Por errores propios o por una oposición cada vez mas aceitada en su estrategia de dar pelea en las urnas el gobierno de Javier Milei se encuentra en una dura encrucijada de pérdida de votos de cara a octubre y saldrá a recuperar los votos cruciales para obtener un triunfo que se concentran en tres sectores: el campo, la clase media y los indecisos.
El culebrón del diputado José Luis Espert involucrado con presuntas cuentas bancarias de narcos le complicó la campaña a LLA. Pero la testarudez del presidente Milei de sostener al «profe» como le llama parece ser más grave aún. Como contrapartida a la eventual pérdida de votos por el lado del discurso anticorrupción el gobierno se enfocará ahora a buscar voluntades en otros sectores desencantados con el presidente y la prédica libertaria.
Fuentes calificadas de la Casa Rosada aseguran que hay un sector de peso en el gobierno liderado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos y las ministras de Seguridad y de Capital Humanos, Patricia Bullrich y Sandra Petovello, respectivamente, que piden la renuncia de Espert para «escuchar un reclamo de la sociedad» y descomprimir. Por ahora, el presidente se mantiene en sus trece con un apoyo rotundo diputado de LLA.
Está claro que con Espert en el centro de la escena al gobierno le será muy complicado hablar en la campaña de otro tema o instalar ejes de debate en la economía. «Si en la provincia de Buenos Aires perdimos por más de 10 puntos antes del caso Espert ahora puede ser peor», comentó un encumbrado funcionario del gobierno.
De todas maneras, en las usinas libertarias y en el mismo seno de la Casa Rosada harán un intento por recuperar confianza y votos perdidos en otros sectores que no sólo se ven desencantados por el efecto Espert.
La eliminación express de las retenciones cero al campo que terminó beneficiando a cuatro grandes cerealeras dejó un clima de malestar en el campo. El propio amigo de Milei y titular de la Sociedad Rural Argentina Guillermo Pino expuso sus molestias con la medida fugaz. En su paso por el foro de la Amcham de Agronegocios Pino fue tajante: «Necesitamos claridad y tranquilidad hacia adelante. Que nos dejen producir porque la producción viene encorsetada por decisiones del gobierno», dijo sin vueltas.
En el mismo foro de agronegocios Guillermo Francos intentó suavizar el impacto de la medida. «El gobierno fue transparente en este tema de retenciones. Los exportadores se apuraron para endeudarse y completar el cupo. Es cierto que los productores pequeños no van a acceder a la retención cero pero si van a tener que vender mucho a los grandes y creo que al final la resolución va a beneficiar más a productores que a los exportadores», dijo para tender un puente.
Sin embargo, el puente entre Milei y un sector del campo parece estar roto hace tiempo. En las elecciones de la provincia de Buenos Aires llamó la atención que LLA perdió en varias intendencias del interior de neto perfil agropecuario y en provincias como Córdoba, Santa Fe o San Luis las recientes encuestas perfilan un incremento del voto del sector de Provincias Unidas, el bloque de gobernadores de la vereda del medio que suma adhesiones del campo.
En algunos de esos distritos Provincias Unidas llega al 20 o 23% de intención de votos y resulta ser una verdadera amenaza para la alianza LLA y el PRO, tenido en cuenta que el partido de Mauricio Macri se sustentó en gran medida con el voto chacarero.
¿Habrá nuevas medidas destinadas a recuperar el voto del campo? Nadie arriesga aún pero alguna señal esperan dar. «Se están acomodando muchas cosas en desregulación para que el campo trabaje más cómodo y se produzca más. Estamos haciendo todo lo necesario para que le alivien la carga al campo», dijo el secretario de Agricultura Sergio Iraeta en el mismo foro de AmCham.
Recuperar el voto de la clase media y el electorado desencantado con LLA no parece ser una tarea sencilla para Milei. Los vetos a las leyes de emergencia en pedriatría, la ley de fondos a discapacidad, educación en universidades y fondos para jubilados parecen haber sido hechos a medida como señal de castigo quirúrgico hacia la clase media. En la Casa Rosada aseguran que se buscó cuidar la regla de déficit cero.
Ahora el presidente buscó remontar la jugada y en el proyecto de presupuesto 2026 contempló algunas ideas destinadas a los sectores medios. Por ejemplo, un aumento del 5% por encima de la inflación proyectada para jubilaciones y pensiones por discapacidad. También se anunció una partida de 4,8 billones de pesos para las universidades nacionales y un aumento del 8% por encima de la inflación para la educación en general. El anuncio llega en medio de protestas callejeras de estudiantes y jubilados. Pero se da a un mes de las elecciones.
El gobierno necesita de esa clase media para ganar las elecciones y Milei les asegura que «lo peor ya pasó», que no habrá que hacer más sacrificios o ajustes. Pero el secretario de Hacienda, Carlos Guberman le jugó una mala pasada. En la exposición que dio ante la Comisión de Presupuesto de Diputados adelantó que para el año que viene el presupuesto prevé una quita de subsidios en energía y gas de casi la mitad. Pasarán del 35% actual al 15%. El plan es reducir este gasto del 1,5% del PBI en 2024 a un 0,8% en 2026. Inevitablemente esto se traducirá en aumento de tarifas para los sectores medios. ¿Un sincericidio en medio de la campaña destinada a enamorar otra vez a la clase media?
Para compensar el malestar en esos sectores el portavoz Manuel Adorni anunció un giro de fondos de 30.000 millones de pesos para el hospital Garrahan destinados a nuevo equipamiento y obras de ampliación. Todo ello, dijo, «es posible gracias a la eficiencia en el uso de los recursos de la nueva administración». Habrá que preguntar a los médicos y pacientes si ella ayuda será suficiente, si llegó a tiempo o si se traducirá en votos para los libertarios.
Milei confía en el salvataje de Trump para llegar a las elecciones sin sobresaltos. Pero el encuentro de presidentes previsto para el 14 de octubre en Washington ya presenta varios interrogantes. Por empezar, no está claro si allí se va a firmar el acuerdo de préstamo con SWAP de por medio o si solo será un anuncio. Tampoco está claro si habrá una definición de la nueva tabla de aranceles comerciales que fijó Estados Unidos del 10% para Argentina con una ampliación de productos con arancel cero.
Para cerrar estas incógnitas viajó a Washington el ministro de Economía Toto Caputo junto con José Luis Daza su vice y Bausili del BCRA. Es que Milei ya le generó un problema a Trump con los reclamos de los chacareros norteamericanos que ven en el préstamo para Argentina un faltante en el comercio agrícola y una ayuda al campo argentino. El Secretario del Tesoro Scott Bessent trató de frenar el malestar de sus granjeros al sostener: «No hay plata para Argentina. Solo se trata de un SWAP». Esto sería de uso exclusivo para cubrir aranceles de importaciones. Pero nadie lo sabe aún.
De cualquier manera, la intención es mantener una economía tranquila hasta las elecciones y con ello recuperar el voto de los indecisos. Se trata de un universo importante. Las últimas encuestas muestran que hay entre un 14 y un 20% de argentinos que no sabe por quién votará. A esto se le agrega otro interrogante: el nivel de ausentismo. En las elecciones porteñas pasadas hubo un 12% menos de gente en el cuarto oscuro respecto de los comicios del 2023, en Santa Fe un 9% menos y en Formosa y Buenos Aires -8%. Nadie sabe a ciencia cierta si esos votantes son desencantados con Milei exclusivamente y si el gobierno podrá arrastrarlos a las urnas.
Hay preocupación en la Casa Rosada por la apatía ciudadana a las elecciones. A ello se le suma la falta de tracción del aparato electoral de LLA. No cuentan con intendentes, gobernadores o militancia de base para movilizar en el día de elecciones. El mensaje anticasta le está costando caro a Milei y no le ayuda en nada la falta de resultados concretos en la economía de bolsillo.