El Gobierno nacional confirmó este sábado que Alejandra Monteoliva será la nueva ministra de Seguridad, un movimiento que se activará el 10 de diciembre, cuando Patricia Bullrich asuma su banca en el Senado.
La decisión fue comunicada por la propia Bullrich, por Luis Petri y por la Oficina del Presidente en la red social X. En el texto, la Casa Rosada remarcó que los cambios “implican una continuidad del rumbo”, reforzando la idea de que la política de seguridad del oficialismo no sufrirá alteraciones.
Monteoliva es una figura clave dentro del Gobierno nacional: desde el 10 de diciembre de 2023 ejerce como secretaria de Seguridad Nacional, rol desde el que se convirtió en una de las funcionarias de mayor confianza de Bullrich y una de las principales operadoras del esquema de seguridad federales, operativos conjuntos, protocolos de orden público y del despliegue contra el narcoterrorismo.
Bullrich, al anunciar la designación, destacó el perfil técnico de su sucesora: “Conozco tu recorrido, tu profesionalismo y esa entrega que te representa. Lo que viene lo vas a encarar con lo que más te define: resultados, coraje y honestidad”.
En la comunicación oficial, la Oficina del Presidente definió a Monteoliva como una “pieza fundamental de la doctrina Bullrich”, el marco conceptual que el Gobierno reivindica como eje de su política criminal: mano dura, reglas claras, control territorial y coordinación entre fuerzas federales.
Monteoliva será quien sostenga ese modelo en un año que tendrá como desafío la convivencia con nuevas mayorías en el Congreso y la presión de los gobernadores por mayores recursos y mayor presencia federal.
En 2013, José Manuel de la Sota designó a Monteoliva ministra de Seguridad en reemplazo de Alejo Paredes, colocándola en uno de los cargos más sensibles del gabinete. Apenas dos meses después, la Policía de Córdoba se acuarteló, dejó las calles liberadas y se desataron saqueos y una ola de violencia que paralizó la provincia. La falta de intervención de Gendarmería —que no fue autorizada por el gobierno nacional — agravó la situación. La noche del 3 de diciembre quedó marcada como una de las crisis de seguridad más graves de la provincia. Monteoliva finalmente renunciando tras el restablecimiento del orden unos días después.
El anuncio incluyó además el reemplazo de Luis Petri por el teniente general Carlos Alberto Presti, jefe del Estado Mayor del Ejército, que será el primer militar en conducir el Ministerio de Defensa desde 1983.
Aunque su designación impactó en términos históricos, el Gobierno intentó colocar el foco en la continuidad estratégica: Monteoliva y Presti representan, según la Casa Rosada, el “orden y la profesionalización del sistema de seguridad y defensa”. Petri, que asumirá como diputado, felicitó a su sucesor y remarcó el carácter “intachable” de su carrera.
