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Vuelven los paros al Garrahan

Los trabajadores del Hospital Garrahan ratificaron el paro de 24 horas para este miércoles 25 de junio, en rechazo a las políticas del Gobierno nacional. La medida, que comenzará a las 7 de la mañana, se enmarca en un conflicto que ya lleva semanas y que escaló tras declaraciones del presidente Javier Milei sobre los salarios del personal.

Alejandro Lipcovich, secretario general de la Junta Interna de ATE, afirmó que el paro es «una respuesta a la guerra que el Gobierno está emprendiendo contra el principal hospital pediátrico del país». Además, desmintió las declaraciones oficiales: «El propio Milei ratificó las barbaridades que vienen diciendo sus funcionarios, incluidas flagrantes mentiras. Por ejemplo, que el personal administrativo es mayoría, cuando representa solo al 10% del total, según las estadísticas oficiales».

Lipcovich también criticó el nombramiento de Jorge Menehem, consejero del hospital, quien pasó de trabajar ad honorem a percibir un salario bruto cercano a los 6 millones de pesos, según denunció. «Mientras el personal del Garrahan protagoniza hitos de la salud pública con salarios de hambre, el funcionario nombrado a dedo por el Gobierno ahora cobra un sueldo millonario. Son la peor casta, y encima al servicio de destruir la salud pública», sostuvo.

El secretario adjunto de ATE Garrahan, Gerardo Oroz, fue aún más contundente: «El plan de Milei y Lugones es claro: vaciar el Garrahan y desmantelar al sistema de salud. Pero se están encontrando un gran obstáculo en la resistencia de los trabajadores». Oroz destacó que el hospital «logró un apoyo sin precedentes» gracias a la lucha por salarios dignos y condiciones laborales justas.

El conflicto tiene un fuerte respaldo social. Según una encuesta de Pulso Research difundida esta semana, el 63,9% de los argentinos considera que los reclamos son «genuinos», mientras que solo el 23,7% los atribuye a una estrategia política contra el Gobierno. Estos números contrastan con la postura oficial, que insiste en vincular las protestas con una campaña de desestabilización.

La tensión en el Garrahan se agravó en las últimas semanas luego de que el Gobierno anunciara un aumento salarial que llevó los sueldos a $1.300.000 desde julio, una cifra que los residentes rechazaron por considerarla «insuficiente». Además, denunciaron que se trata de un bono no remunerativo, sin garantías de continuidad.

A esto se sumó la implementación de un sistema de control biométrico de presencia, que generó malestar entre el personal.

El paro de este miércoles no es el primero en el Garrahan. A principios de junio, los residentes levantaron una medida de fuerza tras una conciliación obligatoria, pero ATE mantuvo su protesta, señalando que el problema de fondo no se resolvió.