Este lunes por la mañana comenzó el juicio contra dos miembros del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) que le negaron el ingreso a la provincia de Córdoba al padre de Solange Musse en pandemia, quien falleció de cáncer.
Se trata del médico Eduardo Andrada, quien fue en ese entonces director del Hospital de Huinca Renancó, y la asistente social Analía Morales, que estaba a cargo del puesto sanitario de aquella localidad en agosto de 2020.
Ambos serán juzgados en la Cámara Criminal y Correccional de 1° Nominación de Río Cuarto por los delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público en el marco de la pandemia por Covid-19.
El juicio de este lunes comenzó a las 8:30 de la mañana. Los jueces Daniel Antonio Vaudagna, Nicolás Rins y Diego Ortiz integrarán el tribunal junto con el jurado popular. El Ministerio Público Fiscal estará representado por el fiscal de Cámara, Julio Rivero.
Pablo Musse, el padre de Solange, denunció que ambos exfuncionarios impidieron su ingreso la provincia para visitar a su hija. Solange residía en la ciudad de Alta Gracia y se encontraba con internación domiciliaria, asistida con oxígeno, bajo cuidados médicos, porque tenía un diagnóstico de cáncer de mama avanzado, en fase IV.
La requisitoria fiscal sostiene que, por decisión de los imputados, Pablo Musse –que estaba acompañado por su cuñada, una mujer con discapacidad– tuvo que regresar a su casa en Plottier, provincia de Neuquén, encapsulado y escoltado por una comisión policial cuando intentaba entrar en Córdoba.
Según la acusación, los imputados desatendieron la directriz que ordena que, para estas situaciones “impostergables”, se debía escoltar hacia el domicilio de la persona discapacitada o la residencia de la persona que sufría el padecimiento límite.
Solange Musse falleció el 21 de agosto de 2020 y el escrito de la fiscalía expresan que esta situación impidió que el hombre pudiera ver a su hija con vida por última vez. El caso conmovió e indignó a todo el país.
“Siento tanta impotencia de que sean arrebatados los derechos de mi padre para verme y a mí para verlo. ¿Quién decide eso si queremos vernos? Acuérdense, hasta mi último suspiro tengo mis derechos, nadie va a arrebatar eso en mi persona», había escrito Solange quien, ya muy mal de salud, esperaba con ansias la visita de su padre.