La fecha estipulada para revisar las metas con el FMI pasó y aún no hay una fecha fijada para la reunión con el directorio en la que se decidirá si Argentina recibirá los u$s 2000 millones vinculados a su cumplimiento.
Mientras el organismo ratificó que enviará una misión al país para supervisar el desempeño del programa acordado, el Banco Central no cumplió con la meta de acumulación de reservas acordada. La revisión, sin embargo, se pospuso para fines de julio, antes de que el FMI entre en receso.
Desde el 11 de abril, momento en el que se anunció el acuerdo por el cual Argentina recibió u$s 12.000 millones para robustecer la posición del Banco Central, la entidad monetaria debía sumar en torno a u$s 5000 millones a las reservas netas para así llevarlas a un terreno negativo de u$s 500 millones para el 13 de junio.
Sin embargo, desde el establecimiento del nuevo esquema cambiario que fijo la flotación entre bandas y estableció que el Central compraría solo en el piso, las reservas treparon hasta los – u$s 4794 millones, según Portfolio Personal Inversiones (PPI).
«Vamos en camino a un waiver», anticipó Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital. Según sus estimaciones, «para reservas hay una brecha de un poco más de u$s 5000 mil millones. Si se contabilizan el REPO y el Bonte, se reduce a aproximadamente u$s 2135 millones pendientes».
Sobre el efecto del REPO y las licitaciones de los Bonte (títulos del Tesoro que se suscriben en dólares pero que se liquidan en pesos), Manuel Cerdan, analista de Invecq, explicó por qué no se contabilizan en su totalidad en las reservas.
«El acuerdo dice que si el Central o el Tesoro emiten deuda en moneda extranjera, los primeros u$s 1500 millones ‘no cuentan’. Por ende, del REPO solo se incluyen u$s 500 millones», detalló el economista.
En el caso de los Bonte no aplica este requisito ya que, si bien son títulos que se suscriben en dólares, se contabilizan como deuda en pesos, ya que son a la moneda a la que se liquidan.
Esto implica que sí se cuenten estas licitaciones. Sin embargo, si bien los primeros u$s 1000 millones licitados por Bonte ya fueron contabilizados, los u$s 500 millones licitados la semana pasada aún no impactaron porque se liquidan el 23 de junio. «Recién ese día se verá el impacto en reservas».
En el marco de la nueva fecha de revisión, pensada hacia fines de julio, el Gobierno explicó que analiza otras alternativas para acumular reservas. Entre ellas se destacan la venta de activos del Estado y nuevas licitaciones. Para esto último, habilitó la emisión de Bonte por hasta u$s 1000 millones por mes.
Para Morales, hacia adelante esta estrategia puede encontrar un desafío que se cruza con la coyuntura actual: «El tema de la suba del petróleo, con su impacto inflacionario en los Estados Unidos, puede incrementar la tasa de interés de los Bonos del Tesoro, y con ello dificultar la colocación de los Bonos Peso Linked, por lo que si bien somos optimistas con el cumplimiento de las reservas para fin de año, se abre un interrogante».
En lo que respecta al resto de las metas, la primera revisión no representaba grandes desafíos.
En materia fiscal no planteaba la revisión del superávit primario para este mes. El acuerdo estipulaba que, al cierre del año, este debía ser del 1,3% del PBI, pero el Gobierno redobló la apuesta y lo ubicó en 1,6%. La meta indicativa de mayo superó los $6 billones, mientras que para finales de septiembre deberá superar los $9 billones. El consenso es que el Gobierno cumplirá esta meta, fundamentalmente por el compromiso con el recorte del gasto.
El Gobierno además se comprometió a que el Banco Central no financiará al Tesoro, algo que el propio presidente Javier Milei ha comprometido que no hará, algo que también se vincula con la meta de evolución de activos internos netos (AIN).
Otro de los compromisos estables que asumió el Gobierno es que la Asignación Universal por Hijo deberá cubrir el 95% de la canasta básica. En enero el Ministerio de Capital Humano informó que entre AUH y Tarjeta Alimentar, la cobertura asciende al 100% de la canasta básica alimentaria, que determina el consumo nutricional necesario para un niño, también conocida como la línea de indigencia. Según los montos a cobrar en junio y la canasta básica alimentaria para un hijo en mayo, la cobertura es del 84%.
Tanto la evolución de los AIN como la cobertura de la AUH son metas indicativas del programa.