En las diecinueve horas que estuvo en Miami, el presidente Javier Milei tuvo como plato fuerte el discurso de 30 minutos que dio en el Kaseya Center ante unas 10.000 personas que concurrieron al America Business Forum.
El resto lo dedicó a actividades dentro del hotel, con una reunión de 50 minutos incluida como la que tuvo con el empresario mendocino José Luis Manzano. Milei, como su hermana Karina y como los ministros de Economía y Relaciones Exteriores, Luis Caputo y Pablo Quirno, pasó por la ciudad con perfil bajo.
Lo más relevante fue el discurso que pronunció por la tarde, entre las 18.10 y las 18.40 (hora local), en el que defendió sus reformas, celebró el triunfo reciente en las elecciones legislativas y, de paso, le pidió a los estadounidenses que «no se dejen intimidar por algunos resultados locales», en referencia al triunfo de Zohran Mamdani, nuevo alcalde neoyorquino.
Milei habló el día después de que lo hiciera Donald Trump, en el mismo lugar. Lógicamente, la presencia del presidente estadounidense fue la estelar de un foro que reunió a políticos, empresarios y deportistas.
Trump llenó, casi, el estadio donde los Miami Heat juegan por la NBA. Milei no, pero hubo una buena cantidad de asistentes, un 60% del estadio habilitado, mucho más que importantes empresarios e incluso que el propio Lionel Messi, que cerró la jornada inaugural. Al presidente, le entregaron la llave de la ciudad de Miami.
La visita de Milei a un foro con clara orientación a la derecha lo mostró cómodo, con un público que aplaudió y celebró cada intervención y gritó tres veces seguidas: «Viva La Libertad, Carajo», al que el presidente argentino le agregó también un «Make America Great Again», el clásico latiguillo de Trump.
Milei expuso después del CEO del JP Morgan, Jamie Dimon, pero antes que el ex tenista español Rafael Nadal y que el dueño de Amazon, Jeff Bezos, que cerró la cita, ya entrada la noche.
Si bien no pudo cruzarlo en este encuentro en Miami, Milei le dejó un mensaje a Donald Trump y a los estadounidenses, dos días después del triunfo del demócrata-socialista Zohran Mamdani, electo alcalde de Nueva York, la ciudad más importante del país.
«No se dejen amedrentar por algunos resultados locales», dijo Milei, en el inicio de su presentación, aludiendo a la política estadounidense.
Tras ello, hizo una mención especial a Lionel Messi, que había estado en el mismo lugar el día anterior. Lo definió como «uno de los deportistas más importantes del mundo» y bromeó con que «yo también puedo felicitar a un zurdo», en alusión a la condición futbolística del astro y sus diferencias políticas con los dirigentes de izquierda
Milei también dio lugar a comentarios sobre la propia coyuntura argentina. Recordó, en ese sentido, ante el auditorio, que «mi partido viene de una victoria histórica en las elecciones legislativas»
Y añadió: «Hicimos todo lo que la política tradicional decía que no había que hacer y lo único que nos guió fueron los criterios éticos y morales y los argentinos de bien respondieron con un gran triunfo: ganamos en votos a nivel nacional y remontamos 14 puntos en la provincia de Buenos Aires». Además, defendió las reformas laboral y previsional que impulsa el Gobierno.
Milei prosiguió hablando del «riesgo kuka», sobre cómo impacta en los mercados un posible éxito o regreso del kirchnerismo. Lo comparó con lo que ha sucedido en Miami.
«En algún lugar de la Costa Este ha entrado aquí», dijo, comparando a los kirchneristas con los socialistas. «Se disfrazan del cordero y son peor que los rapaces lobos: es lo que llamamos riesgo kuka, riesgo kirchnerista, riesgo del socialismo», explicó.
Sobre el socialismo, continuó: «Ya vivimos cómo décadas de estatismo convirtieron a la Argentina, de un país destinado a la grandeza, a un país en ruinas. Tenemos el deber y el desafío de reconstruirlo».
«Lo fundamental es que dos de cada tres argentinos quieren este camino, dos de cada tres argentinos no quieren volver al pasado, no quieren más socialismo del siglo XXI, se dieron cuenta de la mentira», agregó.
Y puntualizó: «Estas elecciones fueron un plebiscito entre dos modelos de país, el modelo de la libertad y el capitalismo con principal caballo de batalla o el modelo de la servidumbre que describimos como su Goliat, el déficit, la emisión monetaria, la deuda y obviamente el empobrecimiento».
Milei también se refirió a lo que le costó a su espacio ordenar la economía, tras la herencia recibida por el kirchnerismo. «Pudimos ver en números la magnitud del riesgo político con el que nuestro programa siempre tuvo que lidiar», reflexionó.
«Es así porque tenemos un sector de la política tan destructivo, tan lejos del bien común, que le pone a todo el país un riesgo altísimo. Ahora que están más lejos que nunca de volver al poder podemos despejar ese miedo», detalló el Presidente.
También comentó: «Históricamente, la mayoría de los planes de estabilización tuvo consenso político. Lo que pasó en Argentina fue algo inédito. Llevamos adelante un plan de estabilización exitoso con consenso social, sí, pero sin consenso político. Los embates desestabilizadores fueron dañinos para la sociedad».
