En plena vegetación de la zona conocida como “Cuatro Bocas”, en Puerto Segundo, Misiones, fueron hallados 509 kilos con 350 gramos de marihuana ocultos entre la maleza. El cargamento estaba distribuido en 18 bultos que contenían 657 “ladrillos” de cannabis, listos para ser trasladados. El hallazgo se produjo gracias al sobrevuelo de un dron que detectó los paquetes camuflados en el monte.

Con esa información, personal de la Gendarmería Nacional se desplazó hasta el lugar y confirmó que se trataba de un cargamento de droga. Todo el material fue retirado y trasladado bajo custodia a la base de la fuerza, donde se realizaron las pruebas de campo Narcotest, que confirmaron que era marihuana. Posteriormente, se efectuó el pesaje oficial, que arrojó un total de 509 kilos con 350 gramos.
El operativo se concretó bajo la órbita del Juzgado Federal de Puerto Iguazú, que dispuso el inicio de las actuaciones judiciales una vez asegurada la droga y finalizadas las pericias. La Fiscalía Federal de Puerto Iguazú tomó intervención en el caso y ahora investiga el origen del cargamento y la red narco a la que estaba destinado, en el marco del tráfico transnacional que opera en la región.

Según informaron fuentes oficiales, el procedimiento fue realizado por efectivos de la Unidad de Inteligencia Criminal “Iguazú” del Escuadrón 10 “Eldorado” y la Sección Operativa de Vuelo “Posadas”, en el marco de un plan de refuerzo de patrullajes en pasos fronterizos y áreas selváticas de Misiones. Esta zona es considerada crítica porque organizaciones criminales la utilizan para ingresar cargamentos desde países limítrofes, como Brasil y Paraguay.

Por la magnitud del decomiso —más de media tonelada de marihuana compactada—, se trata de uno de los secuestros más importantes del año en la provincia.

Creyeron que nadie los veía. Sobre las aguas del Bermejo, varias jangadas cargadas con bultos avanzaban hacia la costa argentina cuando, desde el aire, un Vehículo Aéreo No Tripulado (VANT) registró cada movimiento. Minutos después, la señal llegó a los gendarmes en tierra y el cruce clandestino terminó en un operativo que frustró el ingreso de cocaína, hojas de coca y miles de paquetes de cigarrillos.
Según informaron fuentes oficiales, se trató de dos procedimientos realizados en la provincia de Salta, en la zona fronteriza con Bolivia, mediante el uso del VANT que permitió detectar la maniobra. En total, se secuestraron 7 kilos 284 gramos de cocaína, 3870 kilos de hojas de coca y 69.500 atados de cigarrillos.
El primero de los operativos ocurrió cuando los efectivos advirtieron que un grupo de personas trasladaba 127 bultos sobre las jangadas, estas balsas improvisadas, construidas con troncos atados entre sí, son utilizadas habitualmente para cruzar ríos sin motores ni ruido, lo que las convierte en un recurso frecuente en maniobras de contrabando.
Al percatarse de la presencia de los uniformados, los involucrados abandonaron la carga y huyeron nadando hacia la margen opuesta del río en el país vecino. Tras asegurar la zona, los funcionarios trasladaron los bultos a la subunidad para su apertura: contenían 2000 kilos de hojas de coca y 27.000 paquetes de cigarrillos.
Media hora más tarde, en un segundo procedimiento con características similares, se incautaron siete ladrillos de cocaína envueltos en nylon amarillo, con un peso total de 7 kilos 284 gramos, además de 1870 kilos de hojas de coca y 42.500 atados de cigarrillos.
Ambos operativos fueron realizados por personal de la Sección “28 de Julio”, dependiente del Escuadrón 20 “Orán”, con apoyo de la Unidad de Aviación “Orán” y las Unidades de Reconocimiento “Santiago del Estero” y “Mosconi” de la Gendarmería Nacional. La Fiscalía Federal Descentralizada de Orán intervino en el caso y autorizó el secuestro de la droga y la mercadería, en infracción a la Ley 23.737 (Estupefacientes) y la Ley 22.415 (Código Aduanero).
Los investigadores continúan con las actuaciones para determinar la procedencia de la carga y la posible vinculación con redes de contrabando que operan en la frontera norte.
En una de las imágenes del procedimiento se observa a un efectivo con guantes blancos manipulando uno de los paquetes incautados. El ladrillo, envuelto en nylon amarillo, fue abierto y dejó al descubierto un contenido blanco con la forma de un delfín, una marca utilizada habitualmente por organizaciones narcotraficantes. Junto al paquete, sobre la mesa, se aprecia una cuchilla y un frasco con líquido reactivo empleado para confirmar la presencia de cocaína.