Javier Milei encabezó este viernes un acto militar en el Campo Argentino de Polo, en el barrio porteño de Palermo, por el Día de la Bandera. Lo hizo poco después de que su vicepresidenta, Victoria Villarruel, con quien está distanciado, asistiera al evento central por el Día de la Bandera que se celebró en la ciudad de Rosario.
El Presidente ingresó cerca de las 11 al campo junto a parte de su Gabinete, entre ellos, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el ministro de Defensa, Luis Petri; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el titular de la cartera de Justicia, Mariano Cúneo Libarona; el ministro de Salud, Mario Lugones, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Tras tomarle lealtad a la bandera a aspirantes y soldados, el primer mandatario pronunció un breve discurso. “Es un orgullo cumplir el rol de Presidente y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, por eso quiero agradecerles en nombre de toda la ciudadanía por la valiente decisión que tomaron al unirse a nuestras fuerzas. Esta decisión deberá ser honrada a diario en el ejercicio de sus funciones sabiendo que corren riesgo sus vidas por los argentinos, el servicio más noble a la patria”, introdujo Milei.
A 205 años del fallecimiento de Manuel Belgrano, creador de la bandera argentina, destacó a los soldados presentes: “Jurar la bandera no es una mera formalidad, es un compromiso tan grande como su vida, a la cual deberán estar dispuestos a dejar si la patria se lo demanda”.
Por otro lado, como en la mayoría de sus discursos, apuntó contra a lo que él llama “casta política” por la reducción del presupuesto en materia de defensa. “Durante años la política utilizó a las Fuerzas Armadas como chivo expiatorio para justificar la reducción del gasto en defensa bajo el argumento de que los uniformados eran los malos y los grandes culpables de la decadencia nacional. La política desatendió las necesidades del país ante las amenazas que surgían a nivel global”, consideró.
Y agregó: “Se llenaron la boca hablando de soberanía como si fuera agrandar el Estado en lugar de asegurar la prosperidad de su pueblo. Es necesario que los argentinos puedan hacer su vida y descansar tranquilos por las noches sabiendo que hay héroes velando porque estén a salvo”.
Y cerró: “Aspirantes y soldados, son el futuro de la patria. Hagan lo suyo frente a las adversidades que nos esperan. En un mundo cambiante las nuevas amenazas no son sólo en el campo de batalla sino que los pondrán a prueba de manera física y mental y tendrán que estar preparados”.
Al final del acto, dos aviones B-45 Mentor de la Fuerza Aérea sobrevolaron el Campo de Polo y dejaron humo celeste y blanco.
El Presidente no fue al acto central que se celebró más temprano en Rosario, como sí hizo el año pasado, y en su lugar asistió Victoria Villarruel; entre ambos la relación está rota luego de meses de especulación por internas y cruces. Allí, la vicepresidenta dijo que “no hay otro lugar para estar” que Rosario por el Día de la Bandera. “[Estoy] muy contenta de estar en Rosario en el Día de la Bandera, es donde se creó, acá en las orillas del Paraná, así que qué mejor lugar para estar honrando al general Manuel Belgrano, que estar acá en Rosario”, indicó.
“La verdad es que no hay otro lugar en Argentina para estar, el Monumento a la Bandera es nuestro signo más distintivo y bueno, y también tiene que ver con la importancia de esta fecha, así que definitivamente el mejor lugar para estar”, marcó luego.
Y agregó: “Mi mensaje siempre para el pueblo argentino es que nosotros tenemos que apuntar a la unidad. Y como dijo Manuel Belgrano, no lo voy a citar textualmente, pero fue muy claro cuando dijo que muchos de los problemas y las dificultades que tenemos se resolverían rápidamente si tuviéramos un poquito más de interés en la patria”, cerró.