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El amigo de Julieta Prandi que ayudó a la modelo a huir de Claudio Contardi

Sebastián Waizer, amigo íntimo de Julieta Prandi y pieza clave en su huida del hogar que compartía con Claudio Contardi, revivió en un móvil de LAM los detalles de aquel dramático episodio y los motivos que lo impulsaron a actuar.

La reciente sentencia que condenó al empresario a 19 años de prisión por abuso sexual agravado contra la modelo, continúa generando un fuerte impacto público. Quienes fueron parte de su círculo cercano siguen brindando sus testimonios para mostrar el calvario y la situación de control que Prandi soportó durante años junto a su expareja.

«Un alivio en estos días que fueron tan intensos, con un vaivén de emociones. Si bien era de esperar, más que satisfecho con la condena», comenzó diciendo Waizer.

Al recordar el momento en que tomó conocimiento de lo que estaba viviendo la actriz, el amigo de la modelo explicó: «Cuando me enteré de lo que estaba viviendo, fue cuatro meses antes de su exmatrimonio. En ese momento, ni siquiera entra la palabra sufrimiento. Fue más una cuestión de accionar sobre la situación: se sufre, sí, pero se trata de buscar la solución. Yo me paré en ese lugar. La prioridad era sacar a Julieta de ahí. La persona necesita desahogarse, y de mi lado, ver cómo hacer que ella se enganche con lo que propongo».

Asimismo, Sebastián describió la escena decisiva en la que Prandi comenzó a terminar con el cautiverio que soportó durante una década. «Por ejemplo: ‘Vámonos con lo puesto, vemos qué va a pasar, pero vos no podés estar un minuto más en la casa’. No sé si era la mejor carta, pero yo sentí que ella tiró una soga; se le transformó la cara y no lo vio inviable. Le dimos para adelante», contó Waizer.

«La situación que ella estaba atravesando, el día a día, era un hogar atemorizado, bloqueado, frío, manejado por él. Le digitaba sus pensamientos, se metió en su cabeza. Hizo que cortara el contacto con su familia, amigos y colegas del espectáculo con los que compartía miles de horas. Nadie se lo hubiera imaginado. Se apagaba la cámara y la esperaba este cautiverio», cerró diciendo Sebastián.