Los bancos volvieron a subir las tasas de plazo fijo, por segunda vez consecutiva este mes, tras la Comunicación A 8281 del Banco Central, que los obliga a subir en 10 puntos porcentuales las tasas de exigencia de efectivo mínimo. Como el costo de fondeo se les incrementa, debieron elevar nuevamente sus tasas pasivas.
El Banco Nación, que la había subido al 30%, ahora la volvió a subir, pero al 33%, la misma tasa que paga el Macro; mientras el Santander, que la había movido al 27,5%, ahora pasó al 30%.
El BBVA y el Galicia, que la habían tocado para arriba al 29,5%, ahora las volvieron a actualizar, al 30,5% y al 31%, respectivamente. En tanto, ICBC la puso en 31,4%, Credicoop en 320% y Provincia en 29%.
Por lo general, las entidades de menor tamaño suelen ser las que mejor pagan, como es el caso del Banco del Sol, el banco digital de Sancor Seguros, que ahora mejoró su oferta de plazo fijo al 35%, al mismo nivel que Voii, Bica y Reba, mientras el Meridian la tiene en 34,5%.
Como consecuencia, cada vez que los bancos suben sus tasas pasivas, de inmediato actualizan en la misma magnitud sus tasas activas. Por lo tanto, es una mala noticia para el tomador de créditos, ya que los préstamos personales, prendarios y la financiación con tarjeta de crédito serán más caros.
Para las empresas es un problema la suba de tasas pasivas, que que les encarece las tasas activas, como puede ser el adelanto en cuenta corriente, el descuento de cheque o el descubierto, que son las formas más usuales que tienen las pymes para financiarse.
«El Central sube la tasa para contener al dólar, así que tenemos que ir todos en la misma sintonía conceptualmente, y estar estructurados para seguir captando depósitos para poder seguir prestando, ya que estamos compitiendo fuerte entre nosotros», advierte un banquero.
De todos modos, confiesa que, con este nivel de tasas, donde las activas las suben en la misma proporción, se va a desacelerar el crecimiento que habían tenido en los préstamos, ya que con este nivel de tasas se van a frenar.