Tras el pago de los cupones a bonistas privados, el stock de reservas del Banco Central (BCRA) cae y, además de que pierde poder de fuego, la Argentina cuenta con menos recursos para hacer frente a sus próximos vencimientos de deuda.
Eso hace que los bonos locales sean más riesgosos y se eleve el riesgo país. ¿Cuál es el impacto y qué esperan los analistas sobre el futuro de los soberanos?
El Gobierno hizo frente la semana pasada al pago de los cupones de Bonares y Globales por u$s 4300 millones. Debido a que hoy la Argentina tiene el mercado internacional de deuda cerrado, el compromiso se hizo realizó con dólares propios.
Este pago hizo que las reservas netas caigan y se hundan a niveles negativos, lo que aleja aún más al Gobierno de cumplir la meta del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Hoy las reservas netas rondan los u$s 8000 millones negativo, mientras que la meta con el FMI para octubre es de -u$s 2000 millones y deberían ubicarse en poco más de u$s 2000 positivo a finales de año.
Además del alejamiento de las metas, el mercado mira también la cuestión electoral y cambiaria para determinar el futuro de los bonos y de los activos argentinos.
Matías Waitzel, socio de AT Inversiones, advierte que tras los últimos pagos de cupones de deuda, las reservas internacionales del BCRA volvieron a mostrar retrocesos, justo cuando Argentina se encuentra lejos de cumplir las metas acordadas con el FMI.
Para Waitzel, este deterioro podría, en otro contexto, ser un catalizador de mayor estrés financiero y presión sobre el riesgo país. Sin embargo, resalta que la reacción moderada del mercado sugiere que la clave pasa hoy por el frente político más que por lo técnico.
«Los bonos soberanos en dólares acumulan caídas recientes, en un contexto donde subieron sus rendimientos a lo largo de toda la curva. Pero, más que un cambio de escenario macroeconómico, esta baja parece estar reflejando el ruido político doméstico y la incertidumbre de corto plazo hasta las elecciones de medio término, más que una ruptura con el modelo de estabilización vigente», explicó.
Bajo este escenario, Waitzel ve a la corrección de los bonos como una oportunidad.«Con inflación descendiendo, superávit financiero sostenido y un tipo de cambio relativamente estable, el castigo sobre los soberanos en dólares puede estar ofreciendo una ventana de oportunidad sobre todo en los largos como el GD35 o el AE38, o para el bonista que prefiere cashflow el AL30«, detalló.
Si el stock de dólares cae, la Argentina cuenta con menos recursos para hacer frente a sus próximos vencimientos de deuda. De esta manera, hace que la deuda argentina sea más riesgosa, elevando el riesgo país.
Federico Filippini, Head Of Research & Strategist de Adcap Grupo Financiero, indicó que la caída en las reservas tras el pago de los cupones ya estaba anticipada por el mercado y considera que el mercado está atento a los próximos vencimientos de deuda.
«Los inversores están enfocados no sólo en las necesidades de divisas para lo que resta del año, sino especialmente en los requerimientos de 2026 y 2027. En este contexto, consideramos que continuar con la acumulación de reservas podría favorecer una compresión significativa del riesgo país«, dijo Filippini.
Dado que la temporada alta de la liquidación del agro está llegando a su fin, es esperable que el flujo de divisas caída, y aleje aún más la posibilidad de que el dólar toque el piso de la banda para que el BCRA pueda comprar dólares.
Según el actual esquema cambiario y monetario, el tipo de cambio flota dentro de la banda y el BCRA compraría solo cuando toque la parte inferior de la misma.
Para que el dólar vaya a la parte inferior, debería haber un flujo elevado que hunda al tipo de cambio hacia dicha zona.
Sin embargo, si el dólar no cae, el BCRA no comprará divisas, haciendo que la acumulación de dólares se postergue, complicando aún más la meta de reservas con el FMI.
Los analistas de Criteria señalaron que si bien el acuerdo con el FMI fortaleció transitoriamente las reservas del Banco Central, la acumulación no avanza según las metas estipuladas.
«La falta de acumulación de reservas refleja que el Gobierno continúa priorizando la desinflación de cara a las elecciones, con el tipo de cambio como principal ancla nominal. Sin embargo, comienzan a evidenciarse tensiones en los flujos de divisas. La cuenta corriente consolida su saldo negativo y se observa una mayor demanda de dólares por parte de personas físicas, tanto para atesoramiento como para turismo», alertaron.
Hacia desde Criteria adelante, advierten que emergen ciertos factores de corto plazo que aportan volatilidad adicional al frente cambiario.
«La finalización de la ventana de baja de retenciones al sector agropecuario, tras un período de liquidación récord de oleaginosas que debería agotarse hacia finales de mes, podría poner un freno a la oferta de divisas recibida durante este lapso en el MLC. Por otro lado, en el plano político, el calendario electoral introduce un nuevo foco de incertidumbre sobre el frente cambiario», indicaron.
Se espera que los flujos de divisas caigan desde las próximas semanas y hacia los próximos meses.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) explicaron que la baja transitoria de retenciones para la cosecha gruesa hizo que se adelantara liquidación, por lo que la desaceleración sería mayor a la prevista por la típica estacionalidad.
En este sentido, indicaron que los nuevos registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) fueron prácticamente nulos desde el 01 de julio, último día en que se registraron DJVE a una retención menor.
«Esto anticipa que la liquidación de divisas en el MULC, que tiene un plazo máximo de 15 días para efectuarse desde el registro de la DJVE, se desacelerará significativamente en las próximas semanas. Desde el 2 de julio, se registraron DJVE por 0,33 millones de toneladas o apenas u$s 138 millones medido a los precios de Chicago, lo que contraste significativamente con lo registrado en las ocho ruedas previas. Fueron 14,9 millones de toneladas o u$s 4603 millones», alertaron.
Lisandro Meroi, Research Analyst de TSA Bursátil, consideró que más allá de la cifra en la meta con el FMI, al mercado debería preocuparle el «esfuerzo» del equipo económico por acumular reservas de forma consistente.
«Si bien el desembolso inicial del organismo permitió volver a tener reservas netas positivas, la iniciativa de colocaciones de Bontes con suscripción en dólares y los repo con bancos internacionales todavía generan dudas y podrían pensarse como hechos aislados, por lo menos hasta que termine de consolidarse el mecanismo«, afirmó.
Además, coincide en que el factor electoral está pesando sobre los bonos, aunque considera que el potencial en la renta fija local se mantiene.
«La cuestión política también juega su parte, generando incertidumbre respecto al escenario post elecciones, contribuyendo a sostener el riesgo país en los niveles actuales. En caso de que el flujo de dólares se incremente y el resultado electoral sea juzgado como «favorable» por el mercado, los bonos soberanos mantienen un potencial de upside atractivo», indicó.
Los bonos soberanos argentinos se encuentran entre 3% y 5% debajo de sus maximos.
En los últimos meses se observa como los bonos argentinos están teniendo una peor performance respecto de sus comparables.
Desde el pago de enero, Argentina es el único país de la región cuyo riesgo país se deterioró.
De esta manera, la falta de dinamismo en la deuda comienza a preocupar entre los inversores y analistas. Si bien se mantiene cierto grado de optimismo, no descartan que se mantenga la alta volatilidad en los activos locales.
Los analistas de Research Mariva resaltaron que el gobierno cumplió con éxito sus vencimientos de deuda en moneda extranjera por un total de u$s 4350 millones, reafirmando su compromiso de cumplir con las obligaciones de deuda.
En comparación con lo ocurrido en enero, anticipanun mayor nivel de reinversión de cupones.
«Los niveles de rendimiento actuales, en torno al 11%, son más atractivos que en ese momento. A corto plazo, la volatilidad podría prevalecer en los bonos soberanos, dado el inicio de la contienda electoral. El gobierno se centrará principalmente en mantener el superávit fiscal y seguir acumulando reservas», afirmaron.
Los analistas de Facimex Valores indicaron que siguen viendo valor en los bonos soberanos, a pesar del recorte actual, contemplando tambien que esperan una reinversion de los cupones de los titulos hard dóllar.
«El valor relativo dentro del universo hard dollar está en el crédito público, donde queda algún espacio para la compresión. Las próximas semanas esta-rán marcadas por la reinversión de los pagos de los bonos soberanos; donde estimamos que el Tesoro pagó u$s 3800 millones a inversores privados.», indicaron.
Entre los bonos preferidos, desde Facimex Valores prefieren al GD41 y el GD35, los cuales consideran que son los mejores instrumentos para canalizar la apuesta por un escenario de normalización.
La curva soberana argentina opera con tasas del 11,5% en el tramo corto y de niveles de 11% en el tramo medio y largo.
La misma se muestra plana y opera con tasas más bajas respecto de los rendimientos que exhibían los títulos soberanos argentinos desde el inicio de la fase 3 del programa, es decir, de la salida del cepo, cuando rendían 15%.
Un eventual triunfo electoral del Gobierno en las elecciones de Provincia de Buenos Aires en septiembre, y las nacionales en octubre, podrían darle un rally a la deuda local.
Sin embargo, la falta de drivers hasta entonces podría complicar la dinámica de la renta fija hacia los comicios electorales.
Los analstas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) mantienen su preferencia por ciertos tramos de la curva soberana en dólares.
«Seguimos favoreciendo una combinación de AL30, GD35 y GD41, que consideramos los vehículos más atractivos para capturar retornos en un escenario de compresión del riesgo país. No obstante, dada la volatilidad que aún caracteriza al segmento, optamos por seguir incluyendo exposición en el tramo corto de la curva para moderar el perfil de riesgo», dijeron desde PPI.
Finalmente, sobre el futuro de la deuda, Filippini espera una lateralización en la renta fija argentina.
«Desde comienzos de año, sostuvimos que los bonos globales se iban a mantener operando dentro de un rango, habiendo incorporado rápidamente buena parte de los posibles catalizadores positivos. En el corto plazo, no identificamos factores que puedan impulsar un rally», afirmó.
Finalmente, estimó que «si el gobierno logra avanzar de manera ágil hacia el nuevo esquema de política monetaria basado en tasa y tipo de cambio, los bonos continúan ofreciendo rendimientos atractivos, en el mediano plazo».