Con énfasis en construir acciones frente a la ofensiva del gobierno libertario contra los sectores más vulnerables, en los planos social, gremial y político, el Frente Patria Grande (FPG) desarrolla una red de labor comunitaria. Para este invierno impulsaron “brigadas solidarias” destinadas a asistir a personas en situación de calle y a otras que atraviesan emergencias alimentarias y habitacionales.
“Estamos viviendo un momento donde la crueldad se vuelve moneda común, donde se rompen todas las redes comunitarias, afectivas y solidarias”, expresó Carina López Monja, dirigente del FPG, en relación con la experiencia que despliegan en distintos puntos del país.
“Hablo incluso de los vínculos familiares, donde parece que gana el odio, la indiferencia o la soledad de las pantallas, en computadoras o teléfonos, donde no se habla ni se discute con la gente de carne y hueso”, detalló en una charla con BAE Negocios y el programa El Social Argentino (Radio Gráfica).
En paralelo a las ollas populares que retomó el sindicalismo tradicional como forma de protesta y ayuda, desde el FPG —al igual que otras organizaciones del movimiento obrero— afirman que el discurso del odio parte desde el propio Presidente, habilitando prácticas sociales violentas y degradantes.
“Esto se genera con desprecios, destratos, insultos y violencia. Ante esto necesitamos construir un proyecto que enfrente esta ofensiva. Debe tener expresión en las calles, en cada protesta, pero necesariamente debe estar consagrado a partir de un proyecto por la vida”, planteó la politóloga y periodista.
En el entramado de movimientos sociales con vasos comunicantes con el peronismo, el FPG y su versión Argentina Humana mantienen un perfil autónomo respecto de la estructura tradicional del PJ. Sin embargo, comparten agendas con el sindicalismo combativo, organizaciones territoriales y sectores del cristianismo popular. Participan activamente de los debates y movilizaciones del campo nacional y popular, reivindicando la herencia de Perón, Evita y Cristina Fernández, con articulación concreta con gremios, la UTEP y otros espacios. Su base conceptual se alinea con la encíclica Laudato Si del Papa Francisco y la consigna “tierra, techo y trabajo” como fundamentos para una justicia social profunda y transformadora.
Tanto el FPG como Argentina Humana son parte del proyecto político que encabeza Juan Grabois. Desde allí desarrollan brigadas solidarias que abordan frentes diversos: asistencia a personas en situación de calle, acompañamiento educativo, promoción cultural y cuidado de la salud.
Este invierno lanzaron el “julio solidario”, con 15 brigadas activas solo en la Ciudad de Buenos Aires, a raíz de las bajas temperaturas. También hubo operativos en la provincia de Buenos Aires, Salta, Jujuy y San Juan, entre otros distritos. Según López Monja, destaca la participación de jóvenes que se suman por primera vez a experiencias colectivas y de personas jubiladas que vuelven a involucrarse en tareas solidarias. “Hablamos de gente que abraza la idea de que la política puede y debe ser una herramienta de transformación social”.
La referente subrayó que el compromiso no se define por una identidad partidaria sino por la construcción de un proyecto de país basado en la vida, la dignidad y la solidaridad. Denunció además que en distintas ciudades, como CABA o Mar del Plata, las personas en situación de calle son maltratadas por fuerzas de seguridad. “Postales de época que evidencian el desprecio institucional”, describió. “Nuestro proyecto político, que manifestamos desde las palabras, debe ser asumido poniendo el cuerpo donde nos necesita la gente que la está pasando muy mal”, afirmó.
Desde Argentina Humana cuestionan la política oficial de convertir en enemigos a los pobres, a los sindicatos, a las organizaciones sociales y a todo aquello que implique resistencia colectiva. “Lo enfrentamos con nuestra agenda y con la mirada del pueblo. El legado del Papa Francisco es parte de esa base conceptual, incluso para quienes no son creyentes. Juan Grabois nos suele recomendar la lectura de Laudato Si, donde se resalta el rol transformador del trabajo y la vida en comunidad”.
Consultada sobre las fricciones internas que enfrenta el espacio de Grabois dentro del peronismo, López Monja aludió tanto a las críticas por la frontalidad del dirigente como a la incomodidad que genera en ciertos sectores de conducción. “A veces hay una hipersensibilidad ante la frontalidad de Juan, sobre todo en los genios de la política”, ironizó. Recordando cuestionamientos que recibió Grabois durante su precandidatura presidencial, la dirigente reafirmó que el FPG no se obsesiona con los nombres propios sino con una tarea concreta: mejorar las condiciones de vida de quienes más lo necesitan.
En tono crítico, señaló que “no hay muchos diputados cartoneros ni dirigentes que vivan en barrios populares”, a excepción de quienes provienen de Patria Grande. También reivindicó la gestión de su compañera Fernanda Miño al frente de la Secretaría de Integración Socio Urbana. “Creemos, como dice Francisco, que la transformación social está en manos de los sectores populares. Son aquellos que no tienen nada, pero transforman todo para acceder a sus derechos legítimos”.