La Justicia tiene la delicada tarea de develar por qué le robaron el celular al gobernador de la provincia Osvaldo Jaldo. Cuál fue el móvil de este espinoso episodio que no tiene antecedentes.
Está claro que el hurto existió y que está identificada la autora del hecho ocurrido en La Cocha. Por eso el fiscal Héctor Fabián Assad tiene sobre sus espaldas la grave responsabilidad de lograr revelar qué hay detrás de este episodio.

Por lo pronto la acusada tiene dictada la prisión preventiva por 30 días. Durante ese lapso Liliana Carrizo de 34 años permanecerá en la alcaldía de Delfín Gallo, mientras es asistida por el defensor oficial Pablo Cannata.
Se trata del celular del primer mandatario que contiene cuestiones de estado y mensajes que están relacionados con la política de la provincia. Por eso en estos momentos se buscan datos sobre la relaciones de la imputada. Se deberá determinar si actuó sola ese día o recibió algún tipo de apoyo. Además, con quien se trasladó hasta el acto y luego a su domicilio.
“No podemos descartar que haya una banda detrás de este hecho. Una organización que podría haber enviado a la acusada a hurtar el celular del gobernador Jaldo para extraer información sensible que puede afectar la seguridad pública y las instituciones tucumanas”, aseguró la querellante Morales.
El hecho tiene una gravedad institucional por donde se lo analice. No se robo el celular a un ciudadano común, sin responsabilidades institucionales ni políticas. Fue un objetivo claro abordarlo al gobernador. Nadie que se dedique a robar celulares va a robárselo a un primer mandatario. No es un «cliente» posible. Hay algo más.
“Nunca me había pasado una situación así. Caminamos entre la gente, compartimos, y claro que eso implica una exposición. Todo en manos de la Justicia. Serán ellos quienes determinen qué ocurrió y quiénes estuvieron involucrados. Tengo plena confianza en las instituciones”, expresó Jaldo.
El gobernador dijo que no reforzará su seguridad personal ni dejará de recorrer la provincia. Prefiere no aventurarse sobre el tema y afirma que en Tucumán hay gente buena. Lo toma como un hecho aislado.
Esto significa que seguirá con sus ocho miembros de la seguridad que lo acompañan siempre, a los que se suman los policías de la jurisdicción donde concurre.