Mientras el Gobierno busca los «dólares del colchón» de los argentinos, el repunte de las importaciones de China comienza a generar tensión sobre la capacidad para acumular reservas, una de las metas que revisa el Fondo Monetario Internacional (FMI) y clave para la estabilización macroeconómica.
Solo en el último mes, el déficit comercial con China fue de u$s 999 millones a partir de un salto de 92,5% interanual de importaciones (u$s 1.405 millones) principalmente Bienes de Capital (112,7% anual) y de Bienes de Consumo (164,5% anual). En cambio, las exportaciones sólo crecieron 2,2%, en la comparación anual.
Frente a una historia de déficit, que tuvo un pico de u$s 9.226 millones en 2023, el desarrollo de la minería en Argentina, especialmente del litio, abre una ventana de oportunidad para equilibrar el resultado de la balanza comercial con China, una potencia en la producción de baterías de iones de litio y vehículos eléctricos.
Un informe de la Cámara Argentino China refleja cómo a partir de la promoción de la minería con inversiones chinas, en 2022, Brasil logró un superávit de u$s 31.000 millones; Chile de u$s 12.000 millones y Perú de u$s 650 millones, en el intercambio comercial con el gigante asiático.
Mientras China exporta principalmente productos de tecnología, químicos, textil y de la industria metalmecánica, a diferencia de la Argentina que envía principalmente soja y carne, sus vecinos agregan mineral de hierro (Brasil); mineral de cobre, cobre crudo y refinado (Chile) y minería (Perú).
«No sé si podremos pasar del rótulo de granero del mundo a país minero, pero tenemos todos los recursos», explicó Sergio Spadone, presidente de la Cámara Argentino – China en declaraciones en el marco de la Exposición Internacional de la Industria Minera (Arminera).
El empresario con fuerte arraigo en el país asiático, apuntó a la minería como la clave que hace que países como Brasil, Perú y Chile tengan mejor resultado que la Argentina, en su balanza comercial.
«Chile es un país minero y nosotros tenemos, me animaría a decir, tanto o más recursos pero para atraer a las empresas chinas, cada vez vale más la seguridad jurídica, poder planificar a largo plazo, mover moneda extranjera y que el tipo de cambio y la política cambiaria sean claras», describió.
«Hoy China es un país súper competitivo; hubo una gran reforma hace más de 10 años, donde las empresas estatales tenían que valerse por sí mismas; eso generó muchas fusiones y las empresas chinas volvieron a dedicarse a su core business, a enfocarse», agregó Spadone.
El «factor China» en la inversión es «muy preponderante» en las empresas que están hoy más avanzadas en etapa de exportación, agregó Alejandra Conconi, directora Ejecutiva de la entidad y señaló que entre los desafíos subyace el futuro «cuello de botella» con respecto a los recursos humanos y el ramp-up de la interculturalidad por la diversidad de países involucrados en los proyectos.
Entre más de 30 proyectos mineros en Argentina, 8 iniciativas cuentan con apoyo del gigante asiático mientras que 5 son impulsados por capitales norteamericanos y el resto de las inversiones están diversificadas en otra docena de países, entre ellos, Canadá, Australia, Francia y Japón.
Entre las iniciativas con participación de China, Lithium Argentina, tiene dos proyectos importantes en etapas muy distintas, contó Ignacio Celorrio, presidente de la firma. En Caucharí-Olaroz el 46,7% de la participación accionaria está a cargo de la empresa asiática Ganfeng Lithium, el 44,8% pertenece a la canadiense Lithium Americas Corp y el 8,5% restante al Estado argentino a través de la compañía Jujuy Energía y Minería.
Se trata de del proyecto productor de litio más grande del país, a cargo de la empresa argentina Exar, con una capacidad instalada para 40.000 toneladas. «El año pasado hicimos 25.000 tonelada y este año tenemos una orientación entre 30.000 a 35.000», destacó Celorrio.
Para dimensionar, mencionó quea pesar de ser el cuarto productor mundial de litio, la Argentina venía produciendo alrededor de 30 a 35 mil toneladas. «Cuando hubo un pico de precios había una gran expectativa de que era una producción ultra rentable; hoy bajó un poco», dijo y explicó que «Argentina es una posibilidad, porque nuestros costos operativos son muy competitivos».
«Con el suficiente apoyo y entendimiento de que tenés que ir a esa producción total, Argentina va a ser un jugador muy importante en litio», afirmó.
En ese sentido, el ejecutivo se animó a estimar que el «boom» del litio llegará en los próximos 3 a 4 años. «Hay un entendimiento a nivel provincial de que esto necesita una masa crítica y una inserción que supera sus posibilidades, independientemente que el recurso es de las provincias», resaltó.
Por eso, la aprobación del primer RIGI a la compañía de capitales británicos Rio Tinto es «muy positivo» y principalmente una señal a la minería a nivel local e internacional.
Juan Martin Gilly, gerente de Legales Relaciones Institucionales de Ganfeng, coincidió sobre el impacto positivo del primer RIGI para el sector minero como para el país en general. «Creemos que el RIGI va a ser una herramienta poderosísima para terminar de generar el despegue definitivo de la minería en Argentina», expresó.
La compañía de capitales chinos, tiene tres proyectos propios y uno donde es accionista junto con Lithium Argentina. Actualmente se encuentra a la espera de la aprobación del proyecto de inversión «Mariana» por u$s 950 millones; «está empezando inmediatamente a producir en torno a las 20 mil toneladas de litio», dijo Gilly.
Además, se evalúa la presentación al RIGI para el Proyecto Pozuelos – Pastos Grandes (PPG) que se desarrollará junto a Lithium Americas; se encuentra a la espera de permisos para iniciar la etapa de construcción, y demandará una inversión de u$s 2.500 millones.
Respecto a la coyuntura, el ejecutivo explico que si bien la compañía no va a menguar inversión porque está en toda la cadena de producción del litio, «todas las empresas están determinadas por el precio, que hoy está bajo».
Frente a esto, destacó que «las señales del Gobierno de fomento de la minería, acompañadas por las autoridades provinciales como Salta que marcó una hoja de ruta, la salida paulatina del cepo y del control de capitales, promueven mayor foco en la Argentina«.
Aun así, respecto a los desafíos, aseguró que lo primordial es «mostrarnos como un país minero confiable a nivel global» porque «la capacidad instalada está, los mercados están muy volátiles, entonces, en lugar de pensar ya llegué porque tengo producción, hay que ver cómo sacar competidores globales«.