El diputado Mariano Campero fue uno de los legisladores que votó a favor de emplazar a comisiones para discutir proyectos relacionados con el presupuesto universitario y la salud pediátrica.
El ex intendente de Yerba Buena manifestó las razones de su voto dentro del recinto: “No estamos votando leyes inviables, estamos pidiendo que se discutan temas urgentes. ¿Tan grave es eso?”.
“El año pasado defendimos el equilibrio fiscal. Ese objetivo se alcanzó. Ahora es momento de dar señales concretas a sectores estratégicos como la educación pública”, expresó en una entrevista televisiva.
Campero dijo que no coincide con el planteo de pasar de un Estado que derrochaba y era ineficiente en la asignación de recursos a otro que está totalmente ausente.
Además, defendió la necesidad de mejorar el financiamiento a las universidades.
Al ser consultado sobre la situación del Hospital Garrahan, apoyó el pedido de emplazamiento a comisión pero pidió ampliar la mirada: “El problema no es sólo del Garrahan, es de todo el sistema de salud pediátrica del país. No hay pediatras suficientes, y en el interior la situación es aún más dramática”.
Se tomó licencia para cuestionar el centralismo porteño. Hizo mención al ahogo financiera a las provincias y abogó por abrir la discusión sobre la asignación de fondos con perspectiva federal.
Para el diputado hay que buscar un equilibrio entre las demandas sociales legítimas y el equilibrio fiscal logrado. Un debate que cada vez se vuelve más tenso en Argentina teniendo en cuenta que el gobierno anuncia que la aplicación de la motosierra sigue. Ese clima se vivó ayer en la sesión de la Cámara de Diputados que terminó envuelta en un escándalo donde hubo gritos e insultos.
Campero niega haberse distanciado del gobierno de Milei. “No tengo una actitud destructiva ni electoralista. Estoy convencido de que el rumbo macroeconómico es el correcto. Pero hay temas donde hay que marcar diferencias”, dijo.
“Yo soy parte del Congreso, no del Gabinete. Mi deber es que las cosas se discutan. Si el Gobierno presenta una buena propuesta, la voy a acompañar. Pero si no hay ninguna oferta, mi voto será otro” afirmó el diputado nacional que deja entrever que ya no tiene la misma disponibilidad que antes de acompañar al gobierno o está anunciando elípticamente que espera que lo llamen desde Casa Rosada para negociar su posición política. Comienza una nueva etapa.