Un informe de Outlier mencionó ayer que las compras en bloque del Tesoro aún no se reflejan en la magnitud anunciada en los balances del Banco Central (BCRA). Y se encienden alertas en la City sobre la acumulación de reservas. ¿El Gobienro realmente compró lo que trascendió? ¿Cómo funcionan los mecanismos que puso en marcha el Tesoro para embolsar dólares?
«Lo primero a señalar es que los datos del balance del BCRA al jueves 17 de julio, siguen sin mostrar una evolución de los depósitos en moneda extranjera del Tesoro en el BCRA en línea con la magnitud de las compras que trascendieron durante dicha semana», advierte el informe.
Y agrega que, «si hubo compras del Tesoro, que los datos no descartan, fueron bastante menores en magnitud a lo que circuló«. El informe pone en foco el proceso de compras del Gobierno, cómo los viabiliza hacia el BCRA y cómo comunica la información.
En el mercado hay distintas posturas, algunas tienen una mirada más crítica del proceso y piensan que es clave que el Central acumule reservas y que esto se vea reflejado en el balance. Otras no lo ven como un elemento esencial en el marco de un esquema de dólar flotante y consideran que puede captar dólares a través de otras estrategias. Eso está en línea con la postura oficial, que no consideraba prioritario comprar reservas, aunque eso parece haber cambiado en el último tiempo.
«El Banco Central tiene, después de que la recompró las letras intransferibles y otra deuda, los dólares que han recibido del Fondo Monetario Internacional (FMI), que es lo que faltaba como para poder salir a la flotación cambiaria actual. No necesita comprar muchas reservas propias», señala Aldo Abram, director ejecutivo de Libertad y Progreso, uno de los economistas con mirada cercana a la del oficialismo.
No obstante, reconoce que «hay una meta del Fondo y que tenemos un pésimo historial con ellos, por lo que es lógico que se tomen algunos resguardos, como que tiene que acumular dólares». Explica que igualmente va a haber que pedir un waiver (dispensa), pero confía en que «lo van a dar porque estamos cumpliendo con todas las otras metas con el Fondo».
Es claro que el Gobierno dio un giro en el último tiempo y se muestra más activo en el proceso de acumulación de dólares. Este cambio en la estrategia parece, de algún modo, forzada por la exigencia del FMI. Argentina necesita que le apruebe las metas para recibir un nuevo desembolso de u$s 2000 millones.
«Es probable que el FMI haya observado la insuficiente acumulación de reservas en términos de metas porque eso fue resultado de una decisión del Gobierno para forzar un esquema cambiario con bandas que el Fondo pensó para hacer price discovery del dólar», observa Gabriel Caamaño, socio de Outlier a este medio.
En ese contexto, Caamaño evalúa que «el Gobierno está más activos en ese sentido hace semanas, lo cual no es malo, pero no quedan claras las razones». Se refiere a que duda entre si se trata de un proceso o son compras de ocasión.
Puede parecer algo contradictorio este cambio de rumbo cuando «vemos que el BCRA y el Tesoro no parecen dispuestos a aceptar que el tipo de cambio suba y que la oferta del agro llega a su fin en un contexto dónde la dolarización sigue firme».
El Gobierno compra a través del Tesoro y Caamaño detalla que, de los datos del BCRA, surge que hubo una serie operaciones puntuales desde fines de junio por menos de u$s 1000 millones que no llegan a compensar el impacto sobre reservas netas de los pagos de bonares y globales. «No queda claro si es un proceso o un aprovechamiento de oportunidades«, insiste.
Así, para el analista, «hay un problema de reacciones espasmódicas, que no son buenas para el Gobierno«. Considera que «esa es la mejor receta para marear y desanclar expectativas».
En este momento, el Gobierno decidió comprar dólares a través del Tesoro y busca acelerar el ingreso de préstamos de organismos internacionales para que le sume. «Ahora, opera con los pesos que recauda o los que consigue en el mercado doméstico, va y compra los dólares. Cuando estaba el cepo cambiario, sí le compraba al Banco Central, se beneficiaba por la diferencia cambiaria», describe Abram.
Lo concreto es que el Gobierno necesita demostrar que está comprometido con la meta del FMI, aunque no llegue a cumplirla. No obstante, la gran crítica que hace el mercado y sobre la que hay consenso generalizado es que debería de haber comprado dólares cuando estaba más cerca de $ 1000 y no ahora que está en torno a los $ 1300. Lo ven como una oportunidad desaprovechada.
«Lamentamos que se dejó pasar un buen momento para comprar por forzar un nivel de tipo de cambio y ahora se convalidan precios mayores», señala Caamaño. Pero considera que «lo que pasó, pasó» y confía en que, más allá de que este pueda haber sido un paso negativo del oficialismo, puede volver al rumbo. «A veces los procesos tienen mejores peores momentos y luego vuelven al cauce», apunta.
«Lo bueno es que hayan empezado a comprar, aunque debieron haber comprado antes», apunta en la misma línea Abram. Señala que el Gobierno ahora busca acercarse a la meta del FMI, pero están comprando en un momento inoportuno. «Deberían haberlo hecho cuando el dólar valía $ 1100», observa.
Hacia adelante Abram espera que lo que va a hacer el oficialismo es tratar de acercarse a la meta del organismo. «No la van a cumplir, por supuesto, el 30 de julio, pero a lo largo del año van a tratar de ir comprando o consiguiendo dólares para realmente darle liquidez en dólares al Banco Central hacia fin de año», anticipa Abram.
Por otro lado, apunta que «hay que tener en cuenta que no es el único agente financiero del Gobierno el BCRA, también lo es el Banco Nación, y no es extraño que deposite allí los dólares que compre y eso aumente los encajes, pero no los dólares que tiene depositados en el Central». Así, delinea una posible estrategia del oficialismo hacia adelante.
Por su parte, Caamaño observa que viene el trimestre más flaco de dólares por temas estacionales, profundizado por medidas del Gobierno (restablecimiento de retenciones). «Además, eso coincide con el período electoral, que alimenta la dolarización, y la decisión de no dejar que el dólar suba más», afirma.
En ese sentido, espera que, a menos que haya un cambio fuerte en la política del Gobierno, «es probable que sigamos con compras de ocasión insuficientes para las metas«.