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Amor por la quema, una práctica nociva que mantiene viva la llama

Una muerte y el cierre del aeropuerto Benjamín Matienzo fue el resultado de la quema de pastizales cerca de la aeroestación. Un verdadera tragedia anunciada. Tucumán tiene la cabeza quemada.

El octogenario que falleció, de apellido Juan Pedro Núñez vivía en El Colmenar con su mujer. Fue el autor y víctima de la quema de pastizales.

Todo comenzó cuando el vecino se instaló en Ranchillos en un terreno que necesitaba que se le cortaran los pastizales porque estaban altos. Una vez terminada esta tarea comenzó a prenderle fuego ayudado por algún tipo de combustible. Prendió en varias zonas sin advertir que quedaría encerrado entre las llamas. Ese fue su final.

Su mujer que fue encontrada en estado de shock fue internada en el Centro de Salud para que se la atienda.

Fue un trabajo coordinado ente bomberos de la policía y voluntarios, además, participaron empleados de la comuna que cavaron zanjas para frenar el fuego y que no afectara a las casas de vecinos que se encontraban cerca.

Este episodio que se inició cerca de las 14 hs se vivió con mucha angustia y tensión en el aeropuerto Benjamín Matienzo. Las llamas pusieron en riesgo los hangares donde se encuentra guardados los aviones de la provincia y de particulares. Quiso el esfuerzo y el destino que la tragedia no llegue a mayores.

Según Mario Herrera, jefe de Bomberos, tuvieron que trabajar en varios lugares de la provincia a causa de los incendios de los dos últimos días. O sea, que la situación de Tucumán es alarmante una vez más. Llega esta época del año y los incendios se multiplican por una cultura que quema irresponsable y porque el gobierno no realiza una campaña en las escuelas para que los hijos de aquellos que crecieron quemando pastizales cambien sus hábitos o por lo menos no se propague esa práctica a través de las sucesivas generaciones.

La negligencia de una sola persona generó un riesgo enorme, de grandes magnitudes, tuvieron que trabajar ocho dotaciones de bomberos y un helicóptero hidrante. Fue un trabajo tenso de varias horas. El gasto fue enorme, el sacrificio mucho más.

Muchos pasajeros no pudieron abordar los vuelos que tenían previsto. Las casas de una amplia zona de varios municipios quedaron sucias con la lluvia negra que generó el fuego, muchos se vieron afectados en su salud al aspirar tantas partículas nocivas que hubo en el aire. Todo fue ocasionado por una sola persona. Increíble.