El cambio climático dejó de ser una amenaza futura para convertirse en una emergencia global. Un informe de la NASA revela que el aumento sostenido de las temperaturas, junto con niveles extremos de humedad, podría hacer que extensas regiones del planeta resulten fisiológicamente intolerables para la vida humana en los próximos 30 años.
El estudio, liderado por el investigador Colin Raymond del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial, introduce el concepto de “temperatura de bulbo húmedo” (wet-bulb temperature), un indicador clave del estrés térmico que enfrenta el cuerpo humano. Este valor combina la temperatura y la humedad para reflejar cuándo el cuerpo pierde su capacidad de enfriarse mediante la transpiración. Cuando se superan los 35 °C de bulbo húmedo, la exposición puede ser mortal en pocas horas.
Desde 2005, se detectaron valores superiores a ese umbral en regiones subtropicales como Pakistán y el Golfo Pérsico. Más alarmante aún: los episodios con temperaturas entre 32 y 35 °C se triplicaron en los últimos 40 años.
El informe señala que zonas del sur de Europa, como Madrid, la Comunidad Valenciana y Andalucía, podrían tornarse inhabitables en las próximas décadas debido a olas de calor cada vez más intensas. El aumento térmico previsto haría que la vida cotidiana resulte insostenible sin inversiones masivas en adaptación climática.
En el plano global, ciudades como Hudaydah (Yemen) enfrentarían hasta 56 días al año con calor letal si la temperatura promedio del planeta sube 2 °C respecto de los niveles preindustriales. También se encuentran en la zona de alto riesgo otras ciudades como Aden, Dammam, Jeddah, Bandar Abbas, Ahvaz, Lahore, Dubái, Delhi y Calcuta.
Hoy, casi un tercio de la población mundial ya enfrenta calor potencialmente letal durante al menos 20 días al año. La carga recae con mayor fuerza sobre los sectores más pobres, sin acceso a ventilación adecuada, agua potable o refugio climático. Muchos trabajan en fábricas o al aire libre, donde interrumpir sus tareas no es una opción económica viable.
Los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y trabajadores expuestos al sol forman parte de los grupos más vulnerables. La brecha de desigualdad se profundiza, ya que las soluciones de adaptación –como el aire acondicionado o viviendas térmicamente aisladas– siguen fuera del alcance de millones.
La NASA utiliza satélites y herramientas como ECOSTRESS para monitorear las temperaturas de la superficie terrestre y detectar «islas de calor» urbanas.
El informe subraya la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de implementar estrategias de adaptación para proteger a las poblaciones vulnerables. Sin acciones concretas, el cambio climático podría transformar radicalmente la habitabilidad de amplias regiones del planeta.