El exministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, reapareció con un extenso análisis en su blog personal titulado «La libertad tiene que avanzar también en materia monetaria, cambiaria y financiera«, una frase que, además de funcionar como diagnóstico, sonó como una alusión directa al nombre del partido gobernante, La Libertad Avanza. Fue su primer texto desde las elecciones legislativas del 26 de octubre, en las que Javier Milei consolidó su mayoría parlamentaria.
En tono medido pero inequívoco, Cavallo interpretó el resultado electoral como una oportunidad histórica para que el Presidente lleve adelante «una estabilización definitiva y sostenible». A su juicio, el respaldo político obtenido le permite encarar un nuevo ciclo económico de «estabilidad, reactivación y crecimiento sostenidos».
El exministro atribuyó ese potencial, en parte, al «apoyo de Trump y Bessent para reabrir el acceso de Argentina al mercado internacional de capitales». Según Cavallo, ambos podrían facilitar la baja del riesgo país y la llegada de inversiones directas.
Sin embargo, advirtió sobre una aparente contradicción entre ese objetivo y «la utilización de recursos del Fondo de Estabilización Cambiaria para sostener el valor del peso frente al dólar», un mecanismo que -según escribió- prolonga la existencia de un cepo que desalienta la inversión y limita la libertad económica.
El Fondo de Estabilización Cambiaria, recordó, es un instrumento del Tesoro estadounidense destinado a operaciones de emergencia en divisas. En los últimos meses habría sido empleado para asistir al Banco Central argentino en su estrategia de contención del tipo de cambio. Cavallo insinuó que ese esquema «va a dejar de existir más temprano que tarde».
Otro eje de su análisis se centró en la presentación que Vladimir Werning -vice presidente del Banco Central- realizó ante inversores en Washington. Según Cavallo, ese documento, publicado días después de la elección, confirmó que el Gobierno proyecta «la compra de reservas que se pagarían con emisión monetaria, sin esterilización». El exministro consideró acertado ese giro, ya que -dijo- el propio Fondo Monetario y «el grueso de los economistas profesionales» lo venían recomendando desde principios de año.
Esa mención a Werning, exejecutivo de J.P. Morgan, funcionó como punto de partida para desarrollar su tesis central: la necesidad de avanzar hacia una liberalización total del régimen monetario y financiero. «Es muy difícil que quienes deben invertir crean que la libertad avanza si la convertibilidad del peso sigue limitada por restricciones al movimiento de capitales», afirmó.
Cavallo recordó que durante la campaña de 2023 Milei hablaba de «dolarización completa o competencia de monedas» como vías para garantizar los derechos de propiedad. Pero, a su entender, la política económica actual «ha dejado al sistema tan enredado en intervenciones casuísticas y oportunistas como las que existieron desde 2002».
De allí que propusiera, sin eufemismos, «dotar de convertibilidad al peso» mediante la eliminación de todo tipo de restricciones cambiarias y el libre movimiento de capitales entre Argentina y el exterior. El economista recordó que en los años noventa «existió plena convertibilidad del peso desde diciembre de 1989, aún antes de sancionarse la ley», y que su posterior aprobación otorgó «seguridad jurídica» al uso del dólar como moneda de curso legal.
A su juicio, un nuevo esquema bimonetario permitiría «re-monetizar la economía, expandir el crédito y reducir drásticamente la tasa de interés». Propuso además que las bases de ese sistema se consagren por ley, tal como ocurrió con la Ley de Convertibilidad de 1991. «En Perú, las disposiciones que enmarcan la competencia de monedas están en la Constitución; en nuestro país deberían tener al menos rango legal», sostuvo.
El texto avanzó así hacia una reivindicación implícita de su propio legado como ministro de Economía durante el primer gobierno de Carlos Menem. En aquel momento, Cavallo impulsó la Ley de Convertibilidad que fijó la paridad de un peso por un dólar, respaldada en reservas internacionales. La medida logró detener una hiperinflación que había superado el 1.300% anual y estabilizar los precios, al costo de restringir la política monetaria y someter la economía al ingreso de divisas.
Cavallo evitó presentarse como un nostálgico del pasado, pero sus palabras remiten inevitablemente al modelo que implementó junto a Carlos Menem hace más de tres décadas. En el cierre del texto, incluso, trazó un paralelismo explícito: «De hacerlo pronto por ley, es posible que en 2026 se logren los mismos resultados que el gobierno de Menem logró desde abril de 1991: caída sostenible de la inflación y reactivación vigorosa de la economía».
«Soy optimista», escribió, para despejar cualquier interpretación pesimista de su análisis. Pero el mensaje central fue inequívoco: tras el triunfo electoral, Cavallo invitó a Milei a «volver a las fuentes», es decir, a retomar las ideas que predicó en la campaña de 2023 y que, según él, deben ahora traducirse en una nueva forma de convertibilidad.
