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Dólar: más intervención o cepo

El dólar mayorista detuvo su escalada en los $ 1424,50, gracias a nuevas ventas oficiales, aunque de menor magnitud que el miércoles, en una jornada marcada por la expectativa sobre un eventual auxilio financiero de Estados Unidos. 

El Banco Central aumentó su posición en instrumentos dollar-linked en su balance para defender el tipo de cambio por unos u$s 7000 millones, una maniobra que absorbe pesos y al mismo tiempo contiene la presión cambiaria, reflejada en la baja del dólar a futuro y en subas de la curva de pesos, en vísperas de la próxima licitación del Tesoro.

La City ya descuenta escenarios más que desafiantes para el equipo económico hasta el 26 de octubre. Desde FMyA escribieron que, la presión sobre el dólar se mantendrá hasta las elecciones del 26 de octubre, «acercándose a la banda superior (hoy $ 1482), mientras el BCRA desplegará todo su poder de fuego para defenderla«. Es decir, intervención a toda marcha.

Para la consultora, esto genera preocupación en el mercado, ya que implicaría vender reservas (u$s 13.000 millones del FMI), futuros (u$s 2400 millones más los u$s 7000 millones de Dollar-Linked incorporados esta semana) y los dólares del Tesoro (u$s 2000 millones).

Abandonar el esquema cambiario no es una opción. «Salir de las bandas antes de las elecciones impactaría en la inflación: los alimentos subieron 0,7% esta semana y se estima que la inflación general de septiembre haya sido 2%, con un pronóstico similar para octubre, al proyectar el dólar en la banda superior ($ 1490 a fin de mes)», analizó FMyA.

¿Entonces cuáles serían los factores que le darían un poco de oxígeno a la incesante presión cambiaria? Para la consultora de Fernando Marull, la tensión podría aflojar si se concretan dos factores:

  1. un anuncio contundente del Gobierno el 14 de octubre sobre un acuerdo con Estados Unidos (tipo Swap por u$s 20.000 millones y compra de bonos), que aleje al dólar de la banda superior.
  2. un panorama político más alentador, «aunque hoy luce lejano. Las próximas tres semanas estarán dominadas por la incertidumbre electoral».

Para Max Capital, «las opciones para el Gobierno se reducen, pero las autoridades resisten y esperan llegar al 26 de octubre bajo el esquema actual«. 

El escenario base que baraja el bróker indica que el Tesoro primero agotará todo su colchón de dólares, de unos u$s 2300 millones, antes de permitir que el tipo de cambio alcance el techo, donde el Banco Central intervendría para defenderlo.

Agrega que, «los bonos dollar-linked y los contratos NDF seguirán vendidos para facilitar la dolarización de carteras a un precio más bajo. El BCRA recibió bonos dollar-linked de corto plazo a cambio de Lecaps y probablemente los venderá activamente como sustituto de las ventas de dólares, lo que le da tiempo», consigna el documento.

El Tesoro utiliza primero unos u$s 2500 millones de sus propios depósitos para contener la presión cambiaria, y luego el BCRA interviene en el techo de la banda, actualmente en $ 1481,8. A esto se suman ventas de futuros, que ya alcanzan una posición corta de al menos u$s 7000 millones (u$s 5000 millones en agosto y probablemente entre u$s 1000 y u$s 2000 millones adicionales en la jornada de hoy).

Para el broker, el Gobierno podría interpretar esta presión como de carácter precautorio y adelantado, identificando en las importaciones anticipadas y en la dolarización de carteras de individuos los principales motores. «Bajo esa lectura, la presión cambiaria no solo desaparecería después de las elecciones, sino que incluso se revertiría», desliza MC en su escenario.

Pues bajo esa lógica, las ventas de dólares estarían justificadas: «Un resultado electoral favorable aliviaría los temores y permitiría una apreciación de la moneda, con menores importaciones y carteras dolarizadas, volcándose a vender dólares para obtener pesos con fines transaccionales».

Parte de la estrategia también podría estar guiada por la idea -errónea- de que los «pesos son escasos» y que las intervenciones no esterilizadas absorberán liquidez, al reducir así la capacidad de presión sobre el tipo de cambio.

Sin embargo, esto pasa por alto que la velocidad de circulación del dinero se ajusta rápidamente (la demanda de dinero cae) en respuesta a la presión de los bonos en pesos, y que para comprimir la liquidez a ese nivel se requerirían tasas extremadamente altas, superiores al 100% conforme se acerquen las elecciones.

Max Capital es claro al respecto: «El Gobierno ya avanzó en esta línea al limitar el arbitraje y al bloquear el acceso al mercado oficial de divisas de los bancos a través de billeteras virtuales».

El próximo paso, según el broker, podría ser reintroducir un límite a las compras de individuos, con el fin de contener los arbitrajes en el mercado informal, donde hoy los particulares tienen incentivos a vender dólares gracias a una brecha cambiaria superior al 10%.

No obstante, restricciones adicionales tendrían un costo reputacional significativo, generando expectativas de más controles hacia el futuro -por ejemplo, de cara a las elecciones de 2027- y elevando el tipo de cambio de equilibrio en los períodos sin restricciones.

Además, dice que serían un golpe político, en especial entre votantes de centroderecha, y ampliarían la brecha hacia niveles de entre 30% y 40%. Esto, a su vez, alimentaría la inflación, ya que el CCL se ubicaría más alto que en un esquema de tipo de cambio libre.

Desde el Grupo SBS también opinaron que el mercado mantiene la mirada sobre el poder de intervención del Gobierno en el mercado cambiario, con los anuncios de Estados Unidos «que aportan algo de aire, pero con creciente impaciencia ante la falta de concreción de alguna asistencia concreta».

Mientras tanto, sostiene que el Tesoro compró dólares al aprovechar la ventana temporal de retenciones cero, aunque el volumen de compras fue limitado, y al mismo tiempo vendieron dólares en medio de la banda para contener presiones.

Por su parte, Lucio Garay Méndez, de EcoGo, dijo que el Gobierno enfrenta una encrucijada: «Al precio actual del dólar, la demanda supera ampliamente a la oferta. Ni siquiera medidas como la baja de retenciones, que inflaron artificialmente la oferta, permitieron acumular la mitad de los dólares liquidados», lamentó el experto.

Y es que con una oferta que no alcanza y una demanda que ya no responde a incentivos positivos -como la inyección de divisas desde Estados Unidos-, la disyuntiva es clara: «Ajustar el precio o las cantidades. Eso significa liberar el dólar y abandonar el régimen de bandas, ya obsoleto, o reinstaurar el cepo para personas físicas, lo que reabriría la brecha cambiaria», aseveró Garay Méndez.

El experto explicó que el statu quo actual deja al Tesoro y al BCRA fuera del mercado cambiario, sin acceso a los dólares necesarios para cumplir compromisos, y ese es el foco de preocupación. «En este escenario, las expectativas apuntan a un tipo de cambio más alto, y la forma de cobertura para el mercado es comprar dólares hoy. Esto no solo excluye aún más al Gobierno de acceder a divisas, sino que, en la práctica, el mercado le arrebata los dólares que necesita».

Así, el escenario que predomina en la City para el dólar hasta las elecciones del 26 de octubre combina intervenciones activas del Tesoro con la posibilidad de medidas más restrictivas en caso de que la presión cambiaria se intensifique. Si bien las ventas de reservas, futuros y dollar-linked buscan contener la divisa y calmar los mercados, el resultado final está atado a factores como un acuerdo financiero con Estados Unidos y de la evolución política local.