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Textiles: las cifras del sector más golpeado en la era Milei

El sector industrial, con el textil y de indumentaria a la cabeza, atraviesa una profunda crisis que, según referentes de la actividad, pone en riesgo no sólo la coyuntura, sino también el entramado productivo y social: sólo en este rubrocerraron 381 empresas y se perdieron 11.500 puestos de trabajo en 18 meses.

Los datos que surgen de un informe elaborado por ProTejer, representan el 6% del total de compañías que se perdieron a nivel nacional (17.600) y cerca del 10% de la baja de empleos registrados que alcanza a 102.000, entre diciembre de 2023 y junio de 2025. 

La combinación de una política de apertura económica con baja de aranceles y desregulación en un contexto de recesión prolongada está teniendo un impacto «devastador», alertaron los industriales y explicaron que lejos de normalizarse, la situación «se espiraliza» hacia otras actividades.

Desde el rubro, que se considera como un «termómetro de la economía» ya que la indumentaria es uno de los primeros consumos que la gente recorta en crisis, advierten que esta situación es un «déjà vu» de ciclos económicos anteriores donde el retroceso textil anticipó problemas mayores para el resto de la economía.

Luciano Galfione, titular de la Fundación que representa a firmas del sector textil, aseguró que «el modelo que no cierra» y apuntó contra la competencia desleal y las medidas de apertura comercial, antes de hacer reformas estructurales que permitan competir.

«No hay país del tamaño territorial de la argentina, con más de 35 millones de habitantes que sea desarrollado sin industria», dijo y contrastó con la economía de Chile que «con 20 millones de habitantes, quizás con la minería y la pesca funciona». 

«En Argentina somo 50 millones«, dijo y sentenció que el país «no es viable» sin la industria que frente a un punto porcentual de crecimiento genera 3,5 puestos de trabajo mas que la agricultura.

Desde el subrubro de producción de sweatersPedro Bergaglio, anticipó para el segundo semestre del años, el cierre del 30% de las empresas que se concentran en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El antecedente más reciente es la crisis que atraviesa la firma Mauro Sergio, una de las textiles más grandes a nivel nacional que despidió 150 personas y redujo 20% la producción.

El dato que sirve de parámetro es el de Utilización de la Capacidad Instalada industrial que promedia apenas el 44%, lo que implica que más de la mitad de la maquinaria y tecnología del país está paralizada, luego de inyectar u$s 1500 millones en inversión en los últimos 3 años.

Mientras se generó un boom de importaciones con la llegada de forma masiva de productos a través de plataformas como Shein y Temu, la falta de competitividad hizo caer las exportaciones que acumulan 2 trimestres con bajas de 2%.

En tanto, como una señal de «agotamiento», los industriales advierten que las importaciones que dieron saltos de 9%14% y 16% entre el tercer trimestre de 2024 y el primero de 2025, respetivamente, reflejaron una baja de 3% entre mayo y julio.

«Todo indica que el cuadro se complejiza hacia fin de año», aseguró Jorge Sorabilla, secretario de ProTejer en una conferencia de prensa previa a la apertura de Feria Protextil que inicia esta tarde en Avellaneda bajo el lema: «¿Argentina a contramano del mundo?».

En relación a los precios, la visión de los empresarios contrasta con la del Gobierno: la desaceleración de la inflación se logró «a costa de una recesión que se prolonga», lo que impide el despegue del consumo y mantiene el mercado laboral en franco deterioro.

La crítica central apunta al diseño de la política económica: «nos damos contra la pared», dijo Galfione y cuestionó el avance de medidas de apertura indiscriminada y baja unilateral de aranceles a importaciones, incluso por debajo de los niveles del Mercosur y en beneficio de productos asiáticos.

«En los shoppings hoy, tenemos todos productos importados, y ¿bajaron un 80% los precios?», ironizó el empresario textil y destacó que la raíz de la problemática es el peso tributario y no la alta rentabilidad de los fabricantes.

El sector advierte que la caída del consumo y la entrada de productos importados están «espiralizando» la crisis, afectando a otros rubros que parecían más estables.

Frente a este «laberinto», la conclusión del sector es unánime: «La única solución posible es a través de producción y trabajo», indicó Sorabilla  y cerró con un llamado a las autoridades a «corregir el rumbo económico», destacando que los países desarrollados no crecen con «recetas liberales», sino «defendiendo su trabajo, su mercado interno, su soberanía y su capacidad productiva».