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Causa cuaderno: una descripción de tiempo, modo y lugar donde se depositaban las coimas

Esta semana el debate oral y público del caso Cuadernos de las Coimas sumará una audiencia más, aunque siempre de manera virtual. Se continuará con la lectura del requerimiento de elevación a juicio, un detalle de la maniobra criminal corroborada y el rol desempeñado por Cristina Kirchner y los demás 85 imputados.

Hay una confesión de los arrepentidos que la semana pasada no se leyó, pero su contenido está incorporado al expediente y se constituyó en una prueba clave para determinar el rol de la ex presidenta en la estructura de sobornos: la de su exsecretario privado, Fabián Gutiérrezasesinado en El Calafate en 2020.

“Desde sus albores la investigación se centró en la conformación de una asociación ilícita integrada por las más altas esferas estatales de la República Argentina. Las circunstancias de tiempo, modo y lugar puestas en conocimiento por los actores que tuvieron contacto personal con los hechos, fueron las que sustentaron la línea investigativa impulsada en autos”, sostuvo el fiscal federal, Carlos Stornelli, cuando elevó la causa Cuadernos a juicio oral.

Se determinó la existencia de un sistema de recaudación de dinero desplegado en su mayoría por funcionarios públicos del Poder Ejecutivo de la Nación “que decidieron ceder su voluntad personal y conformar una general, para establecer acuerdos con importantes empresarios de compañías nacionales e internacionales, por medio de los cuales obtenían beneficios recíprocos”.

Según la Justicia, los dos ganaron con el esquema de corrupción: los funcionarios públicos que ocuparon los cargos más jerárquicos del órgano ejecutivo. Sus integrantes obtenían dinero que les permitía garantizar su permanencia en el tiempo y obtener beneficios personales; los privados, por su parte, recibían promesas de favores para sus empresas, beneficios concretos en acuerdos, convenios y contratos que mantenían con la Administración Pública Nacional.

Así, se concluyó que entre los años 2003 y 2015 “funcionó una asociación ilícita que fue formada, esquematizada, y liderada por quienes ejercieron como máximos referentes del Poder Ejecutivo de la Nación, como así también organizada, en mayor medida, por representantes del ex Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios”.

La corroboración de los hechos se determinó a través de más de 300 medidas de prueba y la confesión de imputados colaboradores, algunos del entorno más cercano a Cristina y Néstor Kirchner, como Fabián Gutierrez el exsecretario privado que fue asesinado en El Calafate el 3 de julio de 2020.

Su aporte como imputado colaborador no fue leído durante la audiencia pasada debido a su muertes; sin embargo, como señalaron fuentes judiciales: “Sus dichos están incorporados a la causa y corroborados durante la instrucción”.

La expresidenta que sigue el juicio desde San José 1111 donde está presa en cumplimiento de la condena por corrupción del caso Vialidad, no escuchó la lectura de lo que dijo su exsecretario privado, pero conoce en detalle todo lo que contó.

“Pasada una semana de la asunción presidencial, Kirchner me convoca a su despacho y me dice que mi tarea concreta sería el acompañamiento de la Primera Dama y Senadora Nacional Cristina Fernández de Kirchner, en todo momento. Yo no recibí muy gustoso esa tarea, dado el carácter fuerte que tenía Cristina, nadie quería trabajar con ella. Entre los secretarios la apodábamos ‘la loca’, ‘la yegua’ y otro término que no quiero mencionar por razones de género. Néstor era más humano. Era diferente”, fue lo primero que contó Gutiérrez ante el fiscal Stornelli.

Entre los datos que proporcionó que fueron relevantes para la investigación, detalló que en ocasiones cuando Cristina Kirchner salía del Senado “nos dirigíamos a la Casa Rosada. Ella, como primera dama, tenía despacho ubicado cerca del de Néstor. En esas ocasiones, que eran por la noche, alrededor de las 21.30 horas, yo podía observar que José López y Jaime iban a verlo a Néstor. José López con más frecuencia y llevando bolsos. Respecto de Jaime era frecuente verlo con una mochila, siempre usaba mochila”.

Brindó más detalles al respecto: “Julio De Vido frecuentaba la Casa Rosada a eso de las 19 horas. López tenía una relación más cercana con Néstor Kirchner, es más, no pasaba por De Vido. Una vez que se hubiesen reunido Kirchner, López, Jaime y De Vido indistintamente, con lo que traían estas personas se retiraba Muñóz por tierra. Aclaro que a De Vido nunca lo vi traer nada porque venía más temprano. Solo después de ese encuentro nos íbamos con la Doctora Kirchner, Néstor Kirchner y Zannini, en helicóptero generalmente, a Olivos”.

En ese punto, Gutiérrez dijo que si bien él no vio el contenido de los bolsos que solía observar que se movían, “mi percepción y el comentario de los secretarios era que traían recaudación. Vuelvo a remarcar que esto es una conjetura mía basada también en comentarios que se escuchaban. Estas circunstancias también las presenciaba Daniel Alvarez, quien luego de todo esto también venía con nosotros en el helicóptero”.

Continuó explicando: “Luego de renunciar el 25 de mayo de 2005, mi reemplazo fue Isidro Bounine. Me alejé de la función pública y viví durante dos años en El Calafate. Durante ese tiempo le pedí a José López si podía darme alguna actividad o trabajo para que se subcontratara a mi empresa, me hizo esperar, no me atendió y cuando vi que se iba por otra puerta lo insulté. Él iba con su Secretario y custodios”.

Eso cambió cuando Cristina Kirchner “estaba por asumir como Presidente. Me vuelven a convocar para trabajar con ella. Ahí me reúno con el aún Presidente Néstor Kirchner en su despacho y me dice que dejemos el pasado atrás, hagamos borrón y cuenta nueva, y que necesitaban gente de confianza para estar al lado de Cristina cuando asumiera la Presidencia”.

En una caminata dentro de la Quinta de Olivos, Néstor Kirchner le manifestó a Fabián Gutierrez que “no iba a ocupar el cargo de Secretario Privado, sino como adjunto, dado que me había ido la vez anterior, condición que acepté. Cuando empecé a trabajar en ese cargo, Isidro pasó a ocupar el despacho de Secretario de la Presidenta y yo mantuve por un período corto el despacho que utilizaba antes Cristina como Primera Dama. Después me sacan de ese despacho y me mandan a una oficinita en la Sala de Audio que estaba en refacción. Me limitaba a acompañar a la Presidenta a distintos lugares sin ningún tipo de responsabilidad o me quedaba en Casa de Gobierno”.

Los viajes hacia Santa Cruz fueron un punto de su confesión: “Respecto a los viajes de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner al Sur los fines de semana, también los acompañaba siempre en el Tango 01. Era frecuente que viajaran con nosotros también Sanfelice, Rudy Ulloa, Carlos Sancho, Zanini, indistintamente, y alguno más que no recuerdo y que también era del Sur”.

Se detuvo en ese punto y añadió que Daniel Muñoz “la mayor parte de los viajes, llevaba valijas con candado, era el único que las tocaba y se ubicaba con las mismas en la parte trasera del avión, pasando el área presidencial, entre la sala que solían utilizar los periodistas y la cocina. Lo hacía de manera reservada. Yo no vi el contenido de esas valijas pero se comentaba y también yo lo pensaba, que contenían dinero. El equipaje del matrimonio presidencial viajaba en la bodega del avión”.

Ante la fiscalía, en el marco de su aporte como arrepentido, el exsecretario dijo que cuando arribaban a suelo santacruceño y puntualmente a la residencia de El Calafate, transcurría la siguiente dinámica: “Cuando arribaba Muñoz, Néstor Kirchner nos hacía retirar. En esa casa yo no vi bóvedas, pero existía un lugar bajando la escalera, donde había una puerta placa de color blanca cerrada, donde siempre decíamos entre los secretarios que ‘ahí estaba la historia’, en relación al lugar donde se podría guardar los bultos mencionados. Era el único lugar de esa casa a la que yo no tenía acceso siendo que me desplazaba con absoluta libertad por toda la casa”.

Néstor Kirchner junto a su secretario, Daniel Muñoz.

Cuando se le repreguntó sobre ese circuito, explicó: “Cuando los Kirchner llegaban de un vuelo nos dirigíamos todos a la casa y al poco tiempo aparecía Muñoz. Cuando aparecía Muñóz nos hacían retirar a todos por una hora aproximadamente. Lo mismo ocurría en la casa de Río Gallegos, donde había un sector contiguo al gimnasio de las mismas características de lo relatado en el Calafate. Que todos pensábamos, como dije más arriba, que en este lugar también se almacenaban los bultos aludidos”.

El período de estos movimientos, según los dichos de Gutiérrez, fueron “desde el 2003 hasta el 2005, esto era en Río Gallegos; y al menos entre 2008 y 2010, período en el que estuve, fue en El Calafate”.

Explicó que cuando Cristina Kirchner asume la presidencia de la Nación, “el Dr. Kirchner hacía sus actividades en la Quinta de Olivos. Cuando muere Kirchner cambian los personajes, ya que Muñoz se retira y los secretarios habituales desaparecen. Esto lo sé porque en el Sur se sabían todos los movimientos. El nuevo entorno de la Presidente fue sustancialmente el grupo de La Cámpora. Máximo Kirchner con el Cuervo Larroque, Cabandié y Wado de Pedro, entre otros de esa agrupación”.

El exsecretario hizo una referencia a José López, quien lo había vinculado con la entrega de los bolsos con 9 millones de dólares que el exsecretario de Obras Públicas buscó esconder en el convento de General Rodríguez el 14 de junio de 2016. “Es absolutamente falso, así como el encuentro en el hotel NH siendo que incluso para esas fechas me encontraba fuera de la Ciudad de Buenos Aires hacía más de diez días”.