Un flamante informe que acaba de publicar la Fundación “Tejido Urbano”, realizó un completo plano de cómo se constituyen hoy los hogares argentinos. Según este relevamiento que desgranó datos del último censo del Indec, en materia de hogares urbanos, casi el 25% ya son unipersonales.
En otras palabras, el 9 % de la población urbana vive sola.
Y no es la única novedad de este cambio social: resulta que hay más hogares de una sola persona que de cuatro miembros. Claro, esta tendencia suele ir de la mano con el tamaño de la ciudad. Así, en CABA los “unipersonales” son el 39,1% de los hogares y cobijan al 17,9% de todas las personas. Algo similar ocurre en provincias como La Pampa, Córdoba, Santa Fe y las patagónicas.
En cambio, hay otras donde este fenómeno sociológico aún no se impone: en lugares como San Juan, Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Corrientes y Catamarca hay más hogares numerosos (más de cinco miembros) que unipersonales.
“La primera sorpresa es que en Argentina tengamos una cifra tan alta de hogares unipersonales. Si bien ya había indicios de esta situación, sabíamos que no esperábamos un número tan elevado”, dijo Fernando Álvarez de Celis, Director Ejecutivo de la Fundación. Este licenciado en Geografía, especializado en economía urbana, agregó: “En este rubro la nuestra es una sociedad con este índice por encima de otros países de la región. Incluso es similar a la de países muy desarrollados a nivel mundial.
Además, el trabajo de Álvarez de Celis indica que es una situación en crecimiento: en el 2001 los hogares unipersonales eran el 12,2% y —dos décadas más tarde— el 24,8%, duplicando también su cantidad absoluta, que pasó de 1,3 a 3,7 millones de hogares. Esto implica que en 2001 había solo 3,7% de las personas que vivían solas, y en 2022 ese porcentaje ronda el 9%. Claramente, la independencia es un bien muy preciado.
Pero el experto destaca otro punto: “Lo más raro es que esto ocurre en un país con un déficit de viviendas que es muy alto. Según estimaciones de la Cámara Argentina de la Construcción, el déficit habitacional total en Argentina asciende a 3.24 millones de viviendas. Y se habla de que cerca del 30% de la gente alquila su vivienda”.
En este sentido, los datos oficiales del Indec en su último censo, en el 2022, indican que Argentina tiene 17.7 millones de viviendas particulares. De estas, 15.6 millones se encuentran ocupadas (88%) y 2 millones están directamente desocupadas.
¿Cuáles son las explicaciones posibles? Por un lado, las demográficas, que son globales: una tendencia al envejecimiento de la población debido a que la gente vive más años, especialmente las féminas: “De ahí que haya un grupo importante de mujeres mayores de 70 años que viven solas. Pero a eso se agrega algo más local que tiene que ver con la situación económica, y es que los jóvenes que sí se emancipan, lo hacen para irse a vivir solos, no para vivir en pareja.
O sea, tenemos muchos jóvenes que viven con sus padres —ronda el 40%, que es altísimo— pero los que se van, se mudan solos. “No se van a vivir en pareja ni con amigos. Esta parece ser una tendencia bien argentina”, comentó el investigador de Tejido Urbano.
Y en tercer lugar, también suma a esto que hay una gran cantidad de separaciones de parejas. Hoy tenemos un amplio grupo de personas de entre 25 y 45 años que antes vivían juntos y ahora eligen vivir solas.
Es tan fuerte este deseo que, en un país con pocas intervenciones en materia de vivienda social, los jóvenes que se van solo son capaces de invertir hasta el 50% de ingresos en un alquiler. Es un porcentaje mucho mayor que lo que ocurre en otras ciudades.
Por ejemplo, el 15% de los adultos mayores de más de 65 años alquila su vivienda. Lo insólito es que un altísimo porcentaje de estas personas que vive sola, al mismo tiempo recibe ayuda económica de su familia para que siga viviendo sola, sin “juntarse”. Esto es algo diferente a lo que ocurre en otros países de la región.
En este rubro de situaciones llamativas, el experto recordó que “a fines del siglo XX, el promedio era de cuatro personas por hogar y hoy tenés menos de dos personas por hogar. Pero además, hacia 1980, cada habitante de la ciudad de Buenos Aires “tomaba” unos 23 m² aproximadamente. En cambio, hoy cada habitante consume más de 55 m². O sea, en términos estadísticos al menos, vivimos mucho más “holgados” que antes en materia de espacio.
Desde Tejido Urbano recuerdan algunas políticas activas sobre esta temática que se están impulsando para mejorar estas distribuciones. “Ocurre en España que hay muchos jóvenes que no tienen casa para independizarse, pero también hay muchos adultos mayores que viven solos y tienen espacio libre. España lo que está haciendo es darle un subsidio a los jóvenes que alquilan un espacio en la casa de un adulto mayor que vive solo. Eso genera beneficios para todos: el mayor, que está acompañado y mejora su salud mental; el joven, que paga su vivienda más barata y la infraestructura urbana que se aprovecha mejor.