El riesgo país que no para de subir en las últimas semanas y se volvió a colocar por encima de los 1.200 puntos básicos -tras un breve respiro la semana pasada- amenaza con demorar grandes proyectos de inversiones en la Argentina, particularmente de energía y minería, dos industrias que piensan en el largo plazo y miran a 30 años vista para proyectar sus negocios.
Martín Pérez de Solay, CEO de Glencore Argentina, aportó una mirada que contextualiza mejor la situación actual. La minera pidió el ingreso al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) para proteger desembolsos por 13.500 millones de dólares en dos proyectos de cobre -El Pachón, en San Juan, y Agua Rica, en Catamarca-.
«El RIGI es estabilidad fiscal y acceso a los dólares, por lo que significa un muy buen mecanismo para contrarrestar al riesgo país. Y la posibilidad de la jurisdicción extranjera ante eventuales juicios mitiga el riesgo de expropiación», consideró. Además, en su equipo comentaron que el riesgo país ya está «metido en la tasa de descuento», que aún así da favorable.
En una exposición en el Foro Argentino de Inversiones, organizado por la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP) y la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI), Pérez de Solay dijo: «Estamos viendo el resurgir de la minería en el país«.
Y valoró que el RIGI «niveló la cancha» en materia de impuestos con Chile y Perú, donde el Gobierno se queda con el 45% de lo producido por las mineras, contra el 65% de «government take» argentino antes del RIGI.
El directivo minera comparó a la minería con un barco transatlántico. «No se revisan las decisiones todos los días y ya estamos zarpando. La industria va y no cambia el rumbo, pese a una tormenta pasajera», contó.
Consultado sobre los pasos a seguir después de que Glencore obtenga el acceso al RIGI, Pérez de Solay contestó que restará la aprobación de los permisos ambientales en ambas provincias antes de tomar la decisión final de inversión.
Y repitió que la Argentina «tiene un desafío fuerte en materia de infraestructura; se necesita una inversión muy grande, aunque el proceso de privatización de los trenes y las líneas eléctricas permite pensar que se va a desarrollar».
En relación al financiamiento de los proyectos El Pachón (US$ 9.500 millones en una primera etapa, ampliable en las próximas décadas hasta US$ 15.000 o US$ 20.000 millones) y Agua Rica (otros US$ 4.000 millones), Glencore está en conversaciones con el Banco Mundial para obtener créditos a menores tasas que las que podría conseguir en bancos privados.
La mayor cantidad de dólares que pondrá la minera será «entre el año 2 y el 5 a 7» desde el inicio del proyecto. Se prevé que Agua Rica empiece su producción a principios de 2031, mientras que El Pachón entraría a fines de 2033 o inicios de 2034, justo antes de que los precios del cobre toquen un máximo potencial debido a la brecha que se generará entre la demanda prevista y la oferta.
Mariano Mayer, presidente de ARCAP y cofundador del fondo de capital de riesgo Newtopia VC, planteó: «El riesgo país tiene un impacto en el análisis previo a invertir, pero es más profundo y también se valoran las capacidades técnicas del país».