La licitación del Tesoro del 29 de octubre, que es el miércoles post elecciones, será muy importante para el Gobierno y para el mercado porque hay vencimientos de deuda por casi $ 12 billones, todo en manos privadas.
Incluyen u$s 3231 millones de valor nominal de Lelink D3105, cuyo precio final se fija el 28 de octubre, dos ruedas post comicios. Por lo tanto, habrá que ver qué hacen el Banco Central (BCRA) y el Tesoro para abastecer la demanda de cobertura, si es que la hay.
Por lo pronto, las ventas de dólar mayorista y de dólar linked hicieron que el sistema se quede sin liquidez. El Tesoro declaró desiertas las Lecap (no convalidó tasas, con la S10N5 arriba de 5% de tasa efectiva mensual en BYMA) y dejó $ 2,1 billones sin renovar.
En este contexto, según señalan desde la consultora 1816, administrar carteras de fondos comunes de inversión de renta fija en pesos es «misión imposible».
La Lecap al 31 de octubre cayó de precio en seis de las 10 ruedas de octubre, y desde el 9 de octubre operó en un rango intradiario de entre 4% y 8% de tasa efectiva mensual, que llegó a rendir eso, pero cerró en 5,9% de tasa efectiva mensual.
Sucede que el respaldo de Washington y la estabilidad financiera del país quedaron atados al resultado electoral del 26 de octubre. El desenlace de los comicios determinará no sólo la continuidad del apoyo externo, sino también el nivel de confianza del mercado en la sostenibilidad del esquema económico.
Pese al rebote positivo de los activos, los precios aún se mantienen por debajo de los niveles previos a las elecciones provinciales de septiembre. Esto refleja que, más allá del alivio macroeconómico y cambiario, el principal desafío sigue siendo de naturaleza política.
«El mercado se mantendrá atento a nuevas señales del Tesoro estadounidense y a eventuales anuncios que refuercen el programa. Si bien no se conocieron detalles adicionales sobre la asistencia, resultaron relevantes las aclaraciones de Bessent respecto al swap con China, cuya continuidad no sería un obstáculo para la relación bilateral con Estados Unidos», precisan desde el Comité de Inversiones de Criteria.
«En este contexto, para el inversor en términos generales prevalece un escenario que exige cautela y selectividad. Sin embargo, para los perfiles con mayor tolerancia al riesgo, la curva de deuda hard dólar se posiciona como el canal más directo para capturar retornos positivos ante la combinación del nuevo acuerdo con Estados Unidos y la posibilidad de un desenlace electoral favorable», completan.
Para aquellos con mínima aversión al riesgo, la definición de la asistencia financiera de Estados Unidos contribuyó a despejar buena parte del ruido macroeconómico.
No obstante, el resultado electoral continúa siendo el principal factor para monitorear: una resolución favorable en ese frente podría actuar como catalizador de un mayor potencial de upside tanto en la deuda soberana hard dólar como en acciones.
«Para inversores sin restricciones de posicionamiento, sostenemos la estrategia orientada a mitigar la exposición a la volatilidad, maximizando las posiciones líquidas en dólares, así como en obligaciones negociables denominadas en moneda dura emitidas por compañías con fundamentos sólidos y métricas financieras estables», aconsejan en Criteria.
En cuanto a clientes institucionales, el tramo corto de la curva CER se mantiene atractivo para gestionar excedentes en pesos, con rendimientos de dos dígitos que implican una tasa real positiva y superior a la inflación esperada.