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Se viene una ayuda adicional del FMI?

La guerra comercial desatada por el presidente estadounidense Donald Trump ya dominó el encuentro semestral del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en abril pasado. Aún con sus vueltas, el tema seguirá estando presente, con el mandatario republicano enfurecido con China y la promesa de nuevos aranceles.

Argentina, que nunca parece salirse del temario del Fondo, volverá a tomar protagonismo. El organismo aprobó un préstamo de u$s 20.000 millones en abril y ahora parece haber intervenido en la asistencia del Tesoro de Estados Unidos al país, aunque no está claro.

El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, concurrirán a los encuentros. El «plato fuerte» para la delegación argentina es el encuentro de Javier Milei con el presidente estadounidense Donald Trump.

Georgieva manifestó que tuvo charlas con Caputo durante la semana pasada, tras la visita del ministro de Economía a Bessent. «Trabajamos mano a mano con el Tesoro y otro socios en la búsqueda de un apoyo a la estabilidad macroeconómica y el crecimiento argentino«, detalló.

Luego, en una entrevista con Reuters, la directora del FMI dijo que coordinaba la ayuda a Argentina con el Tesoro estadounidense, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Georgieva estaba al tanto de la operación de Estados Unidos. 

«Si me pongo mi sombrero de optimista, tal vez pueda decir que podría ser el último programa del FMI con Argentina», dijo. No quedó claro si se refería a la asistencia de abril -que pasó una revisión en agosto- o la actual de Estados Unidos. Hasta donde se sabe, el FMI no fue parte del «swap» activado el jueves.

Estados Unidos exploró la posibilidad de utilizar sus derechos especiales de giro (DEG), una suerte de moneda del FMI, para ayudar a la Argentina. Hasta ahora, sólo se conoció la activación del swap por parte del Tesoro. «Podría haber más munición en el camino», señala un empresario que habla con el equipo económico.

En el caso que EEUU decida usar sus divisas en el FMI, el organismo deberá explicar el funcionamiento del proceso.  Georgieva detalló que una transferencia de los DEG ya fue hecha una vez por Estados Unidos hacia Qatar, en 2023. Estos «activos de reserva» del organismo ayudan para situaciones críticas de liquidez en algunos países.

Bessent explicó -en el primer swap del jueves- que Argentina enfrenta «problemas de liquidez». De allí, la ayuda estadounidense.

Además, Georgieva habló de una ayuda coordinada con otros organismos multilaterales. Hasta ahora, no hubo nada al respecto.

Estados Unidos puso a disposición su fondo de estabilización cambiaria. Allí están sus derechos de giro en el FMI, dólares propias y otras herramientas.

«No está claro qué rol jugará el FMI. Condicionará a Argentina a que el programa económico sea social y políticamente más aceptable. O duplicará la ayuda a Argentina», plantea The Atlantic Counsil, una organización no partidaria que se central en el liderazgo de los Estados Unidos y su compromiso con aliados para definir soluciones globales.

«Argentina está llevando adelante un programa de ajuste muy drástico. El éxito va a depender de lograr que la gente acompañe«, dijo Georgieva en un mano a mano con Michael Milken durante la semana pasada. 

La inflación también será uno de los temas de la agenda. En Estados Unidos, la rebaja en las tasas de interés provocará una suba de precios, según los analistas. También está el impacto provocado por los aranceles, que provocaron el encarecimiento de miles de productos importados. También hicieron su aporte inflacionario.

La reducción de la inflación -del 211% en 2023 a un estimado del 30% para este año- es uno de los principales argumentos con los que Georgieva defiende a Argentina.  Georgieva dijo el miércoles que el FMI había estado trabajando con Argentina durante «mucho, mucho tiempo», pero que el actual gobierno encabezado por el presidente Javier Milei había tomado medidas decisivas para implementar reformas, reducir la inflación y crear un régimen regulatorio más amigable para el sector privado.