Ocurrió un acontecimiento inaudito que no se recuerdan antecedentes. Frente a la sucursal Banco Patagonia de la ciudad de Concepción se vivieron momentos de una violencia desmedida y brutal contra trabajadores bancarios.
Los empleados bancarios vienen denunciando persecución laboral en dicha sucursal. Fueron a la institución a manifestarse. En ese momento efectivos de infantería encapuchados, ocultando sus rostros, los trataron con un salvajismo impropio para un momento que no tenía por qué transformarse de esa manera en una especie de batalla. Se trataba de empleados que legítimamente protestaban, amparados legalmente para hacerlo.
El operativo, que según muestran los videos terminó con golpes, insultos y empujones contra quienes participaban de una protesta pacífica. Entre ellos estaba la secretaria general del gremio, Cecilia Sánchez Blas, quien debió vivir momentos desagradables de maltrato.
El reclamo estaba previsto y había sido convocado para acompañar a los empleados de la sucursal que días atrás denunciaron a la gerente María José Mansilla por episodios de maltrato, hostigamiento y amenazas.
Lejos de encontrar algún tipo de respuesta o explicación ante los reclamos grande fue la sorpresa cuando miembros de infantería accionaron de forma salvaje y brutal, transformando un episodio de reclamo en una batalla. Impropio.
Fueron parte de la protesta delegadas y delegados del Banco Nación, Banco Macro, Banco Patagonia y miembros de la Comisión Directiva de La Bancaria Tucumán. Todos fueron agredidos por la policía mientras intentaban dialogar con la entidad bancaria.
Sobre este triste episodio el sindicato manifestó: “Esta represión es una provocación brutal y cobarde. Nos golpearon por defender a nuestros compañeros. No vamos a permitir ni una amenaza más”.
Las imágenes viralizadas son explícitas. El personal de seguridad no estuvo a la altura del episodio en el que tenían que actuar. Se comportaron como patovicas pegando y empujando e incluso a un trabajador que estaba en el suelo lo patearon con total impunidad y vehemencia.
La Bancaria se declaró el estado de alerta y reclamó explicaciones urgentes a las autoridades del Banco Patagonia.
No puede dejar de sorprender que los efectivos de seguridad actuaron con rostros cubiertos como si se tratara de un operativo anti drogas, donde se debe preservar la identidad de las personas. No fueron imágenes propias de un accionar en un sistema democrático, frente a una protesta de un grupo pequeño de trabajadores, perfectamente identificables. Todo muy confuso y fuera de toda medida.
