En una jugada calculada, la vicepresidenta Victoria Villarruel se reunió en su despacho de la presidencia del Senado con los nuevos senadores oficialistas, a los que recibió con una clara advertencia de que deberá aplicar recortes si el Poder Ejecutivo no modifica la partida de fondos dispuestos para la Cámara alta para el año 2026.
Así se lo confirmaron al menos tres de los asistentes a la reunión, que duró algo más de media hora y en la que estuvieron los 12 nuevos senadores que tendrá La Libertad Avanza (LLA) a partir del 10 de diciembre y tuvieron la oportunidad de presentarse ante la presidenta del Senado.
Entre los presentes estaba Patricia Bullrich, senadora electa y designada jefa de la bancada libertaria, quien había protagonizado un encuentro a solas con la vicepresidenta el viernes de la semana pasada para limar asperezas luego de los enfrentamientos por redes sociales que habían protagonizado. También estuvo la cuestionada Lorena Villaverde, senadora electa por Río Negro.
La todavía ministra de Seguridad venía de encabezar, en el edifico anexo del Senado, una reunión de la bancada oficialista en la que se acordó la estrategia de cara a las sesiones extraordinarias a las que convocaría el Gobierno a partir del 10 de diciembre.
Además de una ronda de café, los presentes se llevaron del despacho de la presidenta del Senado una carpeta prolijamente preparada con el detalle de la partida prevista por el Gobierno para la Cámara alta en el Presupuesto y los datos de los gastos fijos que debe afrontar Villarruel todos los meses como parte del manejo administrativo del Senado.
No conforme con el dossier que le entregó a cada legislador, la vicepresidente fue directa y le informó a la nueva bancada oficialista que se vería obligada a “aplicar recortes de gastos” si no hacían algo para modificar la partida que figura en el proyecto de ley de presupuesto impulsado por el Poder Ejecutivo.
Distanciada de Javier Milei y de su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, la vicepresidenta mantiene una sorda disputa con la Casa Rosada que parece no tener marcha atrás. Este reclamo por la escasez de recursos asignados al Senado parece sumarse como un capítulo más de esta interna.
Según confiaron varios de los presentes, de la reunión con el nuevo bloque oficialista también participó Alejandro Fitzgerald, la persona que Villarruel pretende designar como nuevo secretario Administrativo de la Cámara alta este viernes, en una breve sesión previa a la ceremonia de jura de los nuevos senadores.
El cargo se encuentra vacante desde junio último, cuando Emilio Viramonte Olmos renunció molesto porque Villarruel no le permitió acceder al manejo total de la Secretaría Administrativa. Había sido votado por el pleno del Senado apenas un mes antes.
Fitzgerald es lo que se conoce en la jerga del Senado como “un hombre de la Casa”, una persona que es reconocida en todos los pasillos y despachos de la Cámara alta, y es querido por casi todos, a tal punto que algunos lo llaman, en broma y con cariño, “el canciller”.
Con 30 años de experiencia en el Poder Legislativo, fue secretario de comisión y ahora se desempeña como el segundo de la Dirección General de Comisiones. Acceder a la Secretaría Administrativa será el pináculo de su carrera como funcionario parlamentario.
En caso de concretarse su designación, Fitzgerald será el tercer secretario Administrativo de Villarruel. Antes de Viramonte Olmos y casi por un año el cargo lo ocupó María Laura Izzo, que también dejó el puesto por diferencias con la vicepresidenta.
