Los tradicionales complejos de turismo social de Chapadmalal y Embalse dejarán de estar bajo la administración directa del Estado nacional. Así lo confirmó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien celebró la decisión de transferir los históricos predios ubicados en la provincia de Buenos Aires y Córdoba a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), para su posterior concesión a un “operador idóneo”.
“El Estado no debe proveer servicio de hotelería. Sí puede, si lo decide, ofrecer servicios de subsidios al turismo social o educativo, pero no tiene ningún sentido que gestione una actividad compleja para la que no tiene ninguna ventaja competitiva y que no conoce», aseguró el Ministro en una publicación en la red social X (antes Twitter).
«Tal cual nos lo pide el presidente Javier Milei, el Estado debe ocuparse de sus competencias básicas”, agregó el funcionario, a la vez que reconoció el trabajo de Daniel Scioli en el Ministerio de Turismo, Medioambiente y Deportes.
El traspaso de los predios a la AABE —organismo encargado de administrar los bienes inmuebles del Estado— abre la puerta a su concesión a privados. “Su transferencia a un operador experto potenciará el valor turístico de ambos lugares con fuertes externalidades positivas para las zonas donde se emplazan”, aseguró Sturzenegger.
Qué es el turismo social en Argentina
El turismo social en Argentina es una política pública orientada a garantizar el acceso al turismo a sectores con bajos recursos económicos.
Los complejos de Chapadmalal (en la costa bonaerense) y Embalse (en el Valle de Calamuchita, Córdoba) son íconos del turismo social que surgió con fuerza en los años 40 bajo el primer gobierno peronista.
Estos hoteles del Estado recibieron a miles de personas de todo el país, con media pensión y pensión completa a precios bajos. El beneficio estuvo dirigido especialmente a estudiantes, jubilados y pensionados.