Federico “Fred” Machado, empresario acusado de narcotráfico, tiene la afición de la restauración y colección de aviones de guerra. Más allá del Bombardier Challenger 600 y del Beechcraft King Air B-200, Machado destinó fondos a recuperar aeronaves con historias.
La colección de aviones de combate de Fred Machado
Dentro de la colección de aviones de caza de Machado, destacan varios modelos emblemáticos, cada uno con una historia particular y un significado especial para la aviación militar. Su interés por estas aeronaves lo llevó a invertir tiempo y recursos en su restauración, reviviendo así parte del legado de la aviación.
A-4Q: Un veterano de Malvinas
Machado adquirió un A-4C y lo restauró para replicar el A-4Q 0658/3-A-305 de la Armada Argentina, que participó en el hundimiento del HMS Ardent en Malvinas. Este avión, que nunca llegó a la Argentina, se ofrece hoy por 495.000 dólares en Platinum Fighters Sales.

La Gaceta Aeronáutica informó: “El empresario argentino Federico Andrés “Fred” Machado lo adquirió en 2017 a través de su empresa con sede en Fort Lauderdale (Florida), South Aviation, y lo hizo reformar y repintar para replicar el A-4Q 0658/3-A-305 de la Armada Argentina, uno de los aviones involucrados en el hundimiento del HMS Ardent en el Estrecho de San Carlos el 21/05/1982″. Este avión en particular tiene un valor histórico significativo, ya que formó parte de un evento clave en el conflicto bélico de las Islas Malvinas.

Los A-4, reformados para la Aviación Naval, se llamaron A-4Q. La Marina Argentina los compró para operar principalmente desde el ARA 25 de Mayo. Los veteranos de Malvinas destacan que es una nave fácil de maniobrar, casi alcanza los 1000 kilómetros por hora, es liviana y puede llevar armamento pesado.
A-4C: un proyecto inconcluso
Antes del A-4Q, Machado compró los restos de un A-4 Skyhawk con el que se propuso homenajear a la Fuerza Aérea Argentina. Lo cubrió con el esquema de pintura del Grupo 4 de Caza de Plumerillo, Mendoza. Este proyecto nunca se concretó y hoy se ofrece a la venta por 395.000 dólares.

El A-4C es una versión más avanzada del A4. Durante la Guerra de Malvinas estaban armados con misiles Shafrir, de origen israelí. Un piloto en misión podía permanecer más tiempo en el aire dentro de un A-4C que dentro de un A-4. Por este motivo, los A-4C se utilizaron en el ataque al portaaviones Invencible. Además, llevaba un radar más potente que los A-4 y cargaba también más armamento.
T-28: veterano de Vietnam
En 2014, un T-28 restaurado por Machado llegó a Trelew. Este avión biplaza, fabricado en los Estados Unidos en los años 50, fue adaptado para operar desde el portaviones ARA 25 de Mayo. Machado declaró: “El avión lo compré a un privado acá en USA. Es un T-28 Fennec, ex de Haiti y hermano de los que se fueron a Argentina (…) Lo compré y le hice muchas modificaciones de aviónica y un nuevo motor, y decidí pintarlo con los colores que lucieron en la Armada”.

Este avión se empleó en Vietnam y en la guerra de Argelia. Quienes lo volaron destacan que “es un avión de ataque a tierra: puede apoyar a la infantería que está en la primera línea de combate. Dispara con cañones, cohetes, bombas, tira napalm. Absorbe muy bien los impactos y es fácil de reparar”.
En la Argentina, 13 unidades se adaptaron para operar desde el portaviones ARA 25 de Mayo: recibieron gancho de apontaje, les acortaron las hélices y adoptaron la denominación T-28P. Se convirtieron así en cazas embarcados.
Harrier GR.3: el inglés de Malvinas
El Hawker Siddeley Harrier GR.3 de Machado, construido en 1976, operó en Malvinas. Este jet de despegue y aterrizaje vertical se destacaba por su capacidad para operar en espacios reducidos. En 2014, Jet Art Aviation lo compró y lo restauró.

Este jet multi-rol puede entrar en combate aéreo, pero también puede ser usado para ataques a tierra con distintos tipos de bombas. A diferencia del Sea Harrier, el modelo preparado para la Aviación Naval británica, el Harrier GR.3 de Machado, era utilizado por la Royal Air Force.
Grumman Tracker: guerra antisubmarina
Machado tenía como nuevo emprendimiento, la restauración de un Grumman Tracker, avión insignia de la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina que operó desde los portaviones ARA Independencia y ARA 25 de Mayo y participó en la Guerra de Malvinas, una aeronave que se destacó por ser el primero de guerra antisubmarina en combinar sensores de detección y armamento.
