Hasta no hace tanto, Axel Kicillof era ponderado en la interna peronista por una cualidad político/electoral: cuando lo medían en las encuestas, se convertía en el dirigente que mejor retenía el apoyo a Cristina Kirchner, siendo ella, a su vez, la postulante que más intención de voto acaparaba. El gobernador era la mejor variante, pero seguía a la sombra de ella. ¿Ya no?
Un nuevo sondeo midió a ambos en el terreno más caliente para el PJ: el Conurbano bonaerense. Y el resultado fue abrumadoramente favorable a Kicillof: 22 a 2.
Se trata del último estudio de CB Consultora Opinión Pública, una firma que se hizo conocida desde principios de 2020, cuando comenzó a publicar un ranking de gobernadores. Luego, fue sumando otras mediciones distrito por distrito, como tablas de intendentes o estas comparaciones de políticos nacionales en determinadas regiones. CB, además, fue la que mejor midió para las legislativas de octubre.
Entre el 4 y el 8 de este mes, la encuestadora que dirige el analista Cristian Buttié hizo un relevamiento de entre 529 y 719 casos en cada uno de los 24 partidos del Gran Buenos Aires. Preguntó por las imágenes de Cristina y Kicillof y él quedó claramente mejor parado que ella.
Si bien los analistas siempre aclaran que buena imagen no significa necesariamente buena intención de voto, es sugestiva la diferencia. La exmandataria apenas prevaleció en dos municipios, aunque uno se destaca por su tamaño: La Matanza. El otro fue San Miguel.
La diferencia que obtuvo allí tampoco resultó tan significativa: en el primero, ella alcanza + 48,9% de imagen positiva contra + 44,6% de él. En el segundo, lo aventaja + 39,3% a + 34,3%.
Algo similar ocurre en los 22 distritos en los que los vecinos ven (un poco) mejor al gobernador que a la expresidenta. Las brechas son de pocos puntos y en algunos casos, de décimas. Por ejemplo en José C. Paz (+ 47,6% a + 47,3%), Moreno (+ 47,1% a + 46,7%) y Tigre (+ 34,3% a + 33,6%).
La mayor distancia (6,7 puntos) Kicillof la consigue en un partido en el que no les va muy bien a ninguno de los dos. Se trata de Pilar, donde él llega a + 36,2% y ella a + 29,5%.
Esto tiene una explicación más política que matemática: pese a la pelea abierta que encararon ambos este año, por los planes actuales pero en especial pensando en el 2027, los electores los seguirían identificando y valorando de manera parecida.
El gobernador se cuidó de no cuestionar en público a Cristina y siempre criticó su detención domiciliaria por corrupción, pero meses atrás provocó un quiebre cuando decidió adelantar la elección local en la Provincia, en sintonía con los intendentes y en contra de los deseos de la exmandataria.
El rotundo triunfo del peronismo aquel 7 de septiembre envalentonó a Kicillof y su círculo, pero la derrota de Fuerza Patria en territorio bonaerense en las últimas legislativas nacionales reabrió heridas. Cristina y La Cámpora acusaron directamente al gobernador por el traspié del 26 de octubre.
En el razonamiento camporista/cristinista, la victoria del 7-S le permitió a Milei prepararse mejor política y económicamente para el 26-O. E incluso despertó a votantes libertarios blandos, que habían faltado al primer comicio pero asistieron al segundo para evitar «la vuelta del kirchnerismo». Teorías.
En la Gobernación rechazan la hipótesis y advierten que, de no haber desdoblado, también se podría haber perdido en el tramo provincial e incluso el municipal, que tanto les importa a los intendentes. Todo igual de inchequeable.
