Dos policías de Córdoba fueron detenidos por golpear y matar durante un «control de rutina» a un joven que volvía de trabajar. El caso derivó en un fuerte pedido de justicia por parte de la familia y la comunidad.
Samuel Tobares tenía 34 años y vivía en Villa Parque Síquiman, una pequeña localidad del Valle de Punilla a unos 13 kilómetros de Villa Carlos Paz. Como muchos habitantes de la región, Samuel trabajaba en un hotel de la ciudad turística más importante de Córdoba y el domingo 23 de noviembre, tras una jornada laboral recargada por el fin de semana extralargo, se bajó del micro alrededor de las 21, en una parada sobre la ruta 38, a unas cuatro cuadras de su casa.
Por alguna razón, decidió quedarse un momento en una garita y a los pocos minutos llegó una patrulla del destacamento de Bialet Massé, una ciudad vecina, y comenzó un ida y vuelta entre Samuel y los policías que terminó de la peor manera.
Abigail Tobares, una de las hermanas de Samuel, le dijo que “ni los testigos pueden entender por qué los policías llegaron tan agresivos”.
“Los vecinos dicen que hubo insultos, un cruce de palabras, y de ahí en más mucha agresión. Mucha agresión realmente”, dijo la mujer que afirma que su hermano era una persona de bien, que se preocupaba por cada uno de los miembros de la familia con una atención especial.

Según el relato de testigos, los agentes lo golpearon sin parar. “Lo mataron como a un perro”, dijo uno de los vecinos que vio el procedimiento al tiempo en que señaló que “el chico pedía que no lo golpearan más, y que lo dejaran tranquilo”.
Guillermo, uno de los vecinos que observó lo que sucedió el domingo por la noche, contó: “Vi que lo insultaron, lo agredieron, le pegaron una piña, lo tiraron contra el móvil. Cuando se cayó, no fue suficiente: lo patearon varias veces«. Y contó ante las cámaras de los canales de TV que los oficiales se sentaron encima de Samuel “entre 15 y 20 minutos” mientras intentaban reducirlo.
Luego, otra testigo contó que Samuel se desvaneció y los uniformados intentaron reanimarlo con maniobras de RCP, pero, al parecer, el cuadro ya era irreversible en ese momento. En el Hospital Domingo Funes, los médicos constataron su deceso.
El caso quedó en manso del fiscal del Segundo Turno de Carlos Paz, Ricardo Mazzuchi, quien el martes pasado ordenó la detención de los dos policías que actuaron en el procedimiento. Se trata del sargento Guillermo Serafín Arce (35) y el oficial Franco Sebastián Romero (49).
os policías quedaron imputados de homicidio preterintencional, una figura que encuadra a los casos de golpes que terminan con la muerte de una persona sin que él o los causantes de las lesiones tuvieran la intención iniciaría de matar.
Los datos preliminares de la autopsia determinaron que el cuerpo presentaba golpes, pero hasta el momento no se aseguró ni se descartó que esos golpes fueron los que le ocasionaron la muerte. En este punto se basa el pedido de los familiares de Samuel para que se agrave la imputación de los policías cordobeses.
“Siento que ni siquiera fueron a pedirle los datos. No tiene explicación tanta violencia”, planteó la hermana de Samuel.
“Estamos pidiendo que cambie la carátula porque lo que hicieron es grave. Hoy, con más información y la cabeza un poco más clara, entendemos aún más la magnitud de lo que pasó”, reclamó.
Este sábado a las 18 habrá una manifestación en el lugar donde ocurrió el episodio para pedir justicia por Samuel. De la convocatoria participará el colectivo LGTB+, que denuncia que el caso del chico cordobés fue un «crimen de odio» por ser gay.
