Desde hace más de tres años, la Argentina mantiene contactos con la empresa francesa Naval Group por la posible compra de tres submarinos Scorpene. En una entrevista reciente con un medio galo, el presidente Javier Milei ratificó la intención de avanzar en este acuerdo con Francia. Para la Argentina significaría recuperar capacidades perdidas desde el trágico hundimiento del ARA San Juan en 2017. Hoy, la Armada no cuenta con submarinos en servicio activo.
La principal barrera que aparece para la compra es económica, y de financiamiento. Se trata de una inversión de unos US$ 2.300 millones de dólares, por tres submarinos convencionales, de propulsión diesel-eléctrica.
Por primera vez, un ejecutivo de la francesa Naval Group se refirió públicamente al tema y dio detalles de las tratativas con Argentina.
“Argentina, también Colombia, Perú, pronto Chile y Ecuador, son todos países que tienen una flota bastante vieja y que quieren renovarla. Todos quieren modernizar la flota. Son procesos complejos por la complejidad de los productos y del proceso de adquisición, y son caros. Lo que puedo confirmar es que el gobierno argentino quiere comprar submarinos”, expresó el director de Ventas para Latinoamérica de Naval Group, Laurent Mourre.
“(Con Argentina) falta acuerdo en la parte financiera y que el proceso sea iniciado de manera formal”, precisó el ejecutivo, en el marco de una presentación con la prensa, con Clarín y otros medios presentes, en Río de Janeiro. Fue esta semana, en la previa del acto de botadura del cuarto submarino Scorpene para la Marina de Brasil, el último de la serie de cuatro construidos en Brasil por un acuerdo suscripto en 2008 entre los presidentes Lula da Silva y Nicolás Sarkozy.
Los contactos por los submarinos se iniciaron cuando Jorge Taiana era ministro de Defensa. El ahora ex ministro de Defensa, Luis Petri, también firmó una carta de intención con los franceses. A Naval Group se le compraron cuatro patrulleros oceánicos -OPV- durante el gobierno de Mauricio Macri, que terminaron de ser pagados y recibidos en el de Alberto Fernández.
Son proyectos que llevan muchos pasos, y años en concretarse. Por caso, el acuerdo Brasil-Francia se firmó en 2008, y el primer submarino, “Riachuelo”, se entregó en 2019. Esta semana se botó el “Almirante Karam” y en el mismo acto, y tras haber finalizado sus pruebas de mar, se puso en funciones al “Tonelero”, el tercero de la serie de cuatro. Brasil ya tiene la fuerza de submarinos más importante de la región, y busca avanzar ahora con la construcción de un quinto, de propulsión nuclear.
El proyecto de Presupuesto 2025 (que se dio a conocer el año pasado) ya habilitaba la toma de un crédito por US$ 2.310 millones para “Recuperación Submarina”.
Sin embargo, se habló de la posibilidad de pagar “contra entrega” la compra, para no contraer deuda.
Cuidando cada palabra, y aclarando que hay confidencialidad en este tipo de negocios, el directivo francés dio algunas pistas: “La financiación es una cuestión, uno de los elementos que son importantes. Las condiciones de financiación no dependen de Naval Group… pueden ser bancos que conocen bien al país, y que también conocemos”. Luego precisó sobre este tipo de acuerdos en general: “Lo clásico, para empezar, es el 15% (del monto). Pero está muy articulado con la financiación”, insistió.
Tampoco hay precisiones de si se pretende una adquisición directa a Francia o un acuerdo a la brasileña, con transferencia de tecnología. Brasil construyó sus cuatro Scorpene en el Complejo Naval de Itaguaí, creando al mismo tiempo una industria naval, con mano de obra especializada brasileña. Chile, India, Malasia son otros países que cuentan con submarinos clase Scorpene. Indonesia acordó el año pasado la construcción de dos unidades en su país, y estarán recién para 2033.
¿Construirlos en Francia, Argentina o Brasil?, fue la pregunta. Laurent Mourre indicó que “involucra muchos aspectos” la decisión. “Argentina está mejorando la situación económica pero cuida mucho su gasto público. Hay una diferencia de costo que puede representar construir los submarinos en la Argentina. Tandanor es un astillero que necesitaría inversiones importantes para poder construir submarinos”.
Por otra parte, también destacó que siempre un acuerdo de esta índole involucra decisiones al más alto nivel -como fue el de Lula con Sarkozy-. Naval Group se gestiona como una privada pero el Estado francés mantiene una participación superior al 60%.
“La relación geoestratégica Argentina-Francia es excelente. Es importantísimo que Francia consolide relaciones fuera de su esfera histórica”, concluyó.
