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Estudio. Dejar de fumar a los 50 años protege la memoria

Dejar de fumar nunca es tarde. Esa es la principal conclusión del trabajo publicado en la revista Lancet Healthy Longevity por investigadores del University College de Londres (UCL), que analizaron los datos de 9.436 adultos de más de 40 años de doce países. La mitad de los participantes había dejado el cigarrillo, mientras que la otra mitad continuaba fumando.

Las pruebas de memoria y fluidez verbal revelaron que quienes abandonaron el hábito mostraron un deterioro un 20% más lento en la memoria y un 50% más lento en la fluidez verbal en los seis años posteriores a dejar de fumar.

“La asociación entre fumar y la salud cognitiva está bien establecida, pero los beneficios a largo plazo de dejar de fumar eran menos claros”, señalaron los autores. Este trabajo demuestra que incluso cuando se deja el cigarrillo después de los 40 o 50 años, los efectos positivos son significativos y sostenidos.

La Dra. Mikaela Bloomberg, del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud de la UCL, explicó: “Nuestro estudio sugiere que dejar de fumar puede ayudar a mantener una mejor salud cognitiva a largo plazo, incluso cuando tenemos 50 años o más cuando lo hacemos. Ya sabemos que dejar de fumar suele ir acompañado de mejoras en la salud física y el bienestar. Parece que también, para nuestra salud cognitiva, nunca es demasiado tarde para dejarlo”.

La investigadora remarcó que los fumadores mayores tienen menos probabilidades de intentar abandonar el hábito, pese a ser quienes más sufren sus consecuencias. Por eso, estos resultados podrían servir como nueva motivación para dejar de fumar a cualquier edad y una herramienta más para las políticas públicas de control del tabaco en sociedades que envejecen.

El profesor Andrew Steptoe, también del Instituto de Epidemiología y Atención Médica de la UCL, agregó que “un deterioro cognitivo más lento está relacionado con un menor riesgo de demencia”. El trabajo refuerza la hipótesis de que dejar de fumar podría ser una estrategia preventiva contra enfermedades neurodegenerativas, aunque se necesitan más estudios para confirmar su vínculo directo con la demencia.

Otros expertos británicos coincidieron en el valor del hallazgo. La Dra. Julia Dudley, de Alzheimer’s Research UK, recordó que el cigarrillo está relacionado con “múltiples problemas de salud graves, incluidos el cáncer, las enfermedades cardíacas y la demencia”. Según explicó, dejar de fumar reduce significativamente el riesgo de desarrollar alzhéimer y demencia vascular.

Por su parte, el profesor Paresh Malhotra, del Imperial College de Londres, destacó: “Está cada vez más claro que lo que es bueno para el corazón y los vasos sanguíneos es bueno para el cerebro y el pensamiento. Este estudio aporta más evidencia mostrando que dejar de fumar después de los 40 años se asocia con una mejor memoria y habilidades lingüísticas que si las personas continúan fumando”.

Qué muestran las cifras

  • El estudio se basó en datos recogidos durante seis años.
  • El 11,9% de los adultos en Reino Unido fuma actualmente, la cifra más baja desde 2011.
  • Las personas de entre 25 y 34 años son las que más fuman (14%), mientras que los mayores de 65 años son los que menos lo hacen (8,2%).
  • Dejar de fumar reduce el riesgo de deterioro cognitivo, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

A medida que la población envejece, los especialistas insisten en la necesidad de políticas de apoyo para dejar de fumar en todos los grupos etarios. La evidencia científica respalda que los beneficios del abandono del cigarrillo no son solo físicos —menos tos, mejor respiración, piel más oxigenada—, sino también neurológicos, ayudando a preservar la memoria, la atención y el lenguaje.

Como resume la Dra. Bloomberg: “Nunca es tarde para dejar de fumar. Cada día sin cigarrillo es una ganancia para el cuerpo y también para la mente”.