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Entre la interna propia y la necesidad de reconectar con Macri

La interna de La Libertad Avanza también se instaló en las mesas armadas para la ocasión por Javier Milei, supuestamente, porque la realidad indica que fueron planificadas por los primos Menem y Sebastián Pareja con la mirada decisoria de Karina Milei.

Por un lado se pueden ver, con una misma mirada inicial, a los operadores cercanos a Santiago Caputo con los socios del PRO Cristian Ritondo y Diego Santilli. En el escenario provincial eso no puede darse de la misma manera porque ahí no existen representantes de Las Fuerzas del Cielo y Diego Valenzuela y Ramón Lanús, los intendentes del conurbano que están, deberán compartir miradas y proyectos con Sebastián Pareja, quien no regalará el lugar que hoy ocupan los coordinadores, verdaderos armadores de las listas últimas bonaerenses, entre los que sobresale el referente de la Primera Sección Electoral, Ramón «Nene» Vera.

«Si Sebastián lo suelta a Vera después se tiene que ir él. No porque El Nene tenga un as en la manga o haya realizado una buena elección, sino que es la barrera que lo separa del tiro que le quieren pegar los otros», dijo un agudo conocedor de ese microclima interno.

«Ojalá se hagan cambios, creo que los harán», le dijo a El Cronista un participante de una de las nuevas «mesas» armadas para decir que se sintió el impacto de la derrota en el territorio bonaerense. Al preguntársele sobre el futuro de Pareja y sus coordinadores, la respuesta fue mucho menos optimista. «Ojala haya algún cambio».

El gobierno nacional sintió cómo, por primera vez, que se le movió el pisoVenía padeciendo el temblor desde el caso $Libra pero lo del 3% directamente lo desestabilizó. El resultado de la pasada elección de septiembre en la Provincia de Buenos Aires no fue más ni menos que «la confirmación de ese cambio abrupto del estado de ánimo social que evidenciaba algunas cosas que no estaban bien pero eran perdonadas porque «bajó la inflación».

En un ataque de desesperación y también de abrupto arrepentimiento, Patricia Bullrich admitió que el gobierno tendría que volver a hablar con Mauricio Macri. Lamentablemente para La Libertad Avanza, eso es imprescindible. Debe reconectar con un electorado que lo abandonó el domingo y con un dirigente al que Santiago Caputo y Karina Milei han decidido destratar y destruir desde que llegaron a conducir los destinos de la Nación. Si no invitan a Macri a comer milanesas, el tránsito a octubre puede ser peor que la elección bonaerense.

Es que el triunfo de Fuerza Patria era inexorable. El acertado desdoblamiento electoral diseñado por Axel Kicillof, y aún discutido por Cristina y Máximo Kirchner, pero también objetado oportunamente por Sergio Massa, tenía como resultado el que finalmente se vio. Lo que nadie supo advertir, ni siquiera este cronista que sí afirmaba un triunfo del peronismo kirchnerista en la «pareja» Primera Sección Electoral, fue la diferencia del resultado final.

85 intendentes con una misma boleta que los representaba, peleando por ser más poderosos en sus respectivos municipios, no podían perder contra una manga de chapuceros que armaron listas de manera poco profesional y atando toda la estrategia al Nunca Más, nacionalizando una elección provincial y local.

19 intendentes en la Primera Sección Electoral hicieron que Fuerza Patria ganara por 14 puntos en esa región, donde Gabriel Katopodis quedó mucho mejor posicionado para 2027 que Diego Valenzuela, quien en principio todos daban como el posible triunfador de ese domingo. En la Tercera, no había chances. 19 de 19 localidades son gestionadas por peronistas kirchneristas.

Para peor, en el interior provincial, en el sector productivo, la oferta anti peronista iba dividida por Hechos, representado por los hermanos Pasaglia, y Somos Buenos Aires, que juntó a más de veinte intendentes de pueblos chicos de origen radical o del PRO que no pactó con los libertarios y mucho menos quiso ser violeta.

«Ganó el peronismo en el campo, eso marca la crisis del Gobierno», se animan a decir comentaristas que no tienen idea de qué se votó el domingo pasado ni cómo se distribuyó ese electorado. Los intendentes que fueron con Hechos y Somos Buenos Aires pidieron el voto para sí. La Libertad Avanza lo hacía por el proyecto nacional. Conclusión, en seis de ocho secciones electorales en el que se divide el mapa político provincial ganó Fuerza Patria, que no compartía su voto con nadie.

¿Podrá ganar el Gobierno el próximo 26 de octubre? Es factible porque esas opciones antiperonistas no tendrán el arrastre de votos en contra por parte de jefes comunales que jugaban su propia suerte en la legislatura y en sus pueblos. Entonces, quizás La Libertad Avanza recepcione mucho de esos electores ante el nuevo dilema de comer pasta o pizza. Hoy, mientras se escribe este artículo, ni Provincias Unidas ni Potencia aparecen con el poder que tenían Hechos y Somos Buenos Aires para quitarle votos al oficialismo nacional.

En tanto, los jefes comunales que pusieron todo y algo más de todo para conseguir votos para sus candidatos, ahora mirarán distantes porque ninguno de ellos fue convocado para participar de la lista encabezada por Jorge Taiana. El famoso y claramente efectivo «aparato» desaparecerá.

Fue por eso que Cristina Fernández de Kirchner, a través de Mayra Mendoza, le recriminó a Kicillof no haber mantenido un único día para la elección provincial y nacional. «Si perdemos en octubre, la victoria de septiembre no sirve de nada», le dijeron. También compiten contra Sergio Massa, a quien el gobernador sindicó como el factótum de la unidad. Para los camporistas cristinistas, «la unidad se armó en San José 1111» y recordaron que en un momento determinado «Kicillof armó listas con sus propios candidatos y nos dejó a todos afuera».

¿Cómo administrará su rol de conductor Axel Kicillof? Aún nadie lo sabe. El domingo, en el festejo ganador, se gritaba por Axel Conducción», incitado desde la algarabía de la locutora. El único contacto con Cristina fue a través del dirigente que le acercó el pendrive con el discurso de la expresidenta. Ni siquiera usaron el WhatsApp personal para pasarle las palabras que luego se difundieron, acompañado por un silencio atronador de quienes estaban ahí