Apenas habían pasado un par de minutos desde el momento en el que se conocieron los primeros datos oficiales de la elección en la Provincia de Buenos Aires que Cristina Fernández de Kirchner salió al balcón de su domicilio en el barrio de Constitución para saludar a la militancia reunida en el lugar.
Casi simultáneamente, a través de la red social X, la exmandataria le dedicó un mensaje con destinatario claro en el presidente Javier Milei.
Acompañada en el lugar por su hijo, el dirigente de La Cámpora, Máximo Kirchner, Cristina le disparó munición gruesa al mandatario nacional por «banalizar y vandalizar el «Nunca Más», que representa el período más negro y trágico de la historia argentina, no es gratis», una clara referencia al slogan de campaña libertario.
«Señalar con el dedo y estigmatizar a los discapacitados, mientras tu hermana cobra el 3% de coima de sus medicamentos, es letal. Y mejor ni te cuento cómo está el resto (de los que todavía tienen laburo)… Endeudados por comida, alquileres, expensas o medicamentos, y encima con las tarjetas reventadas… Salí de la burbuja, hermano… que se está poniendo heavy», escribió.
Luego, con algo de picante, jugó con la dirección de su lugar de detención: «Saludos cordiales desde San José 1111».
Terminó su mensaje con tres posdatas. Primero dijo que el próximo 26 de octubre, el momento en el que se dará la elección intermedia nacional «Kirchnerismo y Peronismo… ¡Más que nunca!».
Después, pidió que se le deje de echar la culpa al peronismo «del desastre que hicieron con la economía» y mencionó al ministro Luis Caputo: «Que si mañana un rayo nos partiera al medio a todos los kirchneristas y de nosotros solo quedaran las cenizas, te van a seguir faltando dólares y sobrando endeudamiento… economista experto en crecimiento con o sin dinero».
