanza que Acevedo acepte ser candidato. En las encuesta mide después de Chahla y mantiene una imagen limpia.
Hasta ahora tanto Jaldo como Acevedo y Chahla, tienen la intención, no explicitada, de no modificar la distribución del poder y repetir el esquema en 2027. Estas elecciones son un paso previo, pero hay quienes dicen que nada asegura que este pacto implícito se mantenga inalterable. En dos años pueden pasar muchas cosas imprevistas. Las travesuras nunca desaparecen en la política y nadie tiene la capacidad de pronosticarlas.
En la boleta dan por descontado que estarán los nombres de Elia Fernández de Mansilla y Agustín Fernández. Ambos terminan su mandato y se busca que repitan. La dupla asegura mantenerse fiel a Jaldo, formando un bloque en la Cámara de Diputados, de tal manera que le permita al gobernador usarlo como elemento de diálogo.
Se piensa que pueden ser parte de la contienda electoral algunos ministros del gabinete provincial. Darío Monteros, está descartado, aunque contaría con el apoyo del peronismo. Los otros nombres que se barajan son el de Regino Amado, quien también goza de buena aceptación de los compañeros; y el otro nombre en danza es el del ministro de Seguridad Eugenio Aguero Gamboa, ya que su gestión está obteniendo buenos resultados. No sería difícil instalar su candidatura y podría captar votos no peronistas, pero necesitaría una fuerte campaña de posicionamiento para alcanzar este objetivo.
Está por verse como se expresará el peronismo que no comulga con la gestión de Jaldo. Hasta ahora lo que se insinúa es que el ex intendente de Tafí Viejo y actual legislador Javier Noguera, sería candidato. No se sometería a una interna, saldría con una candidatura por fuera. Se especula que el Frente Renovador de Sergio Massa, lo podría contener. Lo cierto es que cuenta con el apoyo explícito de Cristina Kirchner y Juan Manzur, con quienes mantiene recurrentes diálogos.
El radicalismo está dividido y es irreconciliable. Por lo tanto la habilidad para las negociaciones internas será clave para evitar llegar separados a octubre. Un sector tiene a Roberto Sánchez, como candidato. En las elecciones a gobernador obtuvo 30 puntos y mantiene una buena imagen. Pero para lograr el acompañamiento del radicalismo que no lo apoya deberá repartir el poder partidario de manera que satisfaga a sus correligionarios disidentes. En caso de no alcanzar un acuerdo habrá otra lista radical, con candidatos que buscarán restarle fuerza electoral. En la Casa Radical a esto lo saben. Los antecedentes sobran.
En las filas de LLA tienen en claro que cualquier acuerdo político debe respetar que Lisandro Catalán, sea cabeza de lista. En segundo lugar les gustaría que vaya Paula Omodeo, de CREO, ya que finaliza su permanencia y quiere renovar su banca. Habrá que esperar para saber si acepta el segundo lugar o decide ir en soledad encabezando otra boleta.
Ricardo Bussi, está a la espera para saber si podrá por fin lograr una alianza con el radicalismo de Sánchez, al que además se sumarían otros sectores políticos. Como siempre ocurrió, hay unos que lo creen posible y lo desean y otros lo rechazan frontalmente. En este caso presentará una lista pura de FR.
El escenario no está definido. Está lejos de lograr la configuración definitiva que tendrá cuando lleguen las elecciones de octubre. Hay diálogos e insinuaciones pero los intereses son casi infinitos. Se necesita estrategia y madurez política en estos procesos, para lograr acuerdos que arrojen los beneficios buscados. Pero la última palabra la tienen los electores donde resalta la presencia de jóvenes que son antipolítica y rebeldes a las formas y estructuras tradicionales.