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 Hay 8 de cada 10 personas con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica que no tienen diagnóstico

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es hija directa del cigarrillo. No es el único factor de riesgo para desarrollarla, pero es por lejos el principal: más de 8 de cada 10 de quienes viven con esta patología respiratoria progresiva que deteriora la calidad de vida y puede ponerla en riesgo son o fueron fumadores.

Es muy frecuente: en Argentina afecta al 14,5% de los mayores de 40 años, lo que equivale a unas 2,3 millones de personas.

Y pese a que el diagnóstico es muy sencillo, se estima que casi el 80% desconocen que viven con esta patología respiratoria progresiva que limita el flujo de aire. Es decir, viven con síntomas como tos persistente, dificultad para respirar, opresión en el pecho y fatiga, sin saber qué es lo que los provoca o adjudicándolos erróneamente a otras causas.

La falta de aire puede ser muy limitante: tareas simples como subir escaleras, vestirse o conversar pueden volverse un desafío. En fases más severas, algunos pacientes necesitan oxígeno suplementario o asistencia para sus actividades diarias. Pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, esas limitaciones pueden evitarse o atenuarse, sostienen especialistas en vísperas del Día Mundial de la EPOC, que se conmemora cada año el tercer miércoles de noviembre.

«Cada persona que consulta a tiempo puede marcar una diferencia. La EPOC no siempre se ve, pero sí se puede detectar, tratar y acompañar«, subrayó Sebastián Ferreiro, coordinador de la sección Inmunología y Enfermedades Obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).

En la misma línea, Marcos Hernández, jefe del Laboratorio Pulmonar del Sanatorio Mater Dei, advirtió que los síntomas suelen avanzar de manera tan gradual que las personas se acostumbran a vivir con menos capacidad respiratoria: «Limitarse a hacer menos cosas o atribuirlo al envejecimiento es un error frecuente. Por eso, consultar a tiempo y realizar una espirometría es clave para detectar la enfermedad».

Con el objetivo de visibilizar la enfermedad, promover la detección precoz y fomentar la realización de estudios de detección, la AAMR y la Sociedad de Tisiología y Neumonología de la Provincia de Buenos Aires (STNBA) lanzaron por segundo año consecutivo la Campaña Nacional de Concientización «Podría ser EPOC».

«La campaña busca que tanto pacientes como médicos pongan el tema sobre la mesa. Detectar la enfermedad a tiempo cambia completamente su evolución y permite mejorar la calidad de vida», remarcó Ferreiro.

La iniciativa -lanzada el mes pasado- se mantiene durante todo noviembre y, por primera vez, ofrece la posibilidad de acceder a una espirometría gratuita, la herramienta fundamental para confirmar o descartar la enfermedad (ver abajo).

La espirometría es un estudio simple, rápido y no invasivo que mide la capacidad y fuerza del aire que se puede exhalar. «Es uno de los estudios más importantes para evaluar el aparato respiratorio. Nos permite arribar a grandes conclusiones y hacer diagnósticos muy significativos en pocos minutos», explicaba en una entrevista con Clarín Daniel Buljubasich, neumonólogo y ex presidente de la AAMR.

¿Quiénes deben hacerse una espirometría? Según el especialista, todo fumador o exfumador de más de 40 años debería hacerse al menos una vez el estudio. «Es un método absolutamente sencillo, con cero riesgo, que nos da un montón de datos sobre cómo están nuestros pulmones«.

El examen se realiza con un dispositivo llamado espirómetro, compuesto por una boquilla y un tubo conectado a una computadora. El paciente sopla varias veces en la boquilla, lo que permite medir la cantidad y fuerza del aire espirado. Los valores obtenidos permiten detectar (o descartar) la existencia de obstrucciones en las vías respiratorias.

Si bien el tabaquismo es el principal factor de riesgo para desarrollar EPOC, no es el único. La exposición prolongada al humo de leña o carbón en ambientes cerrados, la contaminación del aire, el contacto con polvos o sustancias químicas en el ámbito laboral (como en la minería, la construcción, la industria textil o agropecuaria) y ciertos antecedentes genéticos también pueden desencadenarla.

«En zonas rurales, la exposición a humos de leña o carbón es muy común. Esto, junto con la inhalación de partículas en ambientes laborales, aumenta el riesgo de desarrollar EPOC incluso en personas no fumadoras. Por eso, cualquier persona con síntomas respiratorios persistentes debería evaluar su función pulmonar», advirtió Manuel Ibarrola, coordinador del Servicio de Neumonología del Sanatorio Güemes.

Aunque la EPOC no tiene cura, los tratamientos actuales permiten controlar los síntomas, reducir las exacerbaciones y mejorar la calidad de vida incluso en etapas avanzadas. «Hace pocos años, un paciente con EPOC avanzada tenía muy pocas opciones. Hoy, con las nuevas herramientas que tenemos, podemos lograr que personas en estadios severos vuelvan a realizar actividades que habían abandonado. La clave está en iniciar el tratamiento en forma precoz y mantenerlo de forma continua, con el adecuado seguimiento médico», subrayó Ibarrola.

Aconsejó, además, no fumar ni exponerse al humo, mantener las vacunas al día -antigripal, antineumocócica, COVID-19, VSR (esta última solo disponible en el mercado privado)- y seguir el tratamiento indicado sin interrupciones.

Durante octubre y noviembre, las personas interesadas podrán acceder a espirometrías gratuitas solicitando turno en www.pedirturno.com.ar.

Además, en el buscador de laboratorios de función pulmonar de la AAMR se puede consultar dónde realizar el estudio en centros de salud públicos y privados de Buenos Aires, CABA y otras provincias en cualquier momento del año.